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NEGOCIOS AGROPECUARIOS

Agroindustria: un tsunami de tecnología

A pesar de que el sector agropecuario argentino soporta una mochila cargada con temas pesados como inflación, aumento de costos, altos niveles de incertidumbre, baja de precios y presión impositiva también vive lo que un especialista definió como un  tsunami de tecnología.
Con estas certezas abrió su capacitación la 128° Exposición de Ganadería, Agricultura e Industria Internacional de Palermo ya que los primeros dos días desarrolló estas ideas en el III Congreso Internacional de Agronegocios.
Allí fueron expuestos los escenarios que deberán sortear los productores y empresarios vinculados a la agroindustria en los próximos años.
Ricardo Negri, responsable de la Unidad de Investigación y Desarrollo de los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA), y Ernesto Ambrosetti, economista jefe del Instituto de Estudios Económicos y Negociaciones Internacionales  de Sociedad Rural Argentina disertaron en el panel “Un futuro para aprovechar”.
A ambos les tocó confirmar la noticia por los empresarios agropecuarios conocida, desde los pequeños a los grandes: “la coyuntura es mala”.
Para Negri, hay “un entorno muy agresivo” y Ambrosetti coincidió con palabras más o menos parecidas para referirse a lo difícil de las políticas macroeconómicas de la Argentina.   
Pero antes, Ignacio Peña, especialista en Innovación y en crear ambientes favorables a los emprendimientos aseguró que estamos frente a un “tsunami de cambios tecnológicos”.
Recomendó surfear la ola, manejarla con mucha destreza: “Para ello debemos invertir en las nuevas tecnologías”, dijo Peña.
“Las tecnologías de desarrollo exponencial son las que impulsan la ola. Estamos entrando en una fase en la que éstas son cada vez más fuertes y rápidas. Por ejemplo, va a haber drones (vehículos no tripulados) que generen información al instante”, dijo.
Peña también afirmó que en 2050 el mundo tendrá 9.000 millones de habitantes “pero usando diversas tecnologías –que aún no se realizan a gran escala- como el cultivo sin tierra y la utilización de luces LED, se estima que se podrán producir alimentos para todo el mundo en una superficie como la de New Hampshire” que es un estado norteamericano con 24,216 km² de superficie.
“El agro y la tecnología van de la mano. El campo es información y necesitamos usar la tecnología para optimizar los recursos y generar rentabilidad”, aseguró Peña para quien “la clave es tener un buen y rápido manejo de la información”.
Negri por su parte, admitió que se utiliza tecnología en el agro y que nadie piensa que en el 2020 va a reducir su producción, al contrario se podrían generar 3,2 millones de toneladas de carne con hueso y hay quienes son optimistas y piensan que la producción total de granos llegará a las 157 millones de toneladas.    
Para eso es necesario utilizar tecnología como el uso de fertilizantes de manera georeferenciada; procesos y gestión de la información, volumen de datos provenientes de satélites; eventos nuevos en cultivos con biotecnología.
CREA analizó que en 2012 se invertía en agro 71 mil millones de dólares y que dentro de seis años se puede llegar a los 100 mil millones.
“De nosotros depende ir a estos valores, debo ver qué paquete tecnológico voy a utilizar porque para el 2020 no habrá cambios sustanciales”, indicó Negri.
También mencionó que los asesores de los grupos CREA que superan los 240 en todo el país se formularon algunas preguntas para planificar el futuro que cada vez va a tener mayor interdependencia entre las Pymes agropecuarias.
Por ejemplo cuestionarse ¿estamos haciendo las cosas bien?, ¿por qué aparecieron las malezas resistentes a los herbicidas? ¿cómo se vincula el campo con la ciudad?
Ambrosetti en tanto reconoció que las empresas, a pesar de la coyuntura pueden aumentar su competitividad, para lo cual deben mejorar los procesos productivos a fin de “poder ofrecer no sólo al mundo sino también a la mesa de los argentinos, productos  diferenciados en valor y seguros para alimentarse”.  
Antes hay que luchar para cambiar porque según el economista de la Rural, la Argentina hoy carece del espíritu negociador para poder generar un mayor comercio y bienestar para toda la población por un problema de política macroeconómica que “está afectando a todo el país”.

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