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FINANZAS DESINFLADAS Y NÚMEROS QUE NO CIERRAN

El sector pyme atraviesa el peor momento después de la crisis de 2001 en la Ciudad

Los dueños de pequeñas y medianas empresas de diferentes sectores afirmaron estar atravesando un duro momento monetario, tanto que se las están viendo en figurillas para no claudicar ante el costo fijo y tener que reducir personal.

A las propietarios de pequeñas y medianas empresas de Junín parece haberlos capturado un virus con aspecto de interrogante: el del “¿cómo hacemos?”.  

Con esa pregunta calándole el cerebro conviven a diario y minuto a minuto ensayan alternativas y estrategias para ver de qué manera se las ingenian para reducir costos, mantener el nivel de ventas, no suspender ni despedir empleados y aún así ser tan o más competitivos que en los tiempos donde el viento de la economía sopla favorable.  

Mientras a la Cámara de Diputados de la Nación acaba de ingresar un proyecto para bajarle el IVA a las pymes, algunos de los exponentes locales del sector hablaron con Democracia del momento complicado que les está tocando atravesar, tan delicado que se animan a colocarlo solo por debajo de la crisis de fines de 2001 y principios de 2002.    

Pablo Molins, dueño de gráficas Molar, una firma con 22 años de trayectoria y una importante cartera de clientes en la ciudad y la zona, explicó que por la tarea que llevan adelante (realizan impresiones) junto a su personal,  tienen contacto con gente de casi todos los demás rubros comerciales y observó que “lo que ocurre en este momento está  todo el mundo quejándose, viendo cómo hace para achicar sus costos, gastar menos”.

“Nosotros estamos en la misma disyuntiva. Nos encontramos permanentemente tratando de achicar los gastos y aunque tratamos de meterle para adelante y no dejar de hacer cosas, el contexto nos obliga a actuar con mucha prudencia”, comentó. 

Consultado sobre las medidas que deberían implementarse para revertir la situación, opinó que “la presión tributaria es terrible, acceder a créditos con las tasas que hay es imposible, sacar un préstamo es prácticamente una usura y para cambiar un cheque los bancos te aplican un interés del 32 por ciento”. 

“A lo mejor es solo un momento y todo cambia, pero siento que el que apuesta a tener un comercio y a crear fuentes de trabajo tiene que lidiar con todas las trabas posibles. No se premia a la producción ni al que intenta hacer medianamente bien las cosas”, dijo angustiado. 

Molins señaló que en la actualidad, su preocupación pasa por ver cómo hacer para “mantener las ventas con precios lo más competitivos posible”. “Hace más de un año y medio que no tomamos gente, si hay mucho laburo una semana nos arreglamos como podemos y cosas que no mirás nunca, las mirás en este momento. Por ejemplo, si gastamos mucho de teléfono o de internet, vemos lo que podemos hacer para gastar menos, hemos cortado algunas cuentas corrientes bancarias que no usábamos”, puntualizó.    


Gastos que “marcan la jugada”


Daniel Saccoccia, de Saccoccia Maquinarias, afirmó que son mayoritarias las ramas del comercio que están sintiendo la crisis. “En el caso de quienes dependemos del sector rural, si bien en un primer momento estábamos muy contentos con el régimen de lluvias, al final nos terminó complicando porque hay inundaciones en los campos y en los caminos. Eso hace que los productores restrinjan sus compras o no hayan podido levantar su cereal”, describió. 

Para Saccoccia, los gastos fijos “marcan la jugada”. Y lo explica así: “Antes, por ahí te salía un cliente a cien kilómetros que decía tener interés en tal herramienta y vos agarrabas la camioneta y salías; hoy le buscás la vuelta para que el negocio avance por teléfono o tratás de sumar un par más de posibles compradores que vivan en la misma zona como para completar la gira. Todos se miden, a los comisionistas les está pasando lo mismo, a las fábricas les está pasando lo mismo, porque tener un viajante en la calle te sale entre 600 y 700 pesos diarios”. 

Puesto a establecer una comparación con lo ocurrido en 2013, manifestó que “dentro de todo, el año pasado fue bastante mejor que el actual”. “Hoy por hoy, quizás cerrás la venta de una sembradora y ves que el monto es grande pero la ganancia es chica”, se lamentó. 


Bajaron las ventas


Por su parte, Omar Avendaño, del Supermercado del Mueble, reconoció que “en los últimos meses la actividad viene bajando”. “A eso hay que sumarle que los gastos fijos se encarecieron, como el caso del transporte, que aumentó un ciento por ciento”, añadió.

Avendaño dijo tener la ventaja de no contar con mucho personal porque a su negocio llega “todo hecho”. 


Las pymes y el Mercado Central


El posible desembarco del Mercado Central en Junín despertó cierto recelo en los representantes del sector pyme juninense, quienes esta semana se reunirán con integrantes del Concejo Deliberante para manifestarles su preocupación por el impacto que la llegada de la súper tienda puede tener en los comercios locales.

En declaraciones a distintos medios de esta ciudad, el presidente de la cámara Pyme, Gabriel Di Pierro, expresó que el corriente calendario está siendo muy complejo para las pequeñas y medianas empresas, a tal punto que la generación de empleos ha frenado “como hacía muchos años no ocurría”. 

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