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ECONOMIA

Estados Unidos y China están al borde de una guerra comercial

Las dos principales economías del mundo se encuentran enfrascadas en un enfrentamiento sobre el valor del yuan, que puede generar una “bomba de tiempo”.

La aprobación por el Senado norteamericano de un proyecto de ley que apunta a castigar a China por considerar que manipula su moneda para inflar sus exportaciones, puede provocar una “guerra comercial” entre ambas potencias, según la versión del gigante asiático que destacó su agencia de noticias Nueva China.

“El Senado estadounidense creó una verdadera bomba de tiempo, capaz de desencadenar una guerra comercial entre las dos primeras economías del mundo”, señaló la agencia oficial en un comentario, al conocerse el resultado de la votación del martes pasado.

La cuestionada iniciativa, que aún debe sortear la Cámara de Representantes y el posible veto de Barack Obama fue aprobada con 63 votos a favor y 35 en contra, con el respaldo de republicanos y demócratas en el Senado.

“La manipulación china del yuan le ha costado a Estados Unidos al menos dos millones de empleos”, dijo el senador Lindsey Graham, para quien el gigante asiático está incurriendo en una “práctica desleal”. Por su parte el senador demócrata Charles Schumer dijo que sólo el estado de Nueva York perdió más de 160.000 puestos de trabajo desde el año 2001 a causa de la manipulación del yuan.

China anunció en junio de 2010 que permitiría una flotación más libre de su divisa, que Estados Unidos considera que se mantiene artificialmente baja, lo que beneficia a las exportaciones chinas y perjudica a las estadounidenses.

La moneda china, no obstante, fue parcialmente liberalizada en 2005, y desde entonces ha aumentado su valor con respecto al dólar hasta el 20 por ciento, aunque desde el comienzo de la crisis financiera de 2008 la tendencia se ha frenado.

El propio presidente Barack Obama afirmó la semana pasada que China ha “intervenido” en los mercados financieros para que el yuan cotice por debajo de su valor real, al acusar a ese país de “jugar” con las prácticas comerciales “en su beneficio y en perjuicio de otros países, en especial de Estados Unidos”.


Un posible conflicto


No obstante, la Casa Blanca ha advertido de que la iniciativa aprobada por el Senado podría perjudicar las relaciones con el gobierno chino y entrar en conflicto con las obligaciones internacionales de Estados Unidos, ya que precisamente el gigante oriental es el principal tenedor de títulos del Tesoro estadounidense que financian su colosal deuda externa.

En la misma línea se han manifestado algunos republicanos como John Boehner, el líder en la Cámara de Representantes, controlada por ese partido y que todavía no ha definido si debatirá el proyecto con sanciones a China.

También los empresarios y muchas multinacionales son reacios al proyecto, que, de aprobarse, permitirá a Estados Unidos imponer sanciones a China y a otros países que mantengan su moneda artificialmente devaluada para estimular sus exportaciones.

Pero la reacción china no se hizo esperar y el viceministro de Asuntos Exteriores, Cui Tiankai, dijo que si el proyecto “se convierte en ley, el resultado será una guerra comercial entre los dos países se convertirá en una derrota para ambos”.

Esa ley tendrá “efectos negativos en la economía estadounidense y en la creación de empleo”, y “retrasará la recuperación económica global”, agregó Cui, para quien esa medida es además “proteccionista” y contraria a las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

“Como en ocasiones pasadas, el Senado ha optado por el remedio equivocado para tratar de curar el malestar económico crónico estadounidense”, destaca un análisis de la agencia china, reiterando la posición de ese país según la cual el tipo de cambio del yuan no es la causa principal del superávit comercial con Estados Unidos.

Los legisladores estadounidenses “hacen de China un chivo expiatorio de los problemas internos del país, antes de las elecciones presidenciales del próximo año”, acusa Nueva China.

El intercambio comercial entre China y Estados Unidos fue desfavorable para la primera potencia del mundo, al registrar un déficit de 28.955 millones de dólares, una cifra jamás vista; este dato duro explica por qué está latente un potencial conflicto entre ambos colosos.

Varios factores contribuyen a que se siga enrareciendo el ambiente hostil entre estos países en el aspecto comercial.

China parece responder de manera anticipada a las posibles sanciones que analizan los legisladores estadounidenses, ya que acaba de anunciar que estrecharía la banda de flotación del yuan, en un claro reto para el reclamo estadounidense y un respaldo inequívoco a la subvaluación de su moneda.

Y aunque la guerra aún no se declara, las señales que surgen de uno y otro bando parecen que son un round de sombra entre el dólar y el yuan, antes del inicio de las hostilidades.


Moneda local


China utiliza cada vez más el yuan en  sus intercambios con el extranjero, en particular para protegerse  de las fluctuaciones del dólar, pero una verdadera internacionalización de esta moneda que aún no es convertible  está lejos.

La moneda de la segunda economía del mundo está lejos todavía de jugar un papel equivalente al dólar o al euro: sigue siendo no convertible para las cuentas en capitales, lo que significa que el dinero invertido en una empresa China, convertido en yuanes, no puede ser retirado para cambiarlo en otra moneda. Pese a esta restricción ligada a la voluntad del gobierno chino de  protegerse contra la volatilidad de los capitales especulativos, también las autoridades del país promueven activamente el uso del yuan en el extranjero, al tiempo que acusa a Estados Unidos de dejar depreciarse el dólar e inundar el mercado internacional de liquidez.

Por su parte, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, que preside este año el G-20, el club de las naciones desarrolladas y emergentes más importantes, desea que el yuan “se internacionalice” y se incluya en la cesta de monedas que integran los derechos especiales de giro (DEGS) del Fondo  Monetario Internacional, el activo de reserva internacional actualmente limitado a cuatro monedas que son el dólar, el euro, la libra y el yen

Lo cierto es que una guerra comercial entre ambas potencias sería la peor de las noticias para el planeta; sin embargo, el ajuste de las divisas no parece tener remedio en el mediano y largo plazos.

Existe un factor determinante: las economías en problemas como Estados Unidos, e incluso las que crecen como China, quieren centrar su crecimiento o recuperación en las máquinas exportadoras con las que cuentan, tener una divisa excesivamente fuerte no es aconsejable para dichos objetivos, ya que cuanto más débil es una divisa, es mejor en estos momentos para el dinamismo de las exportaciones. Y eso lo saben Estados Unidos y China.

Además, el desequilibrio comercial es solamente un elemento más de los muchos que han llevado al mundo a su peor crisis en 80 años, lo peor es que las soluciones no son sencillas, pues en este mundo globalizado cualquier ajuste tiene efectos en cadena.

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