Juan Pablo Tessore durante el reportaje en TeleJunín.
ENTREVISTA CON TELEJUNÍN

“La Inteligencia Artificial es comparable a la Revolución Industrial”, afirmó Tessore

“Bien utilizada, los beneficios de la AI pueden superar ampliamente a los riesgos”, aseguró el ingeniero y doctor en Ciencias Informáticas de la UNLP y la Unnoba. El académico consideró que a causa de esta tecnología quizá desaparezcan trabajos, “pero surgirán otros”. Y alentó su incorporación en los programas de educación.

“Bien utilizada, los beneficios de la Inteligencia Artificial pueden superar ampliamente a los riesgos. Es una nueva revolución. Así como se dio la revolución de las Tecnologías de la Información (TI) y la Revolución Industrial, esto puede cambiar nuestras vidas, si se usa para bien, y a toda la sociedad”, aseguró Juan Pablo Tessore durante un reportaje que se le realizó por TeleJunín. 

Así, el ingeniero y doctor en Ciencias Informáticas desestimó uno de los fantasmas que surgió prácticamente a la par de este nuevo estándar de tecnología, que hoy puede generar en apenas segundos trabajos de realización, por ejemplo, audiovisuales que antes demandaban horas o incluso días de desarrollo.

Pero esto de “surgir a la par” no sería tan cierto. Es cierto que es reciente la masificación de ejemplos prácticos de AI (sigla de la expresión en inglés “Artificial Intelligence”) como, por ejemplo, con la aplicación online de ChatGPT, que genera textos (discursos, poesías y hasta novelas) casi instantáneos con la indicación de unas pocas consignas. Pero este académico de la Universidad Nacional de La Plata y la Unnoba asegura que no estamos ante algo “nuevo”, precisamente.

“Hay muchas técnicas de inteligencia artificial que se conocen hace bastante tiempo, a partir de la década del 70, del 80. Pero no estaba el hardware o ‘los fierros’… la computadora para poder ejecutar eso o llevarlo al nivel al que se lleva hoy en día a esta tecnología. Esa capacidad de procesamiento, esa capacidad de cómputo ahora está y nos permite construir sistemas basados en inteligencia artificial más complejos que hacen este tipo de cosas que se ven en ese video y parecen magia”, dijo Tessore en alusión a una demostración que TeleJunín transmitió en esta entrevista sobre una nueva versión de herramientas de ChatGPT, aplicación desarrollada por OpenAI -empresa del magnate Elon Musk- que combina generación de voz, identificación de un entorno dado mediante video y la elaboración de una charla difícilmente diferenciable de la que puede mantener un ser humano promedio.

Imposible no caer en la idea de que esas máquinas pueden reemplazar al ser humano en infinidad de tareas. Y es lo que sucede y alimenta muchas teorías conspiranoicas sobre un futuro reinado por la AI o un reemplazo masivo del hombre por la máquina. Tessore también desestimó esta mirada: “Va a haber trabajos que posiblemente en el futuro no estén.

Y van a surgir otros trabajos nuevos en el que seguro tendremos que interactuar mucho con estas inteligencias artificiales.”

Por eso, este docente universitario también recomienda especialmente su incorporación en los planes oficiales de educación (ver recuadro).

La mirada recelosa sobre este estándar de tecnología quizá tenga que ver con cierta “mala prensa” que se le generó desde el cine, si se puede decir. En 2001, una película de Steven Spielberg, justamente con el nombre “AI”, ya daba una mirada amenazante de estas inteligencias surgidas del desarrollo exponencial de la capacidad de cómputo. Y unas décadas antes, en 1984, Terminator aterrorizaba (y atropellaba) en las salas de exhibición con un robot sangriento y casi indestructible que venía de un futuro en el que una máquina/computadora –nacida de la corporación “Skynet”, según el guion- sublevaba a las máquinas del mundo que entonces se proponían exterminar a la raza humana. Y casi, casi que lo logran. 

Pero esas suspicacias no son solo producto de cabezas imaginativas: calaron fuerte también en muchos gobiernos donde comenzaron a generarse legislaciones que busquen poner límites al uso de la AI. 

“Pienso que la inteligencia artificial nos va a traer un montón de beneficios en toda la sociedad. Pero sí, muchos gobiernos, muchos países, están empezando a prender luces de alerta en cuestiones a tener en cuenta, sobre todo en cómo se utiliza esa inteligencia artificial en distintas actividades de la vida cotidiana, incluso actividades críticas”, admitió Tessore más allá de su optimismo.

Quienes hicieron punta en darle un encuadre normativo a la AI fueron “principalmente las potencias económicas como Estados Unidos, la Unión Europea y China, que han empezado a regular qué se puede y qué no se debe hacer con una inteligencia artificial, y estipularon determinadas actividades en las cuales no debería utilizarse”.

Un ejemplo de “prohibición”: el mes pasado la Unión Europea pasó una ley regulando el uso de la inteligencia artificial para la categorización biométrica de personas. “No se puede clasificar personas utilizando una inteligencia artificial, salvo que lo hagan las fuerzas de seguridad. Y también eso está avanzando en Estados Unidos. El año pasado el presidente de ese país (Joe Biden) sacó un decreto regulando algunas actividades de inteligencia artificial”, repasó el especialista en Ciencias Informáticas.

“Esta tendencia a la regulación empieza –agregó- a difundirse por el resto del mundo. Acá, en Argentina, también hay distintos proyectos de ley para regular este tipo de actividades, pero no se avanzó aún en legislación específica al respecto. Es decir, empezaron a aparecer desde el año pasado proyectos de ley para, de alguna manera, regular el uso”, precisó Tessore.

Hija de la inteligencia humana, la inteligencia artificial, aunque de inmensa superioridad en su capacidad de desempeño, se desarrolla de la misma manera: “El proceso de entrenar -se llama así- a una inteligencia artificial es el mismo proceso que se da cuando le enseñamos a una persona a hacer algo. Por ejemplo, cuando se le enseña a un bebé a hablar, ¿cómo aprende? Se le va a decir las palabras, el bebé va a mirar los labios de quien le habla, va a escuchar el sonido y seguro al principio diga algo que no se parezca a esa palabra. Entonces se le va a repetir y cada vez, en cada intento, lo va a hacer mejor. De la misma manera sucede en un sistema de inteligencia artificial basado en aprendizaje automático: yo le voy a dar una respuesta esperada. Le voy a dar, por ejemplo, un cuerpo de texto para que, de esa manera, incorpore cómo tiene que estar estructurado un texto. O le voy a mostrar una taza para que incorpore cómo se ve una taza y después la identifique”. 

Y en esta enseñanza a la AI, Tessore dice que quien cumplió un rol clave fue la “red de redes”: “Internet -concluyó el académico- es lo que nos generó la cantidad impresionante de datos que nos permite utilizarlos para entrenar estos modelos de inteligencia artificial para hacer distintas tareas específicas y resolver distintas problemáticas”.

“Es fundamental incorporarla en todos los niveles educativos”

“Es fundamental que todas las nuevas tecnologías, principalmente la inteligencia artificial, se incorporen en los distintos niveles educativos porque, si no, va a ser una brecha más en el futuro en el mundo del trabajo: entre quienes manejen las inteligencias artificiales y quienes, no”, dijo Juan Pablo Tessore.

Si bien ya se dio el caso de estudiantes que recurren a aplicaciones de AI para hacer sus tareas, Tessore sostiene que “hay que estimular el uso de estos sistemas en todos los ámbitos de nuestra vida, y en la educación principalmente es importante porque la educación te tiene que preparar para el trabajo posterior y si vos a un estudiante en una universidad le decís ‘no uses una inteligencia artificial’, se va a ver limitado después cuando ingrese al mundo del trabajo”.

Tessore dijo, no obstante, que el desafío es lograr el uso de la AI “de manera correcta dentro del aula y establecer cómo limitamos esos usos indebidos”. Y, paradójicamente, tranquilizó en este sentido porque justamente de la “enfermedad surge el remedio”: “Ya hay softwares basados también en inteligencia artificial para detectar trabajos hechos a partir de ella”.