ANTE LA LLEGADA DE LOS PRIMEROS FRIOS

Aseguran que la garrafa de 10 kilos se mantendrá a un costo de 16 pesos hasta fin de año

Comerciantes y distribuidores de nuestra ciudad afirmaron que “hay un compromiso” para no aumentar el valor de este combustible envasado. Cuánto cuesta calefaccionar una casa y qué opciones existen para economizar durante el invierno.

La llegada de los primeros fríos y los problemas de desabastecimiento de gas envasado ocurridos durante el año pasado, pusieron en alerta a un amplio sector de la población local, que no tiene más alternativa que utilizar las garrafas para calefaccionar sus hogares.
Esto, sumado a los elevados precios que en muchos casos se pagaron durante el último invierno por los tubos y garrafas, motivó a DEMOCRACIA a indagar qué sucederá esta temporada con el programa oficial “Garrafas para Todos”.
En este sentido, desde dos distribuidoras locales aseguraron que las de 10 kilos no superarán los 16 pesos –el precio estipulado por convenio-, en tanto que las de 15 kilos tendrán un costo de 25 pesos.
La situación varía ampliamente si se consideran los tubos de 45 kilos, ya que, al contener propano en lugar de butano (el gas subvencionado por el Estado), el costo se eleva a los 230 pesos en promedio.
“El año pasado hubo algunos problemas de abastecimiento. Este año todavía no se notaron, porque como no hicieron grandes fríos, no hubo tanta demanda. De todos modos, nosotros vamos todas las tardes a los distintos barrios y vendemos la garrafa a 16 pesos”, sostuvo Juan Carlos, responsable de la firma Gonzalito Gas.
“Es complicado vender la garrafa a ese precio, sobre todo para los que no tenemos la subvención del Estado. Pero yo me había comprometido con el Municipio y las voy a seguir vendiendo a ese precio. Lo manejo como puedo”, indicó el comerciante y agregó que mañana estarán vendiendo gas envasado en la localidad de Agustín Roca.
Por su parte, Federico Gerry, de Amarilla Gas, expresó: “Creo que no vamos a tener problemas de abastecimiento, porque en el invierno a nosotros nos entran unas 1400 garrafas diarias, de las cuales unas 800 se distribuyen en Junín”.
Hoy por hoy, poco menos del setenta por ciento de los domicilios de Junín cuenta con el servicio de gas natural (de acuerdo con el Censo 2010, de 30.315 viviendas, 20.021 tienen ese beneficio), por lo que los tubos y garrafas continúan siendo muy utilizados en algunos sectores, sobre todo los de menores recursos.

Todo un presupuesto

Según un relevamiento realizado por DEMOCRACIA, los juninenses deben desembolsar un mínimo de entre 300 y un máximo cercano a los 1.000 pesos por mes para estar a resguardo de las bajas temperaturas.
Quienes menos gastan son aquellos que tienen la conexión al gas natural, que en promedio abonan entre 300 y 350 pesos bimestrales por una provisión que cubre a gran parte de la casa.
Al respecto, el presidente del Grupo Servicios Junín, Damián Itoiz, reveló que en la ciudad existe un consumo promedio de entre 1.500 y 1.800 metros cúbicos. “Es la proporción que se da a lo largo de todo el año, lo cual insume una erogación que se ubica en el orden de entre los trescientos y trescientos cincuenta pesos cada dos meses”, señaló.
El funcionario acotó que “las tarifas se mantienen estables desde el año 2001” y descartó que en el transcurso de los próximos meses haya variantes.
Más complicada está la situación para quienes no tienen acceso al fluido gaseoso y deben arreglárselas con otros mecanismos que, por sí solos, no pueden ambientar todo un inmueble.
Por ejemplo, quienes cuentan con una estufa a kerosene deben cargarla al menos dos veces por día, lo que provoca un consumo total de diez litros y una erogación de 45 pesos. Suponiendo que ese método se utilice veinte días al mes, llevar el calor a una sala grande o dos chicas implicaría desembolsar novecientos pesos.
Otro recurso muy utilizado en la ciudad son las pantallas alimentadas con gas envasado.
El precio de cada pantalla oscila entre los 75; 100 y 150 pesos (dependiendo del tamaño y la composición material). En tanto, las garrafas de 10 kilos cuestan 16 pesos y tienen una duración de entre cinco y siete días, según el uso. Con esto, al final de cada período mensual se originaría un gasto de entre 64 y 80 pesos. De todas formas, y siempre y cuando se encuentre dentro de las posibilidades monetarias de los ciudadanos en cuestión hay que tener en cuenta que en las casas de más de un ambiente es muy difícil hallar solamente un aparato de esta clase. Por lo general, se busca calefaccionar la cocina, los cuartos de dormir e incluso el baño.  

Otros métodos

¿Existe alguna forma de calefaccionar el hogar sin tener que pagar una fortuna? Los especialistas apuntan una serie de medidas que pueden adoptarse para bajar el consumo y lograr un rendimiento más eficiente: desde optar por sistemas alternativos de bajo consumo hasta revisar burletes en las ventanas y cerrar persianas durante la noche para mantener el calor adentro.
La vedette de la última temporada invernal fue el panel calefactor, que permite calentar un ambiente por un gasto de entre 2 y 7 centavos por hora. Cuestan entre 400 y 500 pesos y no requieren instalación. El sistema tiene limitaciones: un equipo grande rinde en espacios de hasta 36 m2.
“Hay otras cosas que se pueden hacer para optimizar la energía empleada en la calefacción”, explicó un arquitecto que se dedica a construir edificios respetuosos con el medio ambiente, muchos de los cuales, precisamente, no tienen gas. “La colocación de termostatos en los ambientes es de gran utilidad, sobre todo en las nuevas viviendas que se construyen con pisos radiantes eléctricos. La ventaja de este sistema es que, a diferencia de la losa radiante, se puede regular la temperatura de cada ambiente. Otra ventaja de estos sistemas es que calentar el piso consume menos energía que calentar el aire”, detalla el arquitecto.