Agricultura consciente en Junín: productos frescos, saludables y sustentables
A TRAVÉS DE DISTINTOS TIPOS DE CULTIVOS

Agricultura consciente en Junín: productos frescos, saludables y sustentables

En el último tiempo se registró un aumento en la venta de bolsones de verduras libres de agroquímicos así como de emprendedores locales comprometidos con una producción solidaria y responsable.

Orgánico, agroecológico, libre de agroquímicos. Desde hace unos años, estos términos resuenan en boca de muchos productores y consumidores, y los bolsones de vegetales y frutas de este tipo proliferan por las verdulerías de Junín.

Sin embargo, detrás de este escenario hay una expansión de emprendimientos que nuclean a productores locales, quienes se han destacado dentro de lo que se define como agricultura consciente y sostenible.    

Uno de ellos es Hidroponia Junín, proyecto familiar a cargo de Valeria Pogorelsky y su esposo Federico Tobal. 

Si bien la hidroponía es novedosa, poco tiene de nuevo y desconocido. Se estima que en el año 300 a.c comenzaba a estudiarse y fue en 1627 cuando Francis Bacon publicó el primer trabajo sobre el crecimiento de plantas sin sustrato terrestre. 

La palabra hidroponia deriva del griego hidro (agua) y ponos (labor o trabajo), por lo que significa, literalmente, trabajo en agua. La hidroponia es una técnica de cultivo en agua que prescinde de la tierra como vehículo transmisor de nutrientes.

En diálogo con Democracia, Pogorelsky, relató que el emprendimiento empezó “hace tres años, durante la pandemia, cuando buscábamos una alternativa a nueva actividad profesional”. “Fuimos avanzando de a poco; primero con un invernadero de hidroponía y después, en un año, agregamos otro más”, indicó.

Sobre la metodología de la hidroponia, explicó que “es un cultivo que se hace en agua sin suelo, así que tiene como beneficio la limpieza de los vegetales porque no se usa tierra como sustrato; y, además, hay muchas menos plagas porque no hay tierra”. 

Y agregó que “también es sustentable porque se consume un 90% menos de agua”. 

Hay algo más a tener en cuenta: la huella de carbono. Se trata de un indicador ambiental que calcula la totalidad de emisiones de gases de efecto Invernadero (GEI) generados -especialmente dióxido de carbono (CO2)-, emitidos directa o indirectamente por un individuo, organización, evento o producto a lo largo de su ciclo de vida. Estas emisiones contribuyen al calentamiento global y al cambio climático.

En ese sentido, aseguró que “al ser productores locales, contribuimos a la disminución de la huella de carbono porque los vegetales que se producen localmente se venden en todos los comercios de cercanía”. De esta forma, señaló que “se evita toda la huella de carbono que está dada por los gases tóxicos que llevan los camiones cuando recorren largas distancias con los vegetales”.

Por otra parte, destacó que se trata de cultivos libres de pesticidas sintéticos. “Al estar la planta bien nutrida, fuerte y protegida sin tierra dentro de un invernadero, nos permite hacer el control integral de plagas sin pesticidas”, puntualizó.

Alimentación más consciente 

El aumento de las ventas de los bolsones de frutas y verduras libres de pesticidas se explican en parte por un cambio cultural y una concienciación sobre el consumo natural.

“Desde hace un par de años, comenzó a haber una mayor conciencia, por parte de la gente, en alimentarse con productos libres de pesticidas, más naturales. A través de las redes sociales aparecen muchas personas preguntando dónde conseguir frutas o verduras que estén libres de agroquímicos o de pesticidas, con el objetivo de comer más sano”, indicó Pogorelsky.

Otra de las ventajas de los productos de Hidroponía Junín es “la frescura”, según resaltó. “Es algo que buscamos para diferenciarnos. El día que se lo entregamos al comercio es el día que lo cosechamos. Entonces está súper fresco”, sostuvo.

En relación a las causas sobre este boom del consumo verde sin agroquímicos, también se expresó Javier Almozni, responsable del emprendimiento Sol del Llano. “Desde que arrancamos con el bolsón agroecológico, hace ya ocho años, notamos un crecimiento sostenido del consumo de alimentos saludables, sobre todo desde la pandemia”, indicó.

“Creo que se elige el consumo de lo agroecológico por cuestiones de salud; hay una mayor conciencia de lo malo que son los químicos en los alimentos que consumimos, no solo en las frutas, verduras y cereales si no también en los alimentos ultraprocesados”, explicó. 

En tanto, sobre un posible “cambio cultural”, aseguró que “hace falta trabajo”. “Todavía no hay registro social del daño y las consecuencias que generan al medio ambiente y a las personas, la deforestación y el uso de químicos en la producción agrícola ganadera convencional. Es necesario que el medio ambiente forme parte de la agenda política de manera urgente”, detalló.

Producción agroecológica 

Desde Sol del Llano se coordinan entregan semanales de bolsones de frutas y verduras de estación; los pedidos se toman a través de la cuenta de Instagram @bolsonsoldelllano “y se retiran los sábados en distintos puntos de la ciudad”, según explicó Almozni, quien está al frente del proyecto junto a Gerardo Ferrarotti.

“En Sol del Llano cultivamos frutas y verduras de estación de manera agroecológica. Estamos inscriptos en el registro de Productores Agroecológicos de la Provincia de Buenos Aires. En nuestra producción no usamos ningún químico, hacemos un uso racional del agua a través del riego por goteo, implantamos pasturas y árboles para generar biodiversidad en nuestro campo”, detalló.

Además, según relató, recientemente comenzaron con la elaboración de panes “usando harinas 100% integrales y agroecológicas”. “Las harinas que usamos para hornear los distintos panes de trigo, centeno y sarraceno son producidas por productores agroecológicos de la zona; mientras que los panes se comercializan de la misma manera que los bolsones, por encargue”, destacó. 

Hojas verdes sin pesticidas 

La hidroponia es una pata más de los cultivos del futuro y una propuesta más por la sostenibilidad de la agricultura. No se necesita suelo agrícola, solo agua, luz natural o artificial y nutrientes. 

“Nosotros solo producimos hojas verdes; lechuga, rúcula, albahaca, achicoria, acelga y kale. Lo que hacíamos cuando empezamos era ir casa por casa llevando los productos, pero ahora los distribuidos en determinados comercios y ellos las venden a sus clientes”, explicó Pogorelsky.

Según remarcó, no realizan producción agroecológica u orgánica “porque para eso no tendríamos que utilizar ningún tipo de químico”. “La solución de agua, la que circula en los tubos, tiene nutrientes – tales como magnesio, selenio, hierro; y están químicamente puestos en esa solución. Por eso decimos que producimos hojas verdes sin pesticidas”, concluyó.

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