Desde el momento en el que una persona es diagnosticada con esta enfermedad, es necesario que el paciente emprenda una vida que se adapte a su padecimiento. Para ello, se recomienda:
- Evitar una vida agitada y movimientos bruscos.
- Dormir una media de 10 horas.
- Evitar aquellos trabajos que requieran un ejercicio físico intenso.
- Durante la jornada laboral, mantener una posición recta en el asiento y evitar permanecer con el cuello o la espalda doblados durante mucho tiempo.
- Durante el reposo, mantener una postura adecuada, evitar doblar las articulaciones y mantener los brazos y las piernas estiradas.
- El calzado tiene que ser elástico, firme y de piel. El talón debe llevarse sujeto, la puntera ancha y el empeine lo suficientemente alto para que no se produzcan rozaduras.
- La obesidad puede provocar un sobrepeso sobre las articulaciones, por ello, hay que intentar llevar una dieta sana e equilibrada.
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