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TENDENCIAS

Nubarrones en el camino de la economía

“Tampoco (Kicillof) se muestra decidido en avanzar con los recortes de gasto que permitan reducir sustancialmente el rojo fiscal”

Inflación y retraso cambiario vuelven a condicionar la perspectiva económica del año. La devaluación de enero intentó corregir el desfasaje, pero la recuperación se licuó por la suba de precios que hoy estaría en valores semejantes a los de inicios del 2011.
En cuanto a los índices de inflación la estrategia de “precios cuidados” registra un fracaso evidente.
Las previsiones del índice para marzo se ubican en alrededor de 3% y los aumentos sólo se han morigerado en algunos segmentos por la fuerte caída del consumo.
Las perspectivas no son de una crisis de magnitud pero es claro que los desequilibrios no se están corrigiendo como requiere la situación.
Las medidas de corte más ortodoxo llevadas adelante por el ministro Axel Kicillof sólo han acentuado la recesión y es claro que la ausencia de un plan y las idas y vueltas no terminan de ordenar la economía.
Las peleas internas en el gabinete también acentúan el desconcierto que transita el oficialismo.
Desde el Banco Central, Juan Carlos Fábrega despliega un pragmatismo que tiene por casi único eje y objetivo el evitar que las reservas internacionales perforen el piso de los 27.000 millones de dólares al costo que esa meta signifique frenar las importaciones y dar con esto un empujón más al freno del nivel de actividad.

Desendeudamiento

Esa impronta contempla la posibilidad de abandonar definitivamente el dogma K del “desendeudamiento” para aceptar algunas de las ofertas que están acercando bancos internacionales de préstamos a tasas que triplican o más los rendimientos de deuda de los países más estables.
La óptica del ministro Kicillof difiere en temas sustanciales.
El pragmatismo del Banco Central supone que la paridad de 8 pesos por dólar requiere de ajustes progresivos en lo que resta del año, en tanto en el ministerio de Economía parece haber un enamoramiento del número 8, e imaginan que podrían utilizar otra vez al tipo de cambio como un ancla para frenar el alza de precios.
Kicillof muestra un notable optimismo sobre las negociaciones con el Club de París y la posibilidad de que la  Argentina pueda volver al mercado de deuda sin necesidad de recurrir a las ofertas de préstamos que hoy acercan bancos extranjeros.
Y tampoco se muestra decidido en avanzar con los recortes de gastos que permitan reducir sustancialmente el rojo fiscal.
Los tiempos del ministro de Economía parecen muy elásticos y demasiado distantes de la vida cotidiana de los mercados y la economía.
Los indicadores más recientes reflejan que la caída aún no se ha detenido y tampoco en el nivel de precios.

Actividad

La marcha de la recaudación fiscal, por ejemplo, comenzó a manifestar los problemas en el nivel de actividad y empleo, así como las restricciones financieras por la fuerte suba de las tasas.
El 30,6% de incremento de marzo resulta en términos reales una caída de al menos 5 puntos.
La performance de la construcción y la baja de la venta de automóviles es otro índice de la recesión.
Las condiciones financieras, el retraso cambiario y la caída del consumo interno están resintiendo no sólo a las actividades que producen bienes para exportar, sino también a las vinculadas al mercado interno: deterioro del salario real, elevadas tasas y fuerte actualización de tarifas y combustibles.   
¿Cuáles serán los próximos pasos del gobierno de Cristina Kirchner? La incertidumbre sigue presente.
Las medidas de ajuste sorprendieron a algunos sectores y otros las festejan como indicio de que la Presidenta abandonó su discurso ideológico para adaptarse a la realidad.
El giro es hoy celebrado por medios conservadores como la revista inglesa The Economist, así como la posibilidad de que la Argentina retorne al FMI y cierre una negociación con el Club de París.
Aunque la ausencia de un plan y la reticencia en avanzar sobre un programa fiscal más ordenado pesan en las posibilidades de éxito del ajuste económico.
El panorama de una economía estancada y con alta inflación es el pronóstico más extendido, incluso para el año próximo.

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