ORIENTACION VOCACIONAL

La mayoría de los estudiantes elige las carreras tradicionales

Especialistas locales aconsejan sobre cómo escoger un proyecto de vida que, al momento de insertarse en la sociedad, no genere malestar o angustia.

En Junín, el mayor porcentaje de ingresantes a la UNNOBA se da en carreras tradicionales como Abogacía, Contador Público, Agronomía y Licenciatura en Administración, en línea con la tendencia de las universidades nacionales (ver aparte). 

Las licenciadas Teresita Roberts de Copello y Alicia Beatriz Iacuzzi, responsables de un Centro Regional de Orientación Vocacional con sedes en Junín y Lincoln, explicaron a DEMOCRACIA que, si bien existe un amplio abanico de posibilidades al momento de elegir una carrera universitaria o terciaria, ya sea en entidades públicas o privadas, el último sondeo realizado en la página de ExpoUniversidad arrojó que el 75% de los jóvenes opta por carreras tradicionales como Derecho, Medicina, Contador Público o Psicología.

“Generalmente ha sido así y se mantiene esta tendencia”, coincidieron.

“Otro dato significativo que viene preocupando a las distintas facultades es el alto porcentaje de abandono de carreras”, agregaron.

Y plantearon que aunque los interesados se informan acerca de las nuevas y atractivas carreras como las relacionadas al medio ambiente, la biotecnología, la genética, la ingeniería en seguridad e higiene del trabajo, finalmente terminan decidiéndose por las carreras clásicas.

Ante este panorama, surgen interrogantes como ¿A qué obedece esta tendencia?, ¿Faltará promoción de estas nuevas carreras?, ¿Se trata del miedo a lo desconocido?, ¿Será por el deseo de seguir con la tradición familiar?, ¿O simplemente creer que las tradicionales nos aseguran una buena salida laboral?


Etapa de información


“Desde un proceso de orientación vocacional, la etapa de información en cuanto a la alternativa de carreras es sumamente importante y merece un tiempo para poder analizar, comparar, y saber bien en qué consisten sus objetivos, sus planes de estudio, duración de la misma y el campo ocupacional de cada una de ellas. Pues no se puede elegir lo que no se conoce”, dijo Iacuzzi.

“Es necesario informarse, pero un proceso de orientación vocacional es mucho más: es todo un trabajo de personalización de cada quien para integrar al proyecto de quién ser. Incluye también el prepararse internamente para llevar a cabo ese proyecto porque después hay que estudiar, y luego trabajar en aquello para lo que se ha formado. En la vida las decisiones proseguirán, por ende consideramos importante que cada uno se entrene en aprender a elegir desde su propia subjetividad”, aseguró Teresita de Copello.  

Según comentaron las especialistas, el orientador vocacional acompaña al joven “a conocerse en sus aspectos conscientes e inconscientes, lo ayuda a preguntarse acerca de sus gustos, intereses, aptitudes, motivaciones. Es beneficioso que con tiempo esclarezca todas estas cuestiones para sentirse él el protagonista de su decisión, logrando alcanzar una verdadera síntesis entre sí mismo y la realidad con menor probabilidad de desorganización (que se expresa en abandono de la carrera, no adaptación al lugar, etc.)”


Motivaciones inconscientes


“Las motivaciones inconscientes son desde nuestro enfoque psicoanalítico muy importantes. Y sólo con una apropiada formación del orientador se podrán hacer manifiestas para poder elaborarlas y no empañar el camino de elección. Elegir bajo ideales familiares extremadamente altos, elegir cumpliendo los deseos de otros, elegir sólo por el nombre atractivo de la carrera o únicamente por el deseo de una buena salida laboral, son factores que aparecen permanentemente en el consultorio”, afirmó Iacuzzi.

Las profesionales señalaron que para aquellos jóvenes que migran a otros lugares para seguir sus estudios se agregan variables a ser consideradas por todo lo que significa el irse del ámbito familiar. “Es importante anticipar esas adaptaciones para que cuando acontezcan requieran el menor monto de energía, energía que los estudiantes necesitarán para ponerla al servicio del estudio y de tantas otras cuestiones de esta nueva experiencia de vida para que pueda ser capitalizada como experiencia y no como vivencia angustiante o conflictiva.”, manifestaron. 


“¡Mamá, estoy confundido!”


“Las inquietudes, temores e incertidumbres propias de la adolescencia, muchas veces contribuyen a que los jóvenes se sientan confundidos, vulnerables e inseguros. También como orientadores debemos acompañarlos, analizando y trabajando esta falta de consistencia en los intereses vocacionales, la baja tolerancia a la frustración, la apatía, la abulia y la actitud pasiva que demuestran ante sí mismos. Es nuestra función ofrecer espacios-tiempos para escucharlos, sostenerlos para que puedan afrontar mejor el momento que les toca transitar”, aseguraron.

Según las especialistas, también reciben consultas de estudiantes que ya han tenido la experiencia fallida de elección e intentan iniciar otra alternativa en mejores condiciones para evitar la acumulación de frustraciones. 

Incluso también atienden a personas no adolescentes que, al tener la oportunidad de asistir a la Universidad en Junín, se sienten entusiasmadas por tener la posibilidad de estudiar.


Proyecto de vida


Respecto a la labor desarrollada por las profesionales consultadas, afirmaron que la orientación vocacional con orientación clínica, modalidad con la que ellas trabajan, es un proceso que lleva tiempo y esfuerzo. “El objetivo es ir construyendo con el devenir del tiempo la propia identidad vocacional, donde cada uno no puede dejar de ser el protagonista en la construcción de su genuino proyecto de vida. Así hay más probabilidades de llegar a una decisión más acabada en relación a quién ser y qué hacer, habiendo dado un paso importante en este complejo proceso de lograr ser personas independientes, autónomas y maduras, para en un futuro poder insertarse en la sociedad con el menor displacer posible”, concluyeron.