No bien Edelweiss presentó la iniciativa privada para construir una nueva terminal y, a cambio, quedarse con el terreno donde está emplazada la actual estación (allí está prevista la construcción de una mega torre de 200 departamentos) la polémica fue constante. La oposición afirmó, en rigor, que la iniciativa no era “transparente” y hasta se habló de un “traje a medida”. Pero Edelweiss quedó descalificada de la licitación –sólo quedó en carrera la firma Rowing- y esto obligó a los opositores a centrar sus críticas exclusivamente en la falta de “transparencia”. Por eso, cuando Democracia adelantó la intención del meonismo de aprobar el traslado, y una vez entregado el proyecto a los concejales, la polémica volvió a estallar.
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