El uso del celular para pagar, que fue novedoso en tiempos de pandemia, hoy es moneda corriente para los consumidores, sin importar el rubro o el tipo de compra a realizar. A menudo, es el medio de pago que más promociones y reintegros acumula, pero aún en rubros que no ofrecen descuentos es la opción que más elige la clientela.
En la recorrida que hizo Democracia por los comercios juninenses, hay un denominador común: todos aceptan cualquier billetera virtual, aunque sea para el pago con transferencia, y cada vez es menos frecuente ver en la calle el uso de tarjetas físicas o efectivo. Con el celular, basta.
El efectivo, la excepción
Cuando se hizo masivo el uso de tarjetas de débito, muchos aseguraban que el flujo de billetes en la calle iba a disminuir. En parte, fue así. Pero el broche de oro lo pusieron las billeteras virtuales, una forma de pago a través del celular que promete ser más ágil, segura y sencilla.
Se popularizaron durante la pandemia, cuando las medidas de aislamiento obligatorio tornaban más sencillo el uso de medios sin contacto. Desde entonces, y también impulsados por las promociones bancarias, los consumidores la han adoptado como una de las principales opciones para hacer sus compras, tanto online como en el comercio mismo. Es otra de las tendencias a nivel mundial que también se observa en Junín.
Si bien cada negocio tiene su clientela, hay un aspecto que es común en la mayoría de ellos, y es que los pagos con efectivo son cada vez menos frecuentes. En indumentaria, por ejemplo, ya es moneda corriente el uso del celular en la caja. “Los clientes se manejan sobre todo con transferencias, es muy raro ver pagos con débito”, explicó Celeste Pauloni, de Celta Mom & Babies. Asimismo, Belén Menichetti, de Fressia, aseguró que se debe, sobre todo, a que “les resulta más fácil” hacerlo de ese modo.
Pero es tal la popularidad de este medio de pago que ya no se circunscribe a determinados productos o montos. “A veces compran un metro de elástico, que son 200 pesos, y lo pagan con transferencia”, puntualizó Silvana Aguerre, dueña de Retacería Katy. En su caso, que cuenta con 30 años de experiencia en el rubro, estaba acostumbraba a recibir siempre pagos en efectivo, pero esa opción ha quedado relegada.
“El pago con QR es el más común, porque la gente se ahorra de tener que escribir y evita errores”, aseguró Aguerre.
Por su parte, muchos comerciantes han decidido no establecer mínimos de compra para pagar con billeteras virtuales y así facilitar las transacciones por ese medio, porque saben que es mucho más cómodo para los clientes. “Como comercio tratamos de aceptar todo porque no queremos perder ventas”, afirmó Menichetti.
El furor por las billeteras virtuales también caló profundo en el rubro gastronómico, desde donde destacan que su uso ha superado ampliamente al de las tarjetas. “Hay gente que paga un palito de helado por transferencia”, asegura Tomás Morán, dueño de la heladería Ipplis.
Antes de la pandemia, Morán aún no había abierto su negocio, por lo que desde el comienzo está acostumbrado a esta forma de pago 100% digital y lo atribuye “una cuestión de comodidad”, pues evita manipular muchos billetes y solo requiere del uso del celular.
Lo mismo ocurre en los bares y restaurantes, en los que el ticket promedio suele superar ampliamente a los de las heladerías. “Hay días en los que directamente no tengo efectivo en la caja”, explicó Bárbara Quintero, encargada de Madison, que observa que esa forma de pago ha quedado circunscrita, sobre todo, a cuando los comensales dividen gastos y hacen una “vaquita” para pagar la cuenta.
Lo más elegido, con o sin promociones
Tanto Mercadopago como Cuenta DNI fueron las aplicaciones pioneras y más extendidas desde el año 2020 en adelante. Con el tiempo, cada banco lanzó su propia plataforma y surgieron otras “startups” independientes del circuito tradicional, por lo que el abanico de billeteras virtuales es hoy muy amplio. Incluso, es común que cada persona tenga sus fondos distribuidos en más de una.
El lanzamiento de promociones exclusivas para ese método de pago también potencia su popularidad. De hecho, ese fue el motivo por el que varias entidades bancarias impulsaron la creación de Modo, la aplicación que reúne una cartera poco despreciable de descuentos en todos los rubros.
“Se nota mucho cuando hay promociones porque aumentan las ventas”, explicó el dueño de la heladería Ipplis, que está adherido a beneficios los fines de semana. Por eso, aunque el dinero utilizado sea de una tarjeta de débito, asociada a Modo, son muy pocos los clientes que sacan su plástico de la billetera, pues saben que si pagan con el celular obtendrán un reintegro.
Sin embargo, los juninenses se han acostumbrado a esta forma de pago a tal punto que, aunque no haya promociones vigentes en el comercio, también la eligen como su primera opción. “Hacemos descuento por pago en efectivo, pero la gente no tiene dinero encima”, afirmó Pauloni (Celta). Lo mismo observa Bárbara como encargada de Madison, que promueve ofertas en desayunos con “cash” y señala la “así y todo, muchos eligen pagar igualmente con billeteras virtuales”.
Como cualquier otra forma de pago, el uso de billeteras virtuales está también supeditado a los vaivenes en el índice de consumo y la situación económica en los hogares. Tal es así, que los comerciantes pueden anticipar en qué momento habrá más flujo por ese medio.
“Se utilizan más los primeros días y a finales de mes, cuando es época de cobro”, puntualizó Menichetti (Fressia). Durante las semanas restantes, suelen recibir mayormente pagos con tarjetas de crédito.
Desde Retacería Katy, por ejemplo, afirmaron que “en enero hubo mucho más efectivo en caja y pocos pagos con billeteras virtuales y tarjetas”, una tendencia que podría explicarse, en parte, por el hecho de que muchas familias afrontan otros gastos vinculados a las vacaciones o se resguardan para el comienzo de la época escolar y de esa forma buscan controlar el estado de sus cuentas.
Sin barreras etarias
Al igual que sucede con el uso de la tecnología en general, las billeteras virtuales trascienden todas las franjas etarias. Es de esperar que los clientes más jóvenes, por el uso que hacen del celular, sean los más adeptos a éstas, pero los comerciantes observan que hasta los adultos mayores las eligen para el día a día.
“La gente se fue adaptando y en su gran mayoría las saben manejar”, señaló Belén (Fressia). En su caso, trabaja en un rubro en el que reciben también a muchos adolescentes, y explicó que “a los padres les resulta cómodo porque les dan la plata para comprar”.
Como dueña de una retacería, Silvana puede ayudar a completar el panorama, pues destaca que su clientela se compone, fundamentalmente, de adultos. “La gente grande se aggiornó mucho, pero cuando no saben piden ayuda”, puntualizó. En ese sentido, el rol de los comerciantes también es clave para que el sistema funcione, ya que al momento de pagar son los que suelen resolver las dudas.
“Notamos más incertidumbre en los adultos mayores, pero los asistimos para hacer el pago”, coincidió Morán (Ipplis). De todos modos, también reconoce que suele haber confusiones o errores muy comunes entre los clientes, ya sea porque se equivocan los montos o porque efectúan el pago más de una vez. “Eso pasa todos los días”, señaló.
En parte, eso se debe a que, aunque comparten una interfaz similar, cada aplicación es diferente a las demás, y cada medio de pago también requiere de un proceso diferente: no es lo mismo transferir, pagar con QR o usar una clave, como es el caso de Cuenta DNI. Y los errores derivados de ello ralentizan un proceso que fue diseñado para ser ágil.
“Mucha gente aún no termina de entender cómo funcionan las aplicaciones. Slo escanean y pagan”, agregó al respecto Bárbara (Madison).
Los comercios, conformes
Detrás de cada medio de pago hay también un sistema de cobro para las empresas, en el que las comisiones y los tiempos de acreditación varían de acuerdo a la entidad recaudadora.
Afortunadamente, el “boom” de las billeteras virtuales tiene su contraparte positiva para los comercios, que notan una gran diferencia respecto a las tarjetas de débito y crédito. “Es mucho más fácil y efectivo, el descuento que nos hacen es mínimo y la acreditación es inmediata”, resumió Pauloni (Celta).
Incluso, aunque el cliente efectúe el pago con crédito, pero a través de la aplicación, los tiempos de cobro no son los mismos, pues los intermediarios también varían: según explicaron los entrevistados, la mayoría de las terminales de cobro pertenecen a organismos independientes de los bancos.
En promedio, las comisiones oscilan entre el 2% y el 10%. “En la sumatoria final, el descuento es importante”, aclaró Aguerre (Katy), y es por eso que varios comercios evitan recibir los pagos con QR, que suele ser el método que más porcentaje les retiene entre las demás opciones virtuales. Lo más conveniente, explican, es operar con transferencias, porque evita tener demasiado efectivo en la caja y les permite administrar con facilidad los pagos a proveedores.
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