El jueves último, 30 de enero, se realizó una conmemoración especial en Agustín Roca, donde hubo una peña folclórica con la participación de vecinos, visitantes y artistas para recordar a Atahualpa Yupanqui, célebre cantautor, guitarrista, poeta y escritor argentino que pasó su niñez en dicho pueblo.
Fue en vísperas de la fecha del cumpleaños de Don Ata, quien nació el 31 de enero de 1908, cuando a partir de las 20.30, aproximadamente, con el emotivo encendido del fogón, sucedieron las actividades previstas.
En diálogo con Democracia, Leonor Palma, quien está al frente del Museo Atahualpa Yupanqui en Roca, agradeció a toda la gente que participó y colaboró gratuitamente para llevar adelante lo previsto. La conducción estuvo a cargo de Edgardo Barrionuevo; se presentó el libro “La flecha está en el aire”, del autor pergaminense Alejandro Gómez Monzón, acompañado por Diego Palavecino. Este libro está referido a la vida de Atahualpa.
Además, actuaron artistas invitados, como Jorge Moreno, Daniel Ferreyra, El sureño Gómez, Reencuentro Dúo, el ballet Encuentro de Amigos y Peña Lamaidana.
En la oportunidad, se entregaron reconocimientos a los colaboradores de esta peña tan especial, que desde hace unos tres años se lleva adelante en Roca por iniciativa de Coral Junín y las Voces de la Estación.
Cabe destacar que Kolla Chavero, hijo de Atahualpa, mandó un saludo especial a los organizadores de la vigilia por el 117 aniversario del nacimiento de su padre.
Don Ata
Atahualpa Yupanqui es el nombre artístico de Héctor Roberto Chavero, cantautor, guitarrista, poeta y escritor argentino, reconocido mundialmente como el músico argentino más importante de la historia del folklore. En 1986 Francia lo condecoró como Caballero de la Orden de las Artes y letras musicales. Falleció el 23 de mayo de 1992, en Francia.
Entre los años 1908-1916 transcurrió la niñez de Atahualpa en nuestra región, donde tuvo vivencias que lo marcaron para siempre, como él lo relata en las numerosas entrevistas que le hicieron durante su trayectoria. Héctor Roberto Chavero fue hijo de padre criollo y madre de ascendencia vasca, nace el 31 de enero de 1908 en De la Peña, partido de Pergamino. Su padre fue José Demetrio Chavero, un criollo de sangre quechua, nacido el 21 de diciembre de 1878 en Pergamino, y su madre, Higinia Carmen Haram, de origen vasco, nacida el 11 de enero de 1885 en Chivilcoy. Sus hermanos son María del Carmen Chavero, la mayor, nacida el 5 de mayo de 1905, y Demetrio Alberto, el menor, nacido el 2 de abril de 1911.
Cuenta la historia que poco después del nacimiento de Atahualpa -posiblemente después de la muerte de su abuelo Bernardino Chavero en 1910- la familia partió de Juan A. de la Peña (Pergamino) para radicarse en Agustín Roca (por entonces Coronel Marcos Paz), en plena pampa, a 15 km de Junín.
Atahualpa fue apasionado de la guitarra de su padre desde muy joven. Este último prefirió inscribirlo en clases de violín a la edad de 7 años (1915) con el padre Elifio Emilio Rosáenz (nacido en 1885 en El ciego, País Vasco español - fallecido el 03/02/1947 en Junín), violinista, pianista y compositor creador del Conservatorio de Música de Junín.
Su padre le permitió tomar clases de guitarra clásica a los 8 años de Atahualpa (1916) con Bautista Almirón, concertista y profesor de guitarra en Junín. Atahualpa descubre entonces un nuevo universo musical, y este aprendizaje será decisivo para el futuro.
A propósito de su niñez, cuando vivía en la estación de ferrocarril en Roca, ya que su padre era ferroviario, y sobre sus primeros pasos con la música, Leonor Palma, en diálogo con Democracia, mencionó una anécdota muy especial sobre un hecho que Don Ata no recordó cuando alguna vez fue entrevistado por Antonio Carrizo, pero el pueblo sí.
¿Quien le cambió por primera vez las cuerdas de su guitarra?, preguntó el reconocido locutor, a lo cual Atahualpa no pudo responder porque su memoria no recordó a Emilio Careac, peluquero que tocaba la guitarra en Agustín Roca, que fue quien ayudó al entonces niño en sus primeros pasos con un instrumento que lo acompañaría por el resto de su célebre vida. “Acá nació su pasión por la música”, afirmó Leonor.
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