MIRADA ECONÓMICA

Billetera mata camiseta


Un camino sinuoso se abre paso entre la selva y trepa 710 metros sobre el nivel del mar para coronar el Parque Nacional de la Tijuca en un abrazo eterno de protección divina. Icono de una ciudad feliz que no para de bailar y mirador privilegiado de los contrastes más profundos, el Cristo Redentor es el símbolo de este mundial y quedará grabado en la retina de los más de mil millones de espectadores que verán los distintos partidos, en vivo o por televisión. Si tomamos la cotización promedio por jugador de cada uno de los 100 planteles mejor rankeados (de la página de Transfermarkt.es) y la contrastamos econométricamente con los puntos obtenidos por cada seleccionado en los partidos internacionales jugados en los últimos 4 años (ranking FIFA), vemos que la cotización de los planteles explica el 62,6% de las diferencias en la performance de los equipos. Esto quiere decir, no obstante, que aún queda un 37,4% de los resultados para ser explicado por otras razones entre las cuales se encuentra la localía, la historia, el acierto en el planteo táctico estratégico de cada DT y por supuesto, el azar. 


En el travesaño


Cada pelota que pega en un travesaño, cada jugador que se lesiona inesperadamente, un error arbitral, una gambeta adivinada, un arquero que acierta un penal, son sólo algunas de las circunstancias aleatorias de un juego que al tener un tanteador tan bajo, en comparación a otros deportes como el básquet o el tenis, le otorgan a la casualidad tal ventaja que le exige al talento un esfuerzo desmesurado para compensar, de suerte tal que cuando los que se enfrentan son dos equipos muy parejos en lo futbolístico, pues los caprichos de esa lotería terminan reclamando un protagonismo decisivo, tal vez exagerado. Y cuando se habla de plata, las diferencias de poderío son tan abismales como las distancias en materia de probabilidades de alzarse con la copa. En lo más alto de la tabla presupuestaria, España tiene un plantel valuado en 37,4 millones de dólares por jugador; un valor superior al de todo el equipo de Irán, que apenas llega a sumar 24,5 millones de dólares, sumando todos los jugadores. No es casualidad que junto con Irán, Costa Rica, Honduras, Australia y Argelia, siendo las cinco selecciones más austeras, sean las que más pagan en las apuestas si salen campeones, premiando a los fanáticos que elijan arriesgar un dólar por ellas, con 1.501 billetes de retorno, mientras que España, que tiene el plantel más cotizado, paga sólo 7 dólares por cada uno apostado en caso de defender exitosamente su último título y Brasil, el segundo conjunto más caro, sea el amplio favorito en las apuestas, abonando sólo 4 dólares por cada uno jugado. Argentina tiene el cuarto plantel con más potencial, económicamente hablando, lo que le permite ascender al segundo puesto en la preferencia de los apostadores, quienes recibirán 5,60 dólares por cada billete apostado, en caso que nuestra escuadra repita la hazaña del ’86. Pero un déficit importante de nuestro seleccionado, en un juego donde el azar tendrá un enorme peso en las etapas definitorias, es que aún cuando cada uno de nuestros jugadores vale, en promedio, 26,2 millones de la moneda norteamericana, las cotizaciones son muy dispares, estando buena parte de nuestro activo concentrado en un solo jugador; el genial Leo Messi, que está valuado en 169 millones de dólares. En ese sentido, España, Brasil y Alemania tienen los planteles mucho más compactos y homogéneos, no dependiendo de uno o dos jugadores, lo que obviamente reduce dramáticamente el riesgo al que se exponen, ya que como dice el refrán, no ponen todos los huevos en la misma canasta. Portugal, por su parte, adolece de una misma debilidad que Argentina, puesto que poco vale su plantel sin los 139 millones que cotiza Cristiano Ronaldo 


Excesiva dependencia


 Colombia, en este sentido es uno de los mejores ejemplos del problema de depender en demasía de un solo jugador. Radamel Falcao no pudo recuperarse de su rotura de ligamento cruzado y los dirigidos por José Pekerman, perdieron de un plumazo 83 millones de dólares de capital. La pérdida hirió de muerte las moderadas chances que los cafeteros tenían, puesto que cuando todavía se especulaba con que el astro llegaría recuperado a la cita mundialista, Colombia pagaba 26 dólares por cada uno apostado, pero cuando se confirmó su abandono pasó a pagar 41 billetes por cada uno arriesgado. Pero no todo es economía. Muchos creen que la historia pesa más y argumentan que sólo 8 países han alzado alguna vez la copa. Si dar la vuelta es una cuestión de camiseta, los locales son claros candidatos, dado que son el único equipo que ha alcanzado 5 títulos máximos, al tiempo que Italia se subiría al segundo lugar del podio por haber obtenido 4 campeonatos y Alemania lo completaría con 3 trofeos alzados en su historia. Y por último está la cuestión de la experiencia. Los jugadores españoles tienen en promedio 53 partidos internacionales en su haber, mientras que los alemanes les pisan los talones con 50 cotejos por hombre. Argentina y Brasil, por el contrario, deberán aprender sobre la marcha si quieren estar a la altura de las circunstancias, puesto que sólo acreditan 27 y 28 encuentros internacionales por futbolista, respectivamente. Como quiera que termine la competencia, Brasil habrá ganado de todos modos. Un estudio de la prestigiosa consultora internacional Ernst & Young, que estima un impacto total positivo (directo e indirecto) de 70.000 millones de dólares por organizar el mundial. n


(*) El autor es economista, profesor de la UNLP y la UNNoBA, investigador del Instituto de Integración Latinoamericana (IIL) e investigador visitante del Centro de Estudios Distributivos Laborales y Sociales (CEDLAS)



Twitter @martintetaz


COMENTARIOS