Sarmiento fue en la última semana noticia nacional. Lamentablemente no ocupó el lugar en los medios como todos querríamos verlo, ya sea por el logro del soñado ascenso, por ganarle a un equipo de Primera División por la Copa Argentina (como ha sucedido no hace mucho tiempo), por festejar su 101 aniversario, por remodelar su estadio, conservar el club de campo, llevar a sus inferiores a competir con los equipos de categorías superiores o varios temas más que podríamos enumerar.
El equipo de Junín (de todos quizás) fue “marcado” por una supuesta propuesta de “comprar” a Gastón Meineri para que este dirija a su favor en el partido contra Italiano. Primeramente aclaro que (por más que me duela y no lo crea) es verdad que cualquier persona de la ciudad o que no viva en esta se puede acercar a un hotel, decir que viene de parte de la subcomisión del hincha y preguntar “¿cuánto sale el partido?”.
Ahora bien, la diferencia es abismal cuando en la primera comunicación que da el ex árbitro y actual titular del Sindicato de Arbitros Deportivos de la República Argentina (SADRA) Guillermo Marconi afirma que “un dirigente de Sarmiento que integra la subcomisión del hincha intentó sobornar al juez Gastón Meineri” dos errores en la misma frase que trae confusión al mundo del fútbol que alrededor de las 17 hs del día martes ya ponía en tela de juicio el gran torneo que lleva adelante Sarmiento, hoy único puntero de la B Metropolitana.
No fue un dirigente el que hizo la supuesta proposición y no existe dicha Subcomisión.
Pero además, otra forma de mal informar lo sucedido y contradiciendo sus palabras anteriores, Marconi expresó que “no se realizó ninguna denuncia policial porque no hubo nada en concreto y si tenemos que denunciar por cada caso de estos no se tendría que jugar ningún partido en Argentina”. Todo confuso: ¿Hubo intento de soborno o no? Celebro que si lo hubo Meineri lo manifieste, pero si todos los fines de semana suceden estas cosas, ¿por qué justo sale a la luz en el partido de Sarmiento – Italiano? No digo que haya una mano negra, pero aún no lo entiendo.
Con el correr de las horas del día martes y al ponerse en conocimiento que los dirigentes de Sarmiento (en una decisión acertada) manifestaran que habían presentado la denuncia correspondiente en los Tribunales de Junín, tanto Marconi como el implicado Gastón Meineri salieron a desligar totalmente de lo ocurrido a los dirigentes de Sarmiento, esgrimiendo que Fernando Chiófalo es una persona incapaz de llevar adelante tal maniobra ya que “lo conocen y saben que no se maneja de esa forma”.
Entonces, ¿había necesidad de “ensuciar” al club de esa manera? ¿No era más sencillo aclarar desde el primer momento que el club no tenía nada que ver pero que había pasado tal o cual cosa ajena a Sarmiento? Preguntas sin respuesta que llevaron por ejemplo a que el encargado de la Subcomisión de fútbol de Colegiales diga que “están cansado de las mentiras de Sarmiento que esto ya lo sabía por trascendidos” otra acusación sin prueba alguna. Rescato en esto, lo del Presidente de Estudiantes de Caseros Fernando Isla Cáceres quien expresó su solidaridad con los dirigentes, afirmando que son “personas incapaces de realizar este tipo de cosas”.
Desde ya que la plata sucia le hace mal al fútbol y no estoy para nada de acuerdo, es más, si esto fuese verdad estaría indignado, pero acusar sin pruebas y desligar a la dirigencia luego de ponerlos en el banquillo de los acusados también le hace mal al fútbol. Por suerte el ambiente futbolero descreyó (salvo unos pocos) esta acusación. Ojalá ahora Sarmiento sea noticia en el país, pero por el ascenso al Nacional B.
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