OPINION

Durmiendo con el enemigo

En los tiempos que corren, es evidente que la voracidad de las empresas multinacionales no tiene límites. Así es que buscan las mejores oportunidades para aumentar su rentabilidad de todas las formas posibles y para ello a veces se sirven de la complicidad de actores locales. Es por ello que en todas partes (tanto en la Argentina como fuera de nuestro país), se ponen algunos límites para la protección de los pequeños y medianos comerciantes locales que son los que efectivamente gastan y tributan en la ciudad.
Claro está que no puede prohibirse la instalación de un emprendimiento comercial como EASY en la ciudad de Junín, pero entre este extremo y el de permitirle instalarse en un lugar propiedad de la municipalidad (los talleres municipales) hay un intermedio. Y ese intermedio tiene que ver con la búsqueda del equilibrio que tienda a la fórmula del “ganamos todos”: los consumidores y el municipio (es decir todos nosotros). Pero también, debe buscarse minimizar el impacto que la instalación de una cadena de estas características tendrá sobre el comercio minorista local. No hay que hacer ningún estudio (o ser muy avispado) para darse cuenta que tendrá un impacto negativo sobre algunos sectores que entren en competencia con el mega emprendimiento, por eso la búsqueda del equilibrio debe tener como actor protagónico al sector público (municipal) en la defensa hasta donde sea posible de los intereses de “sus” empresarios locales. Porque como bien sostienen algunos comerciantes seguramente afectados en el futuro, por un lado “venimos trabajando desde hace varios años con la iniciativa de centros comerciales a cielo abierto, y ahora el propio municipio gira 180º su política y permite la instalación de una gran superficie en el único lugar donde es posible según el Código de Planeamiento Urbano (cosa para discutir): los talleres municipales”. Esto es lo más parecido a estar durmiendo con el enemigo.
¿Cómo pueden entenderse estos cambios de actitud? ¿Es tan urgente el traslado de los talleres municipales? ¿Para qué está el Plan Estratégico de Desarrollo, no es para planificar el Junín que queremos hacia el futuro? ¿O será que el Gobierno local tampoco cree en el propio instrumento de planificación? ¿Qué diferencias hay entre estas iniciativas y las que se criticaban fuertemente en el contexto del neoliberalismo de los ´90?
En este, como en otros casos, lo que se está viendo es que la Agenda pública de nuestra ciudad está siendo manejada por los intereses de quienes privilegian la rentabilidad empresaria al desarrollo armónico de la comunidad. Y para esto encuentran en Junín un gobierno cómplice dispuesto a fomentar tales iniciativas so pretexto de la libre competencia.

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