Testimonio

“Cuando empecé a darme cuenta que no quería más ese tipo de vida para mí, ni para mis hijos, que no podía opinar, ni trabajar, ni hablar de tener amigos, bueno, empecé a hacer una terapia psicológica, y a cambiar en muchos aspectos, a no ser tan fácil de dominar, y ahí entendí muchas cosas, y esto a su vez agudizó más la crisis con mi marido. Empezó a haber más problemas, a romperme libros, cosas de la casa. Yo ya no tenía ningún interés en él, ni como hombre, ni como marido, ni como nada, bueno, un día le planteé que el amor se había terminado por completo y que me quería separar, y así fue. Primero fue el llanto y la lástima, cuando no pudo con la lástima fue con el odio y las amenazas, y así fue subiendo escalones hasta que se dio cuenta que mi decisión era firme, que ya no iba a volver a estar con él”, contó María, que prefirió mantener su identidad en reserva.