A su corta edad, se convirtió en una personalidad destacada a nivel local y, fundamentalmente, se debe a ser parte de un hecho histórico deportivo como es ser el protagonista de uno de los goles más importantes en la historia de Sarmiento.
Para los amantes de la historia del fútbol, y sobre todo para los sarmientistas, el gol de Spinaci ante Olimpo en Bahía Blanca, cuando el Verde se disputaba la permanencia en la máxima categoría, es tan recordado como el de Carlos Zabaleta ante Atlanta o el de Héctor Cuevas a Colegiales.
La mayor parte de su trayectoria, Spinaci la transcurrió en Junín. Infancia, adolescencia y primeros pasos de la adultez en nuestra ciudad, donde se encuentran sus afectos más profundos.
“Crecí en el Barrio Norte, en Avenida Libertad entre Primera Junta y República. Estudié en el jardín San Jorge y el colegio San Jorge. Empecé en la escuela de Sarmiento con cuatro años e hice todas las divisiones juveniles hasta llegar a Primera”, sintetizó sobre su biografía.
Fue la figura paterna quien lo acercó allí, según indicó, y expresó: “Iba a la Colonia del Luz y Fuerza, ahí estaba Diego Carpinella de profe y lo tenía a él tanto en la colonia como en el club”.
Sarmiento
Renzo Spinaci es el resultado del trabajo y empeño de las canteras juveniles de Sarmiento. Debutó en el primer equipo en 2012/13 en la Primera Nacional, tras casi dos décadas de formación en el Verde.
Además, disputó casi 100 partidos profesionales en su carrera, de los cuales 65 los hizo con la casaca verdolaga.
Con los años se convirtió en un punto fundamental del centro del campo 'Guerrero', con 36 partidos en la Primera división del fútbol argentino.
Sobre sus gustos personales, comentó que “cuando empecé a entender un poco de fútbol, me gustaba mucho Juan Román Riquelme. No era mi posición, pero admiraba su estilo”.
En la misma línea personal, abordando lo que significa uno de sus afectos más especiales, indicó que “Sarmiento ocupa el primer lugar desde lo personal y lo profesional, donde me desempeñé más años y tuve los logros más significativos de mi carrera”.
“Me formó como jugador y persona: me dio la oportunidad de ser profesional y conocer a mis amigos”, explicó.
Parte de esa formación que Spinaci cita, tuvo que ver con los formadores y entrenadores que tuvo en su proceso de jugador durante tantos años en la cantera verdolaga. Si bien manifestó que “son muchos a quienes recuerdo porque fueron muchos años” y recordó a Diego Carpinella, Alejandro Corbanini, Gustavo Merlo, Fabio Nigro, entre otros. “Todos me ayudaron a poder ser profesional”, dijo.
También recordó la figura de Sergio Lippi, sobre quien manifestó que “fue muy importante para mí: me promovió al plantel, me dio la confianza de jugar, me enseñó a desempeñarme en el ámbito profesional del fútbol. Siempre voy a estar agradecido a él.
Hace algunos años que Spinaci ya no viste la casaca del Verde, pero se da una vuelta por el club cada vez que puede. Acerca del club con el que se encontró en su última visita, señaló que “es muy distinto a cuando era chico, hago referencia al crecimiento que ha tenido, el cual es muy importante tanto en obras e infraestructura”.
“Ha avanzado mucho no solo en la parte de fútbol y en todas sus áreas. Hoy, si pienso, cuando empecé el club estaba en otra situación y parece otro lugar hoy”, describió.
Pese a la distancia física, sigue unido al Verdolaga y lo sigue en cada ocasión que puede. “El club está muy bien y está buscando consolidarse en una categoría difícil como es la primera división”, comentó y remató: “Siempre estoy para Sarmiento”.
Dentro o fuera de la cancha, dada a toda la experiencia capitalizada, se puede decir que, en algún momento, y como desea más de un hincha, existirá un nuevo capítulo de Spinaci en Sarmiento.
Experiencia fuera
Además de haber logrado trascender en la ciudad en la que nació, derribando la frase popular de “uno no es profeta en su tierra”, también escribió su historia en distintas provincias de nuestro país.
En la provincia de Buenos Aires, jugó en clubes como Los Andes, Tigre, Villa Dálmine o Santamarina; y en la provincia de San Luis, en Estudiantes; entre otros clubes.
Acerca de su bagaje futbolístico, opinó: “Fueron clubes importantes. Sobre todo la experiencia en Tigre por el hecho de competir en Primera división, además de haberlo hecho en Sarmiento y por ser fuera de Junín”.
“Fue importante porque me sentí parte del proceso, tuve un semestre con continuidad, jugué y experimenté el hecho de competir al máximo nivel del fútbol nacional”, continuó.
Asimismo, también abordó las otras experiencias y comentó que “en el Nacional B me hicieron crecer como jugador, madurar y entender el fútbol desde un montón de lugares y desarrollar esta profesión”.
De toda la biografía deportiva descripta, al resaltar la figura de un entrenador, señaló a “Héctor Arzubialde, lo tuve de entrenador en Estudiantes de San Luis y en Santamarina.
Muy profesional y con una cualidad de vida impresionante. Dignifica la profesión. Es un tipo que te genera ganas de ir a entrenar, de compartir y aprender de su experiencia”.
Sin embargo, además de tales pasos nacional, Spinaci decidió emigrar y tener sus roces con el fútbol europeo. Allí, en el club San Luca, perteneciente a la Serie D italiana, transitó su segunda temporada.
“El balance es positivo. Fue el segundo año en el mismo club. Habíamos hecho un buen torneo clasificando a Play Off. Esta temporada nos tocó pelear abajo, pero pudimos mantener la categoría”, evaluó.
Y agregó que “tuvimos muchas dificultades, pero terminamos ganando el partido permanencia. Tuve participación todo el año y jugué casi todos los partidos”.
El lugar donde vivió gran parte de su vida italiana fue en Bovalino, una pequeña localidad de la provincia de Reggio Calabria. “Vivimos a 15 minutos de San Luca. Bovalino está sobre el mar y tiene 7 mil habitantes. Es un poco a lo que se está acostumbrado en Junín y a vivir ese día a día tranquilo”.
Sobre el aspecto cultural vivenciado en el extranjero, compartió: “Fuera del fútbol, me encontré con un país y una cultura del sur que es muy similar a la nuestra. Le gusta mucho el fútbol, el vincularse y estar en familia”.
Plan B
Además de su relevancia e historias para contar relacionadas al fútbol, un aspecto a resaltar sobre Spinaci es el hecho de ser un ejemplo más, en el mundo del fútbol profesional, que demuestra que jugar y estudiar es posible y pueden ir de la mano.
De hecho, en los últimos años en el Verde, futbolistas como Federico Mancinelli y Federico Vismara lo han demostrado con la carrera de Coaching, Juan Antonini con la carrera de Turismo, o en el actual plantel, Sergio Quiroga con el estudio de distintas lenguas para comunicarse.
También es común escucharlo en referencias deportivas como Pablo Aimar, Lionel Scaloni, en el fútbol, y Agustín Pichot o Manuel Ginóbili, en otras disciplinas.
Volviendo a Spinaci, en la actualidad, si bien existe una gran posibilidad de regresar a Italia para continuar desarrollándose deportivamente allí, aún no hay nada cerrado. Lo concreto es el hecho de que, independientemente donde juegue, seguirá formándose académicamente.
Sobre el tema, contó: “Estudio Derecho desde hace, casi, cinco años. Lo empecé a hacer cuando me fui de Sarmiento y estaba en Dálmine. Tenía 25 años y lo inicié como algo extra”.
“Me pareció importante, sobre todo, pensando en lo corta que es la carrera del futbolista y en el tiempo libre que el jugador dispone. Consideré que era el momento para prepararme para el día de mañana”, explicó.
Por último, abordó la situación por la que pasan varios jugadores en el mundo profesional actual y, lejos de realizar alguna crítica excluyente, reflexionó: “Antes, quizás era excluyente la elección. Hoy, está la posibilidad de hacer las cosas a la distancia, de forma virtual, y es muy importante porque te acompaña mientras estás jugando y desarrollando tu carrera como jugador. Además, te saca la cabeza un poco de tanto fútbol”.
Familia
Como en diversas profesiones, como pueden ser medicina o arquitectura, la del futbolista de alto rendimiento no está exenta de las complejidades que implica el estar fuera de casa, una gran inmersión de tiempo físico y los sacrificios cotidianos.
Spinaci lo tiene en claro tras varios años en el mundo profesional y haber jugado en distintas partes del país y del mundo.
Hoy, se encuentra disfrutando del tiempo familiar al coincidir en su Junín natal, lugar que elige para volver cada vez que cuenta con tiempo en su calendario laboral.
“Tuve una operación y estoy haciendo la recuperación. Entre uno y tres meses fuera voy a estar hasta estar apto de nuevo”, informó.
En tal sentido, al hacer un repaso sobre su vida, se tomó un momento y enfatizó el lugar ocupado por su familia al decir que “quiero hacer una mención especial que es la que me acompañó desde chico en este camino y al día de hoy siguen estando. Mis viejos Horacio y Susana, y mis hermanas Andreina y Lucía”.
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