EL OBSERVADOR

El problema no es el impuesto

La cuestión de fondo que sobrevuela la polémica por la Tasa de Espectáculo no radica en la deuda que mantendrían algunos empresarios del rubro con la comuna, sino en la eliminación de un impuesto que podría aportarle fondos frescos al municipio, en un contexto de crisis, en el cual los municipios no paran de enviar señales de descontento por el recorte en los fondos de la coparticipación, que ronda los 900 millones de pesos.
Si bien es cierto que al momento de votar la cancelación de esta tasa, aún no se sabía que los gobiernos nacional y provincial iban a hacer un recorte en las partidas, no es menos cierto también que la propia realidad política nacional hacía prever un contexto de ajuste económico tras las elecciones.
Resulta contradictorio, a su vez, que mientras el municipio sube las tasas y mete más presión a los bolsillos de los juninenses, renuncia por otra parte al cobro del derecho de espectáculo, con el argumento de que esta quita funcionaría como un incentivo.
Es cierto que algunos eventos realizados en Junín han tenido alguna repercusión en medios nacionales y han generado movimiento en la ciudad.
Pero hay un dato que refuta la “necesaria” quita de la tasa: la mayoría de los artistas que pisaron Junín emprenden giras nacionales y recorren distintas ciudades, adonde sí tienen que pagar un canon. ¿Dejan de ir por esto? Seguramente no. Acaso dejó el Indio Solari de tocar en Junín por la tasa de espectáculo. No. Junín es y será una plaza atractiva, pero no por la quita de un impuesto, sino, antes bien, por su peso regional y su infraestructura. 

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