En la Argentina de 2025, independizarse se ha convertido en una meta cada vez más difícil de alcanzar para los jóvenes. El sueño de vivir solo choca con una realidad económica que impone barreras cada vez más altas. Para quienes planean independizarse en Junín, el panorama económico actual presenta múltiples desafíos. Tanto el acceso a una vivienda como la adquisición de los elementos básicos para equiparla, representan un gasto significativo que obliga a repensar prioridades y evaluar con atención el presupuesto disponible.
El primer obstáculo es el alquiler. Actualmente, encontrar un departamento de dos ambientes por debajo de los 200 mil pesos mensuales resulta prácticamente imposible, incluso en zonas periféricas. A eso hay que sumarle el depósito inicial, la comisión inmobiliaria y, en algunos casos, gastos de gestoría, lo que hace que el costo inicial para independizarse se eleve.
Los monoambientes, según explicaron desde Roggero Propiedades en una nota realizada por Democracia, en abril de este año, pueden encontrarse a partir de los 200 mil pesos, mientras que las unidades de un dormitorio oscilan desde los 250 mil en adelante. La diferencia de precios entre el centro y los barrios se ha reducido, ya que muchas zonas de Junín han experimentado un crecimiento significativo que impactó en el valor de las propiedades.
Desde la inmobiliaria Pietrobon, coincidieron con los valores mencionados por su colega y sumaron que un departamento céntrico de dos ambientes, que en enero de 2025 costaba entre 220 mil y 250 mil pesos, hoy se ubica en torno a los 350 mil.
En el caso de las unidades de tres ambientes en el centro, los precios oscilan entre los 350 mil y 400 mil pesos, con una posible reducción de hasta 100 mil si se opta por zonas más alejadas. Las casas, por su parte, son cada vez más escasas y no suelen encontrarse por menos de 500 mil pesos mensuales, incluso en radios de hasta ocho cuadras del centro.
Curiosamente, en algunos casos se da un fenómeno en el que el valor de mercado de las casas resulta inferior al de departamentos. El martillero Pietrobon había explicado que el metro cuadrado de un departamento a estrenar puede alcanzar valores que una casa no logra justificar. Sin embargo, las familias continúan mostrando una preferencia por las viviendas unifamiliares.
Roggero señaló que, aunque la demanda se orienta naturalmente hacia las casas, el desbalance con la oferta empuja a muchas familias a optar por departamentos. El mercado está dinámico y, según estimaciones de Roggero, el 60% de quienes buscan alquilar provienen de otras ciudades, impulsados principalmente por la Universidad Nacional del Noroeste (UNNOBA) y el crecimiento del sector empresarial local.
Equipamiento básico
Pero conseguir una vivienda no es el único gasto que debe afrontar quien busca independizarse. Equipar el hogar desde cero implica una inversión significativa. Una heladera básica puede costar entre $489.000 y más de $625.000, según los modelos disponibles en comercios como Naldo o Cetrogar.
En cuanto a cocinas, los precios de las opciones más económicas arrancan en $340.000, aunque pueden superar los $420.000 si no se accede a descuentos promocionales. Una mesa de comedor de tamaño estándar puede costar entre $316.000 y $392.000, mientras que un sommier y colchón individual pueden superar ampliamente el millón de pesos, aunque con descuentos, los precios se reducen a entre $370.000 y $665.000, dependiendo del comercio.
Cabe aclarar que los muebles, e inclusive los electrodomésticos, pueden adquirirse a valores muy reducidos y "charlables" en remates o plataformas de compraventa y en ese caso la cifra se reduce en gran medida, aunque la experiencia de adquisición suele ser un poco más complicada y engorrosa que ir a una tienda reconocida y elegir los productos que más se ajusten al presupuesto disponible.
Como en todos los órdenes de la vida, tomar una decisión implica obtener la mayor cantidad de información posible y meditarla sin apresurarse, sopesando todas las alternativas. De manera tal que independizarse sea una experiencia grata y no un drama.
A todo esto, se suman los servicios mensuales. El gas en un departamento de dos ambientes puede representar entre $10.000 y $15.000 por mes, aunque esta cifra varía según el uso y la temporada. La tarifa de luz, por su parte, se estima entre $25.000 y $30.000 mensuales; mientras que un plan de internet de 300 megas ronda los $20.000, y un plan de celular con datos y llamadas se sitúa entre $10.000 y $15.000 mensuales.
Es importante destacar que estos valores ya contemplan descuentos habituales de las compañías proveedoras.
En este contexto, independizarse en Junín exige una fuerte inversión inicial y un ingreso mensual que permita sostener los altos costos de vivienda y servicios básicos.
Aunque la ciudad ofrece oportunidades vinculadas a la educación y al desarrollo empresarial, el acceso a la vida autónoma está claramente condicionado por la capacidad económica de quienes lo intentan. Independizarse, entonces, es una decisión que requiere planificación, ahorro y una evaluación realista de los ingresos. Para muchos jóvenes, compartir vivienda o volver a casa de los padres sigue siendo una opción forzada ante un mercado que, si bien muestra algunas señales de alivio, continúa siendo restrictivo para los que recién empiezan.
Aumento de alquileres
Uno de los principales gastos es, sin duda, el alquiler. En mayo, quienes firmaron contratos bajo la Ley 27.551 —que establece actualizaciones anuales según el Índice de Contratos de Locación (ICL)— enfrentarán un incremento del 95% en sus pagos mensuales.
Aunque el número impacta, representa una baja respecto a los aumentos de los últimos tres años, que llegaron a superar el 100%. El ICL combina la evolución del Índice de Precios al Consumidor (IPC) con la variación de los salarios de los trabajadores registrados.
Este ajuste más moderado generó cierto alivio en el mercado inmobiliario, aunque la reciente suba del dólar genera incertidumbre sobre la sostenibilidad de esta tendencia.
Desde el Foro Profesional Inmobiliario (FPI) también advirtieron una desaceleración en los contratos con actualizaciones más frecuentes: los trimestrales suben un 8,29%; los cuatrimestrales un 12,16%; y los semestrales un 21,47%. Estas cifras muestran una caída generalizada del índice, aunque en un contexto aún volátil.
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