Crece la superficie sembrada con girasol.
Crece la superficie sembrada con girasol.
OLEAGINOSAS

Cultivar girasol, una nueva opción atractiva para la producción regional

Tiene buenos precios a nivel internacional, dada la escasez existente, tras la guerra entre Rusia y Ucrania, países que fueron grandes exportadores de girasol.

Destacan las mejores posibilidades económicas que tiene el girasol en nuestro país, en cuanto a la producción local y la venta del aceite girasol, a nivel internacional principalmente, a muy buen precio. En la zona núcleo, donde Junín está incluida, hay varios campos sembrados con girasol, un cultivo que desde hace dos años comenzó a crecer en Argentina. 

Esta situación ha despertado interés, ya que no era común ver grandes plantaciones de girasol por esta región, tan es así que el viernes próximo habrá una Primera Jornada de Girasol en Morse, organizada por varias instituciones como INTA, Liga Agrícola Ganadera, Asociación de Ingenieros Agrónomos, entre otras.

Al respecto el economista Jorge Ingaramo, de la Asociación Argentina de Girasol, quien disertará este viernes en la mencionada localidad sobre las posibilidades económicas que ofrece este cultivo, al ser entrevistado por Democracia, se refirió a las cualidades de esta planta oleaginosa que tiene buenos precios a nivel internacional, lo cual hace crecer su atractivo entre los productores, incluso “entre aquellos que alquilan el campo”, apuntó el entrevistado.

“Nos espera una buena campaña, en términos de precios, porque en este momento no hay girasol en el mundo, hay una escasez extrema, muy poco stock y va a ser muy difícil recomponerlo. El girasol se produce el 55 por ciento en Rusia y Ucrania, y esos países son el 75 por ciento de las exportaciones mundiales. Están en guerra, un conflicto que no tiene miras de solución”, apuntó.

“Los precios internacionales en Rotterdam, donde se fija la cotización del aceite que es el principal producto de exportación, están muy firmes, y van a estar firmes prácticamente durante toda esta campaña del el hemisferio norte.

Esta campaña se decide entre marzo y mayo, y se toman las decisiones de la campaña que viene, que recién se cosecha en octubre-noviembre”, acotó el economista. 

Al parecer este año la situación en cuanto a escasez seguirá igual. “Yo no creo que se hayan resuelto los problemas como para que se recompongan los stocks y haya una mayor oferta de girasol en el mundo. Entonces, veo buenos precios, ya los hay. El cultivo se va a mantener como muy atractivo en Argentina, prácticamente uno de los pocos que tiene márgenes brutos positivos, inclusive para campos alquilados. Estamos vendiendo más de 1.500 millones de dólares del complejo girasol al mundo, constituyéndonos en el noveno complejo exportador”, comentó. 

 

El cambio

Este cultivo se daba más bien en sudeste y sudoeste bonaerense, en La Pampa, Norte de Santa Fe y Chaco. Había muy poco en San Luis, en Entre Ríos prácticamente había desaparecido y en Córdoba también, y ahora, en los últimos años, desde la guerra entre Rusia y Ucrania (el 24 de este mes se cumplirán tres años desde su comienzo), el cultivo se ha empezado a difundir, los precios han sido muy buenos durante la mayor parte de este tiempo, por lo cual la gente empezó a tener interés, según dijo el entrevistado.

El economista mencionó también que había una generación joven de productores, que no tenía al girasol en su portafolio de cultivos, en sus rotaciones, y que recién ahora los están incorporando. 

“Es que el girasol tiene sus peculiaridades, hay que saber hacerlo, elegir bien la densidad de siembra, manejarlo bien como cultivo, fertilizarlo bien. Es un cultivo que se defiende muy bien cuando ya está implantado y tiene escasez de agua. Si está bien implantado es una bomba de agua, extrae agua del suelo, tiene raíces profundas. Ahora, si hay escasez de agua al momento de la implantación no vale la pena sembrarlo”, advirtió.

“La restricción más grande que tiene el girasol es la reducida ventana de siembra. No hay girasol de segunda o tardío como tiene la soja o el maíz. Se siembra en octubre-noviembre y se cosecha en marzo-abril”, afirmó.

 

Sequía y precio

Desde el INTA Junín, Guadalupe Tellería, respecto al cultivo de girasol señaló que “presenta un crecimiento sostenido en la zona y obedece fundamentalmente a dos cuestiones: Por un lado, a que es un cultivo que se desarrolla muy bien en condiciones de déficit hídrico, como lo hemos tenido en las últimas campañas en el contexto de La Niña. Y el otro motivo de gran importancia es que presenta un buen precio en el mercado. También habría otros motivos que se mencionan respecto al aumento de su superficie, por ejemplo que es una siembra menos costosa que la de un cultivo de maíz y por otra parte, se estima que en la zona núcleo hubo una menor siembra de maíz por temor a la chicharrita que estuvo presente la campaña pasada, y el productor se volcó a sembrar otros cultivos como girasol”. 

 

Nuevos espacios

“Hay nuevas zonas donde se cultiva girasol, está donde antes casi no había- explicó Ingaramo-. Es decir, había pero en la década del ’90 pero después cuando se produjo la crisis de la superproducción, en 1999, y los productores lo dejaron de hacer. Pasaron prácticamente 15 años en que, los de la zona núcleo sobre todo, hacían trigo, maíz y soja”.

Comentó que en nuestra zona el girasol se cosechaba desde marzo-abril, dependiendo la fecha de siembra. “Ya en estas fechas se pueden evaluar los cultivares para ver la capacidad de carga en cuanto a cuántas semillas va a tener la planta y demás. Las variedades de híbrido de girasol tienen un fuerte componente de materia grasa, cuando mas materia grasa tenga la semilla de girasol, más capacidad aceitera tiene y eso es lo que más se remunera”, dijo.

Vale apuntar también que en nuestro país es muy consumido el aceite de girasol, como aceite neutro, que no cambia el gusto de las comidas.

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