A pocos días de las elecciones generales, el candidato a jefe comunal por el Frente Popular, Ricardo Petraglia, habló del comportamiento de sus rivales políticos en la actual campaña y aseguró que “hay una importante franja de gente a la cual no le gusta ninguno de los dos candidatos con más posibilidades”.
Además, en diálogo con DEMOCRACIA, dijo que, de llegar a la intendencia, la seguridad, el tránsito y las obras de infraestructura serán los ejes fundamentales en los que trabajará.
-¿Cómo viene la campaña con miras al 23 de octubre?
-En realidad, siempre falta tiempo, porque el tipo de campaña que hacemos nosotros es muy artesanal y muy de presencia. Evidentemente, Junín es muy grande y no dan los tiempos para recorrerlo todo.
El motivo de esta metodología es tomar contacto con la gente, charlar, recoger de boca del propio vecino cuál es la problemática que tiene. Para mí es muy enriquecedora, en razón de que uno no conoce la realidad de lo que pasa en muchos barrios. Uno habitualmente se mueve dentro de un determinado espectro y hay una cantidad de cosas que desconoce absolutamente.
La recepción de la gente me parece espectacular, más allá de que esto se traduzca en resultados o no.
-Después de las primarias se produjo una “polarización” de la campaña entre Gustavo Traverso y Mario Meoni. ¿Esto lo perjudica?
-Yo creo que no. La gente no va a entrar en el tema de la polarización, porque en definitiva no hay grandes diferencias en la forma de hacer política entre los dos candidatos que tienen más posibilidades de ganar. Y en definitiva, hay una franja de gente a la cual no le gusta ninguno de esos dos candidatos.
-¿Cree que puede haber sorpresas?
-Me parece que después de las internas el voto va a ser más reflexivo, más pensado, porque, a la postre, de ganar cualquiera de los dos que tiene más posibilidades va a ser parecido.
Creo que en nuestro caso marcamos una diferencia, que es una forma de hacer política que no está basada ni en el clientelismo, ni en compromisos verticalistas, sino en el sentido común y en el bienestar general. Pero en el bienestar general real, no declamado, sino a conciencia.
-¿Por qué cree que las campañas son similares?
-Por la declamación, por la promesa que luego se incumple y por el clientelismo. Unos y otros están repartiendo enorme cantidad de cosas. Están apelando a las miserias humanas, inclusive proponiendo cosas que después no se hacen. Es una compra de voluntades, algo que realmente a mí me parece una forma de hacer política poco ética.
-El hecho de que tantos ministros y funcionarios nacionales hayan venido a Junín para apoyar a Traverso, ¿puede ayudarlo en las urnas?
-Creo que es la primera oportunidad en la cual el kirchnerismo se ve con posibilidades de ganar la elección y, evidentemente, esta es una decisión que se ha tomado desde el nivel nacional. No es casual que bajen semejante cantidad de funcionarios de primer nivel. De cualquier manera, creo que esto puede agregar algo, pero no va a hacer una gran diferencia.
-El secretario General y de Seguridad, Damián Itoiz, reconoció que se entregaban boletas de Meoni junto a las de Scioli y Cristina…
-En principio, el que diga que los votos son cautivos, miente. En todo caso, habrá una determinada porción de gente que es leal a un determinado candidato o a un determinado partido, pero los votos ya no son más cautivos. En todo caso, la gente en las urnas hace lo que quiere.
-¿Cree que su unión con Duhalde pudo haber “desorientado” a su elector?
-Lo pudo haber desorientado en un principio. De cualquier manera, ese votante sabe que hay una tijera y que la tijera puede definir cosas. Porque, en definitiva, yo no elegí a Duhalde porque estuviera enamorado de él, ni porque crea que sea un estadista con todas las letras.
Lo elegí porque, dentro del espectro de candidatos nacionales, me pareció que era la persona que tenía la mejor capacidad de gobernabilidad en este esquema.
Creo que a la hora de elegir candidatos locales, a intendente y a concejales, la gente va a buscar diversidad, para que el poder hegemónico no haga lo que se le antoje y nos perjudique.
-¿Cuáles son los temas más apremiantes para Junín?
-Creo que hay un Junín real y un Junín ideal y que hay que pensar en los dos. En la planificación del Junín ideal, podemos pensar, por ejemplo, qué destino se le darían a los terrenos que hoy ocupan los ex talleres ferroviarios; la creación de una escuela bilingüe para empresarios que quieran instalarse en Junín manteniendo el nivel educativo de sus hijos; el traslado del complejo deportivo municipal…
Pero el Junín de hoy, el que padece la gente cotidianamente es el que necesita tener agua sin arsénico y con suficiente presión; el que necesita tener calles en condiciones. Tenemos que ocuparnos de aquellas obras de infraestructura que, como no se ven, no se tienen en cuenta: destapar los pluviales, las cloacas. Esas obras no lucen, como puede llegar a lucir el arreglo de una plaza, pero son fundamentales para mejorar la calidad de vida de todos los juninenses y no de un sector minoritario.
-¿Cómo ve el tránsito en la ciudad?
-Es caótico. En promedio produce cuatro accidentes diarios, muchos de los cuales dejan lesionados graves y hasta muertos. Creo que el cambio depende fundamentalmente de dos cosas: la decisión política de aplicar las normas y la alternativa que debe brindar la ciudad, que es el transporte público de pasajeros, sin el cual no se puede aplicar con todo el rigor que corresponde las leyes de tránsito.
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