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LA INSEGURIDAD VIAL SE AGRAVA DÍA A DÍA EN LA CIUDAD

Junín tiene sólo quince inspectores para atender el convulsionado tránsito local

La catarata de choques no cesa y la cantidad de uniformados para hacer controles es cada vez menor. Encima, en los últimos días, dos operarios fueron heridas en sendos operativos. Reclaman al Municipio políticas de prevención más fuertes.

Es como ser un boxeador principiante, pesar 50 kilos y querer ganarle al mejor Myke Tyson de la historia. Casi imposible.
En esas condiciones se encuentra por estos días la Agencia Municipal de Seguridad Vial (Asmv) en su misión de mejorar el tránsito juninense, que, a contramano de esa premisa, cada jornada se muestra más convulsionado y peligroso.
En una ciudad con alrededor de cien mil vehículos, de los cuales unos cincuenta mil son motos, y que cada vez se expande más hacia los diferentes puntos cardinales, tener quince inspectores abocados a los operativos callejeros parece una medida cuanto menos exigua.
Aunque cuando se lo consulta trata de mostrarse sereno, el titular de la Asmv, Daniel Kelly, teme que el panorama se enturbie aún más por dos motivos fundamentales: en primer lugar, porque muchos agentes ya renunciaron al trabajo disconformes con la remuneración salarial que les brinda el gobierno local y nadie garantiza que esa sangría haya terminado y, en segundo lugar –pero asociado en algún punto con lo anterior-, por los hechos de violencia del que han sido víctimas dos operarios en las últimas dos semanas, en sendos procedimientos en la vía pública.
Sobre la posibilidad de sumar nuevos efectivos, Kelly le dijo a este diario el martes: “El intendente ya sabe, yo lo hablo con el secretario de Gobierno de las necesidades que tenemos nosotros como agencia”.
Un detalle que no se puede soslayar es que tampoco esos quince uniformados son volcados en su totalidad a la actividad en las calles. Algunos son destinados a charlas en las escuelas y otros dictan los cursos de capacitación para condonar multas a los infractores, o sea que la tarea más rigurosa se la deben repartir entre ocho o diez efectivos.

Mientras, los accidentes no paran

Mientras los recursos de controlar enflaquecen, la avalancha de choques no detiene su marcha en Junín. Sin ir más, lejos el martes hubo siete colisiones y las ambulancias no dieron abasto, ya que uno de los episodios requirió que los paramédicos se quedaran un buen rato en el lugar del hecho y, mientras ello sucedía, se producían accidentes en otros sectores del casco urbano.
Si se enmarca la situación en lo que reflejan las estadísticas, lo ocurrido antes de ayer no sorprende. Pero, sí, preocupa que no haya una evolución positiva.
Los números indican que en el primer semestre de 2014, en la Ciudad se registraron más de 900 choques, con siete víctimas fatales.
Hugo Greco, director de la empresa de emergencias de Intermed, opinó que el problema tiene solución pero que debe ser abordado con una serie de acciones certeras y sostenidas en el tiempo, aunque eso implique costos políticos. “Hoy la gente no le da bola a los inspectores. Es cierto que hay un problema cultural muy grande, pero no nos podemos quedar con eso y no hacer nada, no puede haber semejantes accidentes dentro de la trama urbana. Yo creo que todos quieren hacer las cosas bien, lo que pasa es que hay que armar algo que sea capaz de quebrar la apatía hacia las normas de tránsito”, afirmó.
Greco consideró que en Junín “llevamos perdidos diez o quince años por no hacer cosas que hubieran posibilitado que nos encontráramos ante otra realidad”.   
“Acá hay que arreglar manos de calles, poner en vigencia el transporte público y mostrarle a la ciudadanía que hay herramientas para llevar adelante el control y que las autoridades están dispuestas a ejecutarlo. Por ejemplo, el otro día iba a la Laguna de Gómez y en el acceso estaba una de las camionetas que mide la velocidad con radares, y el comportamiento que observé de los automovilistas fue distinto, iban más despacio”, comentó.
En ese sentido indicó que hay muchas ciudades en todo el país que “con una actividad ininterrumpida” dejaron atrás la problemática, un flagelo que en los últimos 19 se meses ya se cobró nada menos que treinta vidas y que dejó de decenas de heridos de diversas gravedad, algunos cuya situación clínica todavía no esta resuelta por las secuelas padecidas.

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