Durante todo julio, se han desplegado jornadas intensivas de investigación en el Museo Legado del Salado, las cuales estuvieron dirigidas por el geólogo Carlos Scandolera y contaron con la colaboración de estudiantes de la Licenciatura en Paleontología de la Universidad Nacional de los Comechingones, de San Luis, quienes estuvieron guiados por la paleontóloga Natalia Lucero.
De esta forma, a lo largo de las últimas semanas, se llevó a cabo una revisión de la colección registrada en el repositorio del museo y un arduo trabajo de clasificación y organización sobre las cajas de fósiles ya identificados. También se han reconocido nuevos, entre los que se hallan materiales de relevancia científica de representantes ya conocidos en la región.
Además, llegaron a investigar a la ciudad los paleontólogos Nicolás Chimento, Federico Agnolin, Jordi García Marsá, del Laboratorio de Anatomía comparada y Evolución de los Vertebrados del Museo Argentino de Ciencias Naturales Conicet, y Horacio Padula, subgerente de Gestión Patrimonial y Arqueología DGPMyCH-GCBA.
En diálogo con TeleJunín, Scandolera contó que “el Museo Legado del Salado funciona en las instalaciones del Colegio Normal desde el año 2008”.
“En el 2010 me uní al grupo encabezado por Marcela Torreblanca y en el 2013 conseguimos la legalización de un proyecto de investigación en toda el área -una zona muy cercana acá a la ciudad- frente a las autoridades del Centro de Registro del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico (CRePAP)”, explicó.
Destacó que “a partir de ese año funciona el repositorio en el sótano de la escuela, que es donde se conserva y se guarda todo el material que se va extrayendo y encontrando en el río, en los márgenes de nuestro río Salado y algún aporte de la región”.
En ese sentido, destacó la atención y predisposición de las autoridades de dicha institución educativa, ubicada en Almafuerte 308.
“En nuestro grupo de investigación también participan el profesor Ignacio Zuccari, la arqueóloga Analía Quaranta, así como los antropólogos Sebastián Bocelli y Leticia Balocco.
Además de un montón de amigos y profesores que trabajan codo a codo con nosotros”, remarcó.
Por otra parte, recordó que “el museo no está abierto al público, pero sí se realizan visitas guiadas fundamentalmente de instituciones educativas, jardines, escuelas primarias, secundarias y hasta instituciones terciarias”, y agregó: “Todos trabajamos ad-honorem en esto, así que generalmente quienes nos visitan son este segmento de estudiantes”.
Respecto al área de la provincia de Buenos Aires, relató que “hasta hace 10.000 años atrás era una zona de grandes pajonales”.
A su vez señaló que también “hay que tener en cuenta los cambios climáticos que ocurren a lo largo de la historia de tiempos geológicos. El más marcado es el que ocurrió hace casi 10.000 años, que se trató de una miniglaciación, una sequía. Pero siempre fue una zona de mucha vida, más que nada nuestra región con las lagunas y los ríos; y siempre existió una mega fauna acá en nuestra zona (tigre de dientes de sable, mamuts, gliptodontes, perezosos gigantes) que se extinguió hace 10.000 años, en concordancia con esta mini época glaciaria que trajo un cambio climático y con actividad humana”, explicó.
La relevancia del repositorio
Dada su importancia científica, destacan que el repositorio tiene alcance regional. Se trata de un lugar donde se resguardan y protegen los fósiles registrados en la Dirección Provincial de Patrimonio.
Al respecto, la directora del Museo Legado del Salado, Marcela Torreblanca, aclaró que “un museo de paleontología tiene sí o sí que estar con un proyecto de investigación y un repositorio ya que, según el nuevo paradigma museológico de paleontología y de protección del patrimonio paleontológico, se sugiere que al público se expongan réplicas y que los fósiles estén resguardados para su investigación”, detalló.
Por otra parte, adelantó que “próximamente se darán a conocer las nuevas especies que se han descubierto en estas jornadas”.
“Los científicos publican primero en las revistas especializadas y después nosotros hacemos la presentación. Lo que podemos contar es que se trata de algo que estaba en el museo desde hace más de 15 años. Por tal motivo es tan importante resguardar el patrimonio, porque con la tecnología que pueda haber se va a investigar y se van a encontrar nuevas evidencias”, relató.
Y detalló que “por ejemplo, se extendió la antigüedad del hombre en esta zona en 21.000 años por un hallazgo que se hizo en el río Reconquista hace ya un tiempo y que estaba en un repositorio de la ciudad de Merlo del conurbano”.
“Se hallaron marcas que fueron carneados los gliptodontes por los humanos, y eso fue datado 21.000 años -que antes se creían 12.000 años-, o sea, se extendió; y eso se pudo hacer ahora porque estaba ese material resguardado en un repositorio. Además, nosotros tenemos más de 1.500 piezas ya identificadas y un montón, como 1.000 más, para identificar”, concluyó la directora del museo.
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