Si a los comerciantes que compiten en el mercado interno se les complicó el panorama por la baja en las ventas y el aumento de los costos, a los exportadores de Junín y la región no les está yendo mucho mejor.
Ese fue el panorama narrado por el gerente comercial del Puerto Seco que funciona en Saforcada y en Rojas, desde donde son despachados diversos productos fabricados en esta ciudad y en los municipios vecinos.
Entrevistado por Democracia, Hugo Tolosa dijo que está faltando confiabilidad, porque pese a que “es un buen momento” para exportar, las políticas nacionales “no acompañan”.
-¿Cómo podría definir el flujo de exportaciones que se da desde Junín y la zona en estos momentos?
-Muy reducido y preocupante, el volumen actual de las exportaciones de nuestra región ha bajado en forma considerable estos últimos años. Más nos preocupa que no se avizora en el corto plazo un cambio favorable, lamentablemente.
-¿Cuáles son las causas?
-Son varias que se complementan, perjudicando la práctica de actividad normal del comercio exterior argentino. Uno de los factores principales es que hemos perdido lo más valioso que puede tener un ser humano o un país: confiabilidad. El comercio internacional se basa en mantener reglas claras, respetarlas, no alterarlas sin previo acuerdo o aviso entre las partes. Actualmente, nuestra economía tan “fluctuante”, la marcada inflación y el tipo de cambio oficial depreciado ante el peso (por el cual hacen efectiva su venta al liquidar divisas) perjudican y complican los costos de producción y lógicamente la comercialización. No podemos mantener una cotización más de una semana o 15 días por temor al aumento de costos internos, cuando empresas de otros países con economías más estables comercializan con plazos normales según su producto. Es imposible ser competitivo en el exterior con éste esquema de negocios y semejante cóctel de variables contraproducentes.
-¿Cuáles son los productos que más se exportan desde nuestra región?
-La maquinaria e implementos para la actividad agrícola sigue siendo uno de los productos que generan mayor volumen, valor agregado y continuidad en las exportaciones de la región. Si bien nos cuesta competir en precios por lo mencionado anteriormente, la maquinaria agroindustrial argentina es muy reconocida en el exterior por su calidad, versatilidad e innovación. Podemos competir favorablemente en calidad con Brasil, México e inclusive EEUU o Europa y China. También genera buen volumen de exportaciones los cereales y sus derivados, como así también las viviendas prefabricadas, inoculantes para semillas, artículos de limpieza, de electricidad, entre otros.
-¿Ese es un cuadro que se sostiene con el paso del tiempo o hubo cambios respecto de lo que venía sucediendo en los últimos años?
-Sin duda hemos tenido cambios muy marcados. Pasamos de festejar “el año de las exportaciones” al final de 2000, a retraernos considerablemente otros años. Repetimos errores del pasado, en lugar de aprender de ellos y superarlos. Hay situaciones que padecemos que son incomprensibles en el mundo de los negocios internacionales. Otro tema sensible que nos perjudica es el control sobre las importaciones, que en la mayoría de los casos son prohibiciones directamente, afecta el mercado interno y la producción, genera controversias de intercambio comercial con los mercados externos. La mayoría de los países exitosos basan su apoyo y crecimiento en el comercio exterior y las relaciones internacionales.
-En resumen, ¿es un buen momento para exportar?
-Es un buen momento para exportar por las oportunidades que existen a nivel global, pero lamentablemente no nos favorecen las políticas actuales locales en la materia. Debemos estar abiertos al mundo, no cerrados como en la actualidad. Sin trabas comerciales, con mayores acuerdos comerciales en el mundo o acuerdos de complementación productiva como tenemos con Brasil en el rubro automotriz.
Se debe encontrar alguna forma de reunir en un trabajo coordinado a los mejores recursos humanos, profesionales y técnicos que, excluidos de los temas coyunturales que siempre nos aquejan, puedan trabajar sobre cuestiones de mediano y largo plazo. Estos recursos Argentina los dispone, existen, seguramente están dispersos en dependencias públicas, instituciones académicas u organizaciones privadas o empresas.
-¿Cómo avizora el futuro y que medidas están siendo necesarias?
-Argentina siempre ha tenido y tiene un gran futuro en el mercado internacional. Nos falta lograr una sólida estabilidad y continuidad de políticas activas que favorezcan la producción y el comercio internacional. Existen enormes necesidades de productos en el mundo, tanto de alimentos como productos industriales y cada año habrá más requerimientos, el mundo crece. Países de alta población como China o India requieren más alimentos, sus poblaciones campesinas han comenzado a integrarse a la vida de las ciudades, crecen las clases medias con nuevos y mayores hábitos de consumo y confort.
-¿Qué proyectos de negocios elaboran ustedes como empresarios para el momento de apertura de Argentina?
-Trabajamos continuamente en promover los productos de la región en el mundo y profesionalizar nuestros servicios de comercio exterior. En lo regional, hemos habilitado una oficina en la ciudad de Rosario para atender operaciones en el puerto local. En lo internacional seguimos trabajando firmemente para mantener nuestra presencia en el exterior, agrupados con empresas locales y extranjeras, con socios estratégicos comerciales en distintos países, buscando generar contactos y negocios. Si bien hoy estamos alejados del mundo como país, no tengo dudas que con un mínimo cambio favorable en nuestras políticas económicas, financieras, comerciales, estaremos nuevamente posicionados en ese mundo ávido de productos argentinos.
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