Al hablar con los referentes de comedores y merenderos comunitarios de Junín hay frases que se repiten: “cada vez hay más necesidades”, “día a día se suman más chicos” y, también, “que cuesta mucho conseguir donaciones”.
Al respecto, Verónica García, coordinadora del Comedor El Tata, ubicado en barrio La Unión, en Dr. Calp y Carlos Gardel (Casa N° 20) contó a Democracia la situación que atraviesan.
“Nosotros asistimos a 40 familias, son más de 55 chicos. Damos la merienda de lunes a sábados y todos miércoles entregamos viandas”, resaltó la referente de El Tata.
Si bien es solo un día a la semana, resaltó que solían realizarlas tres veces por semana, pero las dificultades para acceder a alimentos limitaron esa posibilidad.
“Antes hacíamos lunes, miércoles y viernes, pero ahora la situación no lo permite. No tenemos muchas donaciones y cuesta mucho conseguir las cosas así que por eso solamente hacemos las viandas miércoles a la noche”.
Además, contó sobre la colaboración que realizan a vecinos del barrio: “También asistimos a tres abuelos del barrio, con pañales y merienda. También le llevamos la cena para que no anden solos. Y asistimos a mamás que están solas por casos de violencia de género”.
Sobre la cotidianeidad en el comedor que coordina, que según indicó recibe colaboración del Municipio, Verónica reconoció que “hay cada vez más necesidad, más chicos que vienen. Tenemos muchas necesidades. Demasiadas necesidades”.
Ayuda para continuar su labor
Otro de los merenderos que reconoció grandes dificultades para llevar adelante la tarea es el que se conoce como Las Tosquitas, ubicado en Araucarias 406.
En tal sentido, Rocío Mancho, su referente, quien además es la actual presidente de la Sociedad de Fomento de Villa del Parque, contó que los lunes y miércoles realizan una vianda con la cena y el sábado se les entrega facturas a las familias.
“Son entre 30 y 40 chicos. Estamos abiertos este mes, pero la situación es difícil, se sumaron algunos chicos y cuesta conseguir donaciones. Por el momento la Municipalidad y algunos particulares nos ayudan a seguir abiertos”, relató con preocupación.
“Necesitamos mucha colaboración y especialmente ahora con el tema de útiles para la escuela también”, resaltó la joven.
En ese sentido, desde el merendero Las Tosquitas piden colaboración con ropa, calzados y útiles escolares para los chicos y las familias, de cara al inicio del nuevo ciclo lectivo.
Trabajo todo el año
El trabajo de los comedores no solo es apuntalar la comida que falta en casa, sino que muchas veces resulta ser la única.
A ello se suma la contención con las actividades y talleres que muchos de ellos ofrecen, además de la comida o la merienda.
“Yo no paro, acá los chicos siguen viniendo todo el año. Y si cierro vienen igual. Ellos te preguntan si hay leche”, contó Norma Chirulo, referente del Merendero Los Solcitos, ubicado frente a la Escuela N° 17 y el Boliche Amarillo, en el barrio Los Totoreros de Junín, que funciona desde hace varios años.
“Yo les hago la merienda de lunes a sábados y la comida los sábados, siempre que tengo, porque se ha cortado mucho la donación. Hay, pero no con tanta frecuencia”, lamentó por lo que ello significa.
Al respecto, Norma indicó que son muchos los chicos que asisten al merendero: “A veces 25 a veces 30, todos los días. Son muchos”.
Y es por eso que las necesidades de alimentos son urgentes en todos los casos. Y en todos los comedores y merenderos.
“En este momento necesitamos fideos, puré de tomate, leche, galletitas. También alitas de pollo y carne picada que rinden más”, pidió para contar con lo básico, ya sea para la merienda diaria o la comida de los sábados.
Asistencia de Desarrollo Humano
Melina Fiel, secretaria de Desarrollo Humano del Municipio de Junín, señaló que desde su área se asisten a cerca de 23 comedores comunitarios en la ciudad.
La funcionaria indicó a Democracia que “se les pide una lista de las personas que asisten, es decir los niños, las familias y demás y con los alimentos que tenemos en la Secretaría hacemos un pack para cada uno según las necesidades. Ellos nos transmiten lo que necesitan”.
Acceso a la canasta básica
Una familia necesitó $1.033.716 en enero para no ser pobre y $453.384 para no ser indigente, según los cálculos difundidos días atrás por el Indec.
Durante enero, la variación mensual de la canasta básica alimentaria (CBA) -se utiliza para estimar la indigencia- y de la canasta básica total (CBT) -pobreza- fue de 0,9%, muy por debajo del 2,2% de inflación.
En un año, la canasta total subió 73,2%, por debajo del costo de vida. Por otro lado, la alimentaria anual subió aún menos, un 58,8%.
En diciembre de 2024, una familia había necesitado $1.024.435 para no ser pobre, mientras que en noviembre del mismo año había necesitado $1.001.466 para no caer en la pobreza y $434.620 para mantenerse por encima del umbral de la indigencia. La suba de un mes al otro había sido del 2,3%.
La Canasta Total, además de alimentos, incluye varios puntos del gasto de los hogares, como indumentaria, salud, transporte o educación, lo que determina la línea de pobreza.
En tanto, la Alimentaria releva solamente bienes de primera necesidad y establece la línea de indigencia.
Para el número oficial que se dio a conocer el jueves se tomaron en cuenta familias de cuatro integrantes (dos adultos y dos menores).
Por lo tanto, para grupos de dos, tres o más de cuatro, el número es diferente y debe calcularse de acuerdo a la estimación individual que también da a conocer el Indec en el mismo informe.
El adulto equivalente, la unidad que utiliza el organismo para las estimaciones, necesitó $ 334.536 para no ser pobre y $ 146.726 para no ser indigente.
Un hogar de tres integrantes, en tanto, precisó $ 822.958 para cubrir la Canasta Básica Total y $ 360.947 para la Canasta Básica Alimentaria.
Una familia de cinco miembros, por su parte, necesitó $ 1.087.241 y $ 476.860, respectivamente.
La canasta alimentaria se determina tomando en cuenta los requerimientos de nutritivos imprescindibles para que un varón adulto de entre 30 y 60 años, de actividad moderada, cubra durante un mes esas necesidades (adulto equivalente).
A su vez, el organismo oficial de estadísticas públicas utiliza una canasta de consumo de la población a partir de la información provista por la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo).
Para determinar la CBT se amplía la CBA considerando los bienes y servicios no alimentarios.
La estimación se obtiene mediante la aplicación del coeficiente de Engel (CdE), definido como la relación entre los gastos alimentarios y los gastos totales observados en la población de referencia.
Pedidos urgentes
Tanto desde el Comedor El Tata como del Merendero Los Solcitos, además del pedido de alimentos, señalaron que necesitan contar con una heladera de manera urgente.
Pueden contactarse al 2364 41-2748 (Los Solcitos) y al 2364 64-2836 (El Tata).
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