OPINIÓN

Para la Municipalidad los problemas de la violencia y la inseguridad no existen

Ya no quedan esperanzas de que Mario Meoni o su equipo de gobierno se decidan a enfrentar los problemas que están destruyendo a nuestra ciudad. Lo único que les preocupa es que los hechos más sobresalientes no rocen a los funcionarios y que la difusión nacional de estos espantos no les perjudique la proyección de sus carreras políticas hacia sillones codiciados desde hace años.
La más cabal demostración de estas actitudes fue la patética participación de Meoni en el último programa de Nelson Castro (¿viajó hasta Buenos Aires sólo para salir en cámara unos minutos? ¿No hay problemas más urgentes que demanden ese tiempo y ese esfuerzo por parte de quien ocupa el lugar de Intendente?)
Fiel a su estilo, “Yo no fui” Meoni deslindó toda responsabilidad por la violencia creciente en Junín y por el aumento de los delitos.
Incluso propuso que en realidad se trata de una “sensación” magnificada por la cobertura mediática.
Sólo cuando Nelson Castro insistió sobre la realidad violenta de una ciudad que desde hace años tiene tasas de homicidio de las más altas del país, Meoni admitió que el “fenómeno” de la violencia se profundizó en los últimos dos años.
Pero dos palabras más adelante volvió a desentenderse señalando que esto pasaba en todos lados, en el país, en la Provincia. Como si dijera “¿qué quieren que haga? Yo soy un pobre intendente”.
Pues bien, en primer lugar, no es verdad que Junín sea arrastrada pasivamente por una creciente ola de delitos y violencia nacional y provincial: leemos “en Junín en 2013 el aumento del total de delitos respecto de 2012 fue del 11%, el doble que el promedio provincial”.
Es decir que es Junín quien hace tiempo tracciona esas cifras para arriba en el total provincial y no al revés.
En segundo lugar, sería bueno que alguna vez el intendente nos diga cuál es la estrategia que desarrolla su gobierno para disminuir la inseguridad, puesto que para tal fin nos cobra a cada ciudadano una jugosa tasa que, al menos en lo que se ve, solo ha servido para crear la dirección de Asistencia a la Víctima, una oficina que se encarga de palmearle la espalda, acariciarle la cabeza y poner cara de circunstancia ante los juninenses que han sufrido algún delito que llega a la prensa.
“Yo no puedo” Meoni se mostró dolido durante toda la entrevista, en un lamentable intento de mimetizarse con las víctimas. Incluso se declaró amigo de la madre de Naira Cofreces. Hábil político, Meoni cree que esta cercanía lo exime de su obligación de dar respuesta.
Si de estadísticas hablamos, Junín es uno de los distritos que mas homicidios cada 100 mil habitantes por año tiene, superando a todo el conurbano, hasta el tan célebre distrito de La Matanza (http://www.diariodemocracia.com/notas/2014/5/2/meoni-culpo-provincia-nacion-violencia-junin-81697.asp).  
Meoni estuvo como afligido cada vez que se le preguntó sobre lo que pasa y sobre qué se está haciendo para solucionarlo. Solo elevó el tono para decir que en Junín “no recibimos un sólo recurso del Estado nacional”. Esta es una mentira enorme, que no porque la repitan millones de veces se convertirá en verdad.
El Estado nacional y el Estado provincial invierten en Junín miles de millones de pesos que llegan a cada uno de los vecinos bajo distintas modalidades: la Asignación Universal brinda protección a 5857 niños,  con una inversión mensual de $2.188.656 la ANSES abona esta prestación a 3358 familias; desde el Ministerio de Desarrollo Social llegan más de 6.000.000 de pesos en concepto de pensiones, cientos de apoyo a microem-prendimientos y más de 500 trabajadores en Cooperativas con un desembolso mensual superior al millón de pesos…
En nuestro distrito tenemos el doble de jubilados que en el 2003. Esto no es una casualidad, es parte de una política de cobertura para todos nuestros adultos mayores que le da protección social al 97%. La mayor de toda América Latina; el plan Procrear ha permitido reactivar la industria de la construcción y realizar el sueño de la casa propia a 1500 juninenses en estos primeros meses de implementación. Además de traccionar miles de puestos de trabajo; el Progresar permitirá a cientos de jóvenes afrontar sus estudios y adquirir mejores herramientas para el futuro (“Tengan miedo” Meoni, quien dice que nuestros jóvenes carecen del valor del respeto a la vida, podría considerar esto una respuesta); la baja en las tasas de interés para las inversiones productivas, subsidiadas por el Estado Nacional, permiten consolidar el crecimiento y el empleo en el contexto de un mundo que se cae a pedazos; el Hospital provincial atiende a todos los traumatizados por accidentes de tránsito, llevándose casi la totalidad del presupuesto del mismo. Recordemos que los mismos también son record en todo el país como consecuencia de la incapacidad de su gobierno de proveer acciones concretas en materia de Seguridad Vial.
En Junín hay 45 mil motos es su repuesta. Como si esto no fuera como consecuencia de la ausencia de transporte público de pasajeros.
La Educación, que año a año afronta mayores desafíos, se financia desde la Provincia. Gracias a la política universitaria de nuestro Gobierno nacional la Unnoba detenta hoy el mejor presupuesto de su historia, lo que le permite desarrollar proyectos de excelencia otrora impensables.
En fin, es difícil dar cuenta exhaustivamente de todo lo que llega a Junín desde la Nación y la Provincia y que organizan el tejido social, ampliando las oportunidades para todos (aunque más difícil aún es encontrar qué invierte la Ciudad en concepto de inclusión social, prevención del delito, seguridad, etc.). Además, no ha habido en la historia un gobierno que universalice más las políticas de inclusión social y de promoción del crecimiento que los gobiernos kirchneristas.
Justamente, si alguien redujo los márgenes de discrecionalidad para favorecer a los aliados y castigar a los adversarios, es este proyecto político que conduce Cristina. Junín no es castigado. En realidad, la pregunta pertinente es qué sería de Junín si no existieran los programas de la Nación y de la Provincia.
Pero si las mentiras son evidentes, las actitudes son preocupantes. Meoni y sus funcionarios nos están diciendo a todos los juninenses que no están dispuestos a hacer nada. “No puedo”, “yo no fui”, “a mí no me miren” son las únicas respuestas que podemos esperar de acá en más. Si lo que nos pase llega a los medios nacionales, vamos a ver las excusas del caso; si no llega, tal vez no veamos ni eso, puesto que para este gobierno local los problemas de la violencia y de la inseguridad no existen.