La lluvia trajo alegría y expectativas a los productores agropecuarios.
La lluvia trajo alegría y expectativas a los productores agropecuarios.
UN ALIVIO FRENTE A LA SEQUÍA

Llegó la lluvia y renovó la esperanza de los productores rurales de Junín y la zona

Alejandro Signorelli, jefe de la Agencia Extensión Rural Junín del INTA, afirmó a Democracia que, en promedio, cayeron 85 milímetros, una marca similar “a lo que llueve en todo enero”. El agua ayuda a los cultivos y, especialmente, a las pasturas.

Con un promedio de lluvia caída de 85 milímetros, el campo respiró aliviado frente a la sequía extrema que afecta a la agricultura y la ganadería, con fuertes pérdidas económicas, que se calculan -como anticipó este diario, ayer, en su edición impresa- en 154 millones de dólares. 

En el partido de Junín las precipitaciones oscilaron entre 60 y 90 milímetros, según la zona. En La Agraria cayeron 90 mm; Agustina, 45 mm; Fortín Tiburcio, 35 mm; Laplacette, 60 mm; Agustín Roca, 45 mm; Chacabuco, 40 mm; Los Toldos, 45 mm; O´Brien, 55 mm; Rojas, 40 mm; Bragado, 26 mm; Bayauca, 68 mm. 

 Alejandro Signorelli, ingeniero agrónomo y jefe de la Agencia Extensión Rural Junín del INTA, afirmó a Democracia que las precipitaciones acumuladas “estarían supliendo todo lo que llueve en enero” con un clima normal. “El promedio normal para enero es de 110/120 milímetros”, precisó el especialista.  Sin embargo, aclaró que “la lluvia siempre es recomendable que caiga en forma paulatina, y distribuida en varios días, porque si caen 100 milímetros en un día, mucha agua se pierde por escurrimiento”. 

Con respecto al impacto de la lluvia en el productor, destacó que, “de alguna manera, la gente va a estar mucho más contenta, trae un poco de alivio, de alegría entre los productores de la zona” y “ayuda a todo, a los cultivos y a las pasturas, sobre todo, que estaban muy caídas”. 

Rosana Franco, presidenta de la filial local de la Federación Agraria Argentina (FAA), afirmó a Democracia: “La lluvia llegó tarde y las pasturas para el ganado no crecen tan rápido. A las siembras tempranas (soja y maíz) no le alcanza esta lluvia, pero ayuda mucho a la soja y el maíz tardío. La soja de segunda cosecha inicia su crecimiento, pero lo perdido no se recupera”.

Y la dirigente federada amplió: “Las pérdidas en algunos lotes son irreversibles. Todavía tenemos 90 días hasta llegar a la cosecha, pero sí es cierto que esta lluvia nos viene a dar un poco de esperanza”.

En tanto, Rodrigo Esponda, productor rural de Junín, afirmó a este diario: “La lluvia es muy importante para el año del productor porque, de errar esta tormenta, muchos iban a perder la totalidad de los cultivos, con lo cual es un gran alivio. No porque solucione definitivamente, no porque asegure nada, pero sí porque da la posibilidad de seguir para adelante, con la expectativa de que llueva más seguido y que se puedan atenuar las pérdidas”. 

Con respecto a la situación financiera de los chacareros, afirmó: “Hay muchas deudas con las tarjetas de los distintos bancos y con los proveedores de servicios e insumos, por eso es muy importante ver cómo termina la campaña para poder afrontar las responsabilidades que se asumieron”.  

“La Niña”, hasta marzo

Un informe elaborado por el INTA, obtenido por Democracia, advierte que hay altas posibilidades de que la sequía extrema continúe en Junín hasta marzo -como consecuencia del fenómeno La Niña-, cuando comenzarían a normalizarse las precipitaciones. 

“Hasta marzo hay un 75% de posibilidades de que siga La Niña, lo que provoca que siga habiendo precipitaciones por debajo de lo normal. Recién a partir de marzo o abril, habrá una tendencia hacia la normalización de la situación y para fin de año, una tendencia contraría”, afirmó Signorelli. 

“Esto significa que todavía vamos a estar complicados con las lluvias, por lo tanto, lo que queda de cosecha gruesa va a estar complicada como así también la disponibilidad de agua para la siembra de la fina”, afirmó el especialista. Y agregó: “Para agosto o septiembre se espera que la situación se normalice. Por lo tanto, el panorama es complejo tanto en la parte agrícola como en la ganadera, ya que hay problemas con el agua, las reservas forrajeras y poco maíz". 

El especialista indicó que este es el tercer año seguido con precipitaciones por debajo de lo normal. “Tuvimos un 2020 neutro, pero en adelante, con precipitaciones muy por debajo de lo normal, inclusive, en algunas zonas, con registros históricos de seca".  

Expertos del INTA detallaron a Democracia cómo impacta la sequía. “Cuando tuvimos veranos secos, el maíz en nuestra zona podía tomar agua de las napas, ya que desarrolla hasta dos metros de raíz, pero ahora no es posible porque las napas están al menos a cuatro metros, con lo cual el desarrollo del cultivo dependerá exclusivamente de las lluvias”, compararon. “También hay un impacto en la producción forestal. En Junín tenemos un proyecto grande en Morse y hay unidades productivas forestales en Fortín Acha y Arribeños, además de Vedia. Las plantas (álamos y sauces) muestran rendimientos por debajo de lo normal", afirmaron. 

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