El futuro del trabajo en la Argentina: un compromiso irrenunciable
OPINIÓN

El futuro del trabajo en la Argentina: un compromiso irrenunciable

Necesitamos un cambio de paradigma que mire de forma integral el mundo del trabajo con cambios acelerados, donde la educación y la formación profesional sean el faro que el país necesita para progresar. 

En los últimos años vislumbramos avances en materia de ciencia y tecnología aplicados a la producción, la incorporación del teletrabajo, la inteligencia artificial, que son solo algunos de los ejemplos para mencionar la complejidad que traen aparejados los cambios. La combinación entre esto y las problemáticas socioeconómicas y educativas son parte de un núcleo de desigualdades que se van arraigando y quienes más padecen el impacto son dos segmentos de la población: jóvenes y mujeres.

Este escenario implica hacer un abordaje multidimensional y aplicar políticas pensadas en el mediano y largo plazo para la creación de empleo genuino, la educación diseñada en capacitar a los jóvenes a un mundo flexible, dinámico y en constante movimiento, es decir, tener la fuerza y la inteligencia para sortear los cambios. En síntesis, debemos buscar un modelo de país en donde la educación, la producción y generación de empleo estén en sintonía y equilibrio.

Pero vamos por partes, ¿cuál es la situación real del empleo en Argentina? Los datos ponen de manifiesto el desmembramiento del tejido social donde la mitad de los trabajadores son informales. Sólo el 45,2% presenta trabajo registrado y solo el 28,3% se encuentra empleado en el sector privado. En síntesis, entre 4 y 5 trabajadores de cada 10 son vulnerables, aumentando estos índices en los jóvenes y más aún en mujeres jóvenes. Es alarmante. Los datos surgen de la Fundación Alem, el Centro de Estudios de la UCR nacional que se encuentra en constante investigación sobre las problemáticas actuales e impulsan escenarios para las transformaciones en el mercado laboral. 

En tanto, no podemos analizar el empleo en Argentina sin tener en cuenta el nivel de ingreso de la población, con una matriz económica de índices de inflación altísimos. La delicada situación económica que hoy atravesamos nos lleva a vivir en un país con personas que trabajan y se encuentran bajo la línea de la pobreza. El Indec anunció que en marzo la inflación fue del 7,7% alcanzando un 104,3% la interanual, siendo la más alta de los últimos 30 años. En intolerable.

En el 2022 los sueldos de los trabajadores en negro quedaron extremadamente lejos de la inflación, con un ajuste de apenas un 65,4%. Son los empleados informales quienes tienden a ser los que mayor pérdida de poder adquisitivo sufren en períodos de alta inflación. La tarea es corregirlo. 

Todo este escenario, se completa con un dato aún más desalentador para aquellos que tienen incluso la posibilidad de dignificar su vida con un trabajo: en el caso de las personas que tienen un empleo formal e informal se está dando un fenómeno importante porque hay 3.108.000 personas que buscan una segunda fuente de ingresos para poder llegar a fin de mes. Además de estos “ocupados demandantes” hay cerca de 1,3 millones de desocupados.

Educación permanente

Sin ser ajeno a los problemas estructurales, es necesario adaptar los sistemas educativos para que sean permeables al movimiento y a un sector heterogéneo, que atienda necesidades particulares. En este sentido, es primordial que se culminen los ciclos educativos y desde el Estado se generen competencias a tono con la actualidad y el futuro del mercado laboral. Se debe capacitar en nuevas tecnologías, en empleos verdes, y la política tiene que ser la punta de lanza en el compromiso para cerrar las brechas digitales desde una perspectiva multidimensional y de géneros. 

En este aspecto, la formación profesional y educación para el empleo deberán tener el objetivo de programas a largo plazo y permanentes para mejorar las condiciones de empleabilidad y que los trabajadores puedan acceder y adaptarse a las nuevas condiciones, a los nuevos trabajos ya no tradicionales.

Valentín Miranda: Diputado provincial por la UCR. 

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