Muchas rutas nacionales comenzaron a convertirse en caminos minados de peligros a causa de la falta de planificación estatal por mantener las arterias en condiciones, lo cual se cobra la seguridad vial.
La Ruta Nacional 188 es un claro ejemplo de lo detallado en las primeras líneas. Dependiendo la zona, crece el grado de peligrosidad, ya sea por travesías urbanas demasiado antiguas para los tiempos que corren, o por los constantes pozos y calzada deforme en zonas donde los vehículos tienen permitido viajar a velocidades superiores a los 100 kilómetros por hora.
La 188, arteria vital que conecta importantes localidades del noroeste bonaerense, se ha convertido en un verdadero calvario para los automovilistas, especialmente en el tramo que une las ciudades de Rojas y Junín.
El deterioro avanzado de la calzada, marcado por la proliferación de baches de gran tamaño, la falta de señalización adecuada y la ausencia de políticas de mantenimiento efectivas por parte del Estado nacional, han transformado este trayecto en una trampa peligrosa.
La situación ha llegado a un punto crítico tal que incluso la popular aplicación de navegación Waze ha comenzado a alertar a los usuarios sobre los puntos más riesgosos debido a la presencia de estos pozos. Conductores que transitan habitualmente la ruta relatan maniobras bruscas para esquivar los baches, poniendo en riesgo su integridad física y la de otros usuarios de la vía.
La situación se agrava y lo peor es que no se observan planes concretos de repavimentación integral, ni siquiera operativos de bacheo sistemáticos que mitiguen los efectos del desgaste natural y el tránsito constante. La señalización horizontal y vertical es deficiente en muchos tramos, lo que dificulta aún más la circulación, especialmente en condiciones climáticas adversas. Y al parecer falta lo peor porque la ruta seguirá su deterioro de manera acentuada, más en esta época de cosecha, donde la 188 se convierte en una ruta vital que conecta la zona núcleo productiva con los puertos del río Paraná. Hacia allí viajan diariamente cientos de camiones cargados de granos que superan los 40 mil kilos.
La ausencia de inversión en infraestructura vial genera preocupación porque, además, el deterioro de la ruta impacta negativamente en la economía regional, dificultando el transporte de mercaderías y el acceso a servicios. Los reclamos por una intervención urgente se multiplican, pero hasta el momento no encuentran respuestas concretas desde el gobierno central.
Inclusive, en la última sesión que realizó el Concejo Deliberante de Junín, los ediles solicitaron a Vialidad Nacional que tome medidas para garantizar la seguridad de quienes transitan por la Ruta Nacional 188. "Planteamos que el organismo analice la viabilidad, no solo de la mejora de la cinta asfáltica, sino también todo lo que tiene que ver con accesos, posibles rotondas, iluminación y su correcto mantenimiento", dijo el concejal Martín Palma (UxP).
Para el edil, la Ruta 188 "es una vía central que conecta una Región importante del noroeste bonaerense", y que, por el crecimiento natural de la ciudad, "se constituye como un obstáculo para la conexión de algunos barrios". "Por eso planteamos la necesidad de trabajar en la seguridad de los automovilistas y también de nuestros vecinos de a pie que día a día la transitan", sumó.
Lo cierto es que la seguridad vial no puede ser una moneda de cambio. La Ruta Nacional 188, en su actual estado, representa un peligro latente para miles de personas que la utilizan a diario.
Travesía urbana demasiado riesgosa
Otro agravante es el crecimiento de la ciudad que ha expandido sus límites hacia tierras antes vírgenes en materia urbana, y ha generado una problemática vial que demanda atención. Y lo que alguna vez fueron rutas o avenidas provinciales y nacionales diseñadas para el tránsito de largo recorrido, hoy se han convertido en una especie de avenidas de facto urbanas.
Así, la Ruta 188, se ha transformado en un escenario de alto riesgo, especialmente en el tramo comprendido entre la Ruta 65 y el peaje de Agustín Roca.
Julio Miguens, presidente de la Federación de Sociedades de Fomento de Junín, le dijo a Democracia hace pocos días que "la Ruta 188 es un grave problema que requiere atención inmediata”. “El tránsito pesado, el tránsito local, los ciclistas y los peatones se mezclan en una vía que no está diseñada para soportar tal volumen de tráfico”, aseguró el fomentista.
El presidente de la Federación de Fomento criticó la falta de respuesta de las autoridades de Vialidad ante los reclamos de la comunidad. “Hemos pedido rotondas, señalización adecuada y controles de velocidad, pero no hemos recibido respuestas satisfactorias. Nos dicen que lo van a estudiar, pero no vemos acciones concretas”, lamentó.
Es imperativo que se tomen cartas en el asunto de manera urgente, implementando un plan integral de mantenimiento y repavimentación que garantice la transitabilidad y, fundamentalmente, la seguridad de todos los ciudadanos.
La paciencia de los usuarios se agota, y las consecuencias del abandono pueden ser irreparables.
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