El desafío de abordar la problemática del  bullying en la escuela y la clave de la escucha
NIÑOS Y ADOLESCENTES EN EL ÁMBITO ESCOLAR

El desafío de abordar la problemática del bullying en la escuela y la clave de la escucha

Sin dudas se trata de un fenómeno que se magnifica a escala global y donde más allá de los protocolos de acción, toma especial relevancia la necesidad del diálogo y la cercanía con los alumnos. También demanda un rol activo de los padres y la sociedad toda para afrontarlo.

Las situaciones de bullying en el ámbito escolar son tan frecuentes como dañinas para la autoestima, la salud y el bienestar, tanto de niños como de adolescentes. Si bien muchos casos de acoso se conocen a través de los medios, hay otros tantos que permanecen en el silencio, con un padecimiento cotidiano, donde el desafío de las escuelas está en intervenir y cuánto mejor, prevenir.

Sin dudas se trata de un fenómeno que se magnifica a escala global y donde toma especial importancia la necesidad de una escucha atenta y cercana con los alumnos, en el plano escolar, pero también se requiere de un rol activo de los padres y la sociedad para afrontar la problemática.

La mirada de los referentes de educación y profesionales, para entender el entramado de una problemática que continúa in crescendo y convoca a todos, resulta imprescindible.

Protocolos y abordaje

Toda situación de conflicto en el escenario escolar se basa en la protección de los derechos del niño, encuadradas en la Comunicación Conjunta 1/23, para la intervención y el abordaje en cuestiones como violencia entre pares, hostigamiento y violencia física, tal y como destacan desde la Jefatura de Educación Distrital.

La prevención se aborda a través de un programa de la modalidad de psicología en el interior de las escuelas, junto a los equipos y se trabaja por nivel y modalidad y con el abordaje que hace cada escuela.

Diego Carpinella, director de la Escuela Secundaria San José, indicó que “la primera manera de detectar el bullying en la escuela es con la escucha atenta y cercana con los alumnos, tanto de los adultos, profesores, el Equipo de Orientación Escolar, preceptores, auxiliares, directivos, y también de los mismos compañeros”.

En ese sentido remarcó la importancia “de que los alumnos puedan ser escuchados en todo momento, que tengan diversos canales para poder comunicarse, en este caso en lo que refiere al acoso físico o psicológico que puede hacer otro par”. 

Estos canales se traducen en los delegados de cada curso, preceptores, EOE y demás, “que procederán inmediatamente a brindar contención y acompañamiento al alumno acosado, y diálogo con quienes acosan. Es un espacio para que todos los implicados -y en ocasiones el curso en general-, puedan expresarse”, señaló. 

Asimismo, se realiza la notificación a las familias implicadas, en un abordaje en común con la escuela, y en todo caso, si la situación lo requiere se eleva a Inspección, servicios sociales y/o Fiscalía de Menores. 

Carpinella señaló que “resulta fundamental que los niños y jóvenes estén acompañados y en total cercanía de parte de su familia, de la escuela; y que no duden en recurrir a un profesional de la salud porque en ciertos casos el daño a su autoestima e identidad se ven totalmente comprometidos, especialmente en la adolescencia donde la mirada del par cumple un lugar de privilegio”.

El trabajo de prevención

Más allá de los protocolos y las acciones para enfrentar los casos de bullying, para Carpinella “lo más importante es el abordaje previo de prevención para que esto no ocurra, o para que los alumnos puedan tener los recursos necesarios para poder comunicar inmediatamente cuando comienza a generarse el acoso”. 

Destacó a su vez propuestas muy relevantes como “talleres o charlas sobre temáticas como la empatía, el respeto, la inclusión, las normas o acuerdos de convivencia y el buen uso de las redes sociales”.

Sin dudas que la tarea de abrir el juego y poner en el aula el tema del bullying para analizarlo y discutir entre pares, resulta una tarea fructífera, que interpela a todos.

“En la actualidad los celulares y las redes sociales cumplen una función sumamente significativa en las relaciones humanas, los jóvenes no están exentos a eso, ni mucho menos. Y en lo que hace específicamente al bullying, o casos de ciberbullying, los mismos pueden convertirse en agentes multiplicadores de agresiones o cualquier tipo de violencia y manipulación sin ser fácilmente individualizados”, expresó el directivo y advirtió que “éstos pueden ser totalmente dañinos para la salud psíquica del acosado, ya que queda totalmente expuesto ante los pares o personas en general”. 

Una mirada hacia la problemática

En función de los distintos talleres y debates que llevan adelante equipos, docentes y profesionales hay abordajes que resultan imperiosos para comprender la problemática.

En principio se entiende que sería clave pensar en las tres partes de la situación de bullying: el que acosa, sus motivaciones; el que recibe el acoso, donde tal vez algo resuena en ese otro; y luego la tercera parte que son los espectadores, los que también sancionan o bien alimentan o lo celebran.

Los profesionales acuerdan en que resulta muy importante ofrecer a los niños y jóvenes las herramientas para que afronten las situaciones, puesto que muchos consideran que “el conflicto es inevitable, forma parte de la esencia de la vida y es constitutivo de la sociedad”.

Violencia en las escuelas

Consultada por Democracia, la Consejera General de Educación -PBA- Natalia Quintana se refirió a la violencia creciente en las escuelas, una pata fundamental en los abrumadores casos de bullying.

“Hace muchos años, que quienes trabajamos en educación, vemos con preocupación cómo la violencia reinante en la sociedad ingresa a las aulas con diferentes manifestaciones”, y en ese sentido refirió las últimas noticias sobre “jóvenes con armas, audios donde se escucha a adolescentes planificando masacres”, como exponentes de la violencia imperante.

Quintana reconoció además que “la difusión de la serie Adolescencia puso el tema en la opinión pública, y bienvenido sea, si va a servir para que se reflexione sobre las crianzas, el rol de la escuela, los demás organismos de niñez y adolescencia, los problemas de salud mental, el consumo problemático de sustancia, el uso de las redes sociales y la responsabilidad de los adultos en estos temas”.

La conflictividad social, el alto grado de violencia verbal y mediática que vivimos a diario, señaló la Consejera de Educación, impactan de lleno en el aula.

“La naturalización y la aprobación social de las expresiones de violencia hace que los niños y jóvenes se identifiquen con ese modo de relacionarse. Los adultos somos el espejo donde los niños, niñas y adolescentes se miran. Los programas de televisión que más rating tienen son aquellos donde hay insultos, peleas y se tapan unos a otros a los gritos, sin respeto por quien habla. También en las redes sociales, los reels que más visualizaciones tienen son aquellos donde se insultan entre diferentes personas”.

Quintana cuestionó que “naturalizamos que la institución más importante de un país,  como es la figura presidencial insulte a quienes considera sus enemigos o a quienes piensan distinto, usando adjetivos ofensivos mientras conserva una alta aprobación social”.

Por último advirtió que “con este panorama está claro que la escuela no puede sola hacerse cargo de la situación. El trabajo, como todo lo que concierne a lo social, es con la participación y compromiso de la sociedad en su conjunto. La escuela tiene diferentes herramientas y dispositivos para trabajar las situaciones de violencia, pero necesita de otros organismos que acompañen e intervengan. Mucho se habla de la articulación, pero pocas veces sucede”.

“Adolescencia” y un debate urgente

La serie británica “Adolescencia”, estrenada en marzo pasado en la plataforma de Netflix generó un fuerte impacto a nivel mundial por su enfoque sobre la violencia -física y virtual- y el nivel con que interpela tanto a padres, como a la comunidad educativa y la sociedad toda.

La serie avanza con la historia de un joven que apuñala con saña a una compañera de la escuela y es detenido tras un impactante allanamiento en su casa. En el devenir de la historia la clave estará puesta en el abordaje del acoso, el desconocimiento por parte de las fuerzas policiales y especialmente de la familia respecto de la vida digital de los hijos y en ese contexto, la cultura “Incel” (celibato involuntario) por parte de los varones, que resulta como disparador.

Stephen Graham, autor y actor de la serie resaltó que la ficción también habla de las responsabilidades compartidas entre la familia, el sistema educativo, la política, la comunidad.

Y que se busca entablar una conversación necesaria sobre la adolescencia y la influencia de las redes “educando” a los chicos, para que los padres puedan "abrir la puerta de la habitación de sus hijos y hablarles, preguntarles qué les pasa".

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