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VARIOS RUBROS EMPIEZAN A SUFRIR LOS EFECTOS DE LA CRISIS EN JUNÍN

Cierre masivo de negocios en el centro: aumenta la preocupación de comerciantes

La postal de locales vacíos se fue acrecentando en el transcurso de las últimas semanas y amenaza con no detenerse. Quienes se mantienen en actividad aseguran que cada vez les cuesta más hacerle frente a los costos fijos mensuales, que oscilan entre los 20.000 y 25.000 pesos.

La ocupación de locales en el centro juninense viene experimentando un fuerte declive desde el comienzo del año a esta parte.
Sacudidos por una inflación que los acomete por todos lados -precios de alquileres, costo de mercaderías, presión impositiva- y por una retracción en las ventas, son numerosos los comercios de Rivadavia y Sáenz Peña cuyos dueños se vieron obligados a cerrar sus puertas en busca de un horizonte más redituable. En algunos casos, la salida a esa panorama de pura pérdida fue una baja definitiva de las persianas, mientras que otros se reinventaron trasladándose a sectores menos luminosos que el centro pero también más baratos.
Un recorrido por las arterias más comerciales de la ciudad permite observar una gran cantidad de inmuebles vacíos, adornados por los carteles inmobiliarios que anuncian “se alquila” o por las inscripciones que dejaron de recuerdo sus antiguos arrendatarios antes de vender todo (o casi todo) lo que les quedaba y marcharse: “Últimos días” o “Aproveche, importantes descuentos por liquidación y cierre”.
La mayor sangría se viene dando en Sáenz Peña, que en la actualidad ostenta un promedio de dos locales por cuadra sin ocupación en el recorrido que va de Arias a la avenida San Martín. Y dentro de ese trayecto, la intersección con calle Gandini es la más afectada, puesto que hay ocho estructuras desiertas, una al lado de la otra.
¿Qué está pasando? ¿Qué panorama depara el futuro cercano? ¿Cómo afrontarlo? Democracia trasladó esos interrogantes a algunos vendedores céntricos y, en general, las respuestas devuelven más pesimismo que otra cosa.  
“Está todo muy difícil. Bajaron las ventas y no hay síntomas de que esto vaya a cambiar. La gente está muy reticente a hacer gastos que no son muy importantes y antes de darse un gusto lo piensa muchas veces. Es notorio que la crisis ha llegado y que a muchos colegas no les fue posible resistirla, lo peor es que esto no se va a cortar acá si las cosas siguen así”, expresó Alicia, encargada de la agencia de indumentaria Olzen.
Carlos, titular de la histórica armería Campini y Catena, no dudó en aseverar que la situación “no puede estar peor”.
Siendo concreto, comentó que “estamos padeciendo lo mismo que el resto de los rubros, es decir, dificultades para conseguir mercaderías, una presión impositiva muy fuerte” y agregó que “en estos momentos de crisis, todo va relacionado a los gastos fijos que tenemos”.
“Muchos comercios tienen contratos de alquiler que a la hora de renovarlos, la suba de los precios obliga a los dueños de la firma a irse. Nosotros seguimos porque la familia propietaria del local nos ayudó siempre, y por ahí tenemos a favor la falta de competencia, pero está todo muy difícil para todos”, señaló el armero.
Distintas fuentes consultadas por Democracia indicaron que para mantener un negocio en pleno centro de Junín, es necesaria una erogación de entre 20.000 y 25.000 pesos mensuales, dado que al valor del alquiler (que oscila entre los 5.000 y 10.000 pesos, según la dimensión y sus instalaciones) hay que añadirle el costo de tener un empleado en blanco y el pago de las tasas e impuestos. De esa manera, cualquier tienda está obligada a vender no menos de mil pesos al día en mercaderías para que las cuentas no queden “en rojo”.
“El centro de Junín está vestido si hay comercios, con locales vacíos pierde vida, se transforma en algo triste”, reflexionó Susana, empleada de una tienda de ropa para bebés.

En caída libre

La ocupación de locales en Buenos Aires cayó en marzo, puesto que de cada 16 establecimientos, se detectó uno vacío, según un estudio privado realizado este mes.
Los datos surgen de un trabajo de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) junto con la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (Fecoba).
De acuerdo al estudio, hay 1,3 locales vacíos por cuadra, aunque en algunas zonas comerciales, se llegaron a registrar hasta cuatro en ese mismo tramo.
La menor ocupación comercial en la Ciudad de Buenos Aires es un tema “preocupante”, según expone el estudio, en el que se estipula que la situación crítica se debería a “la suba desmedida en los precios de los alquileres comerciales, la creciente carga fiscal que afronta el empresario Pyme, y sobre todo, la venta ilegal masiva en la vía pública”.

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