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ARCHIVO HISTORICO MUNICIPAL

Viaje al centro de la historia de Junín

Fotos, objetos, cartas, expedientes, costumbres, personajes. Una travesía al pasado de nuestra ciudad. Las “joyas”.

La materia deja sus huellas. Y algunos de esos rastros (retazos) del pasado permanecen incólumes en el Archivo Histórico Municipal de Junín, atesorados, sin que muchos juninenses sepan siquiera de su existencia, pero disponibles para ser redescubiertos, sumergirse en el pasado para comprender el presente. 

Aún cuando las imágenes hablan por sí solas, lejos de lo que uno cree, hay mucha historia detrás de cada toma que suele quedar impregnada en su papel, a través de una simple fecha o bien apegada a una anécdota o comentarios que la sobrevuelan cada vez que alguien la revisa.

Alfonsina Iacullo, arqueóloga, museóloga y técnica en documentación es la actual   directora del Archivo Histórico Municipal de Junín y tiene mucho por contar sobre nuestra ciudad así como también un trabajo constante, conjuntamente con sus colaboradoras la bibliotecaria Patricia y la profesora Tessie Lawler. 

Son cosas que tal vez muy pocos saben de los inicios de Junín y su crecimiento a través de los años y que vale la pena conocer, o bien, para los más adoctrinados en la materia, rememorar. 


Recuerdos e historia


El archiconocido escritorio que albergó por años la antigua casa Ordiales, el mismo que fue testigo de la unión de Eva Duarte y Juan Domingo Perón, hoy está en el Archivo Histórico como uno de los objetos tal vez más venerados y cuya simpleza en el diseño contrasta con el peso histórico del suceso que lo acompañó.

Aún así, podría decirse que la “joya”, como lo refieren Alfonsina y sus colaboradoras, es la foto del año 1860 en la que se reconoce a Domingo Faustino Sarmiento en la Mar Chiquita, junto a dos personas más, observando el terreno.

“La idea que se cuenta es que Sarmiento había planeado asentarse en la ciudad y tenía el proyecto de crear un balneario en la laguna Mar Chiquita e instalar también una fábrica de manteca”, indica Iacullo.

El sillón del Coronel Borges, en una esquina de la sala del Archivo, resume el mobiliario histórico que por problemas de espacio no puede ampliarse por el momento.


Vecinos en movimiento


Cansados de que las autoridades del ferrocarril hicieran oídos sordos ante los reclamos que el municipio elevaba a raíz del paredón que, situado en avenida San Martín, dividía el centro del pueblo nuevo, un grupo de vecinos y comerciantes, comandados por el señor Mancho tomaron el problema en sus manos y derribaron el muro utilizando masas. 

“Ante los reiterados reclamos desatendidos por el ferrocarril, los vecinos demolieron el paredón en dos días, ellos mismos. Fue exactamente el ocho de septiembre de 1912”, relata la directora mientras exhibe la foto donde se observa a los vecinos triunfantes en su tarea.

Si bien la participación de las mujeres en el ámbito político no vio la luz sino hasta que el 23 de septiembre de 1947 Perón firmara el decreto presidencial que le otorgó a éstas el derecho al voto -promovido en gran medida por Evita- la incursión de las mujeres en aquel mundo dado sólo a los hombres, no se hizo esperar y tuvo sus precursoras en la ciudad.

Así se puede ver al primer grupo de mujeres socialistas, en una fotografía que data de entre 1910 y 1920. Allí, aparecen sosteniendo el mismo libro “Ayer, hoy, mañana”, tal vez no sólo en relación con su partido político sino también por su afecto y promoción de la literatura y las bibliotecas, que caracteriza al movimiento.  


Edificios y monumentos


Sobre los actuales predios de la municipalidad y la iglesia San Ignacio, construida en 1906 – la directora del archivo cuenta que “en un principio la iglesia estaba pensada para ser edificada en la ubicación de la actual municipalidad y la municipalidad donde hoy está la iglesia, pero en el 1900 se dieron cuenta que sería mejor cambiar de terrenos y que la municipalidad ocupara el terreno a partir de la esquina”.

En el edificio de la Alianza Francesa -Sociedad francesa de socorros mutuos- que data del año 1912, abrió sus puertas el Teatro Víctor Hugo, que perduró hasta la década del 40 y fue testigo de la presentación que hiciera el Zorzal, Carlos Gardel en nuestra ciudad en junio del año 1921.

Por algún tiempo, la ciudad sintió el orgullo de tener el edificio más alto de la provincia de Buenos Aires, hasta que se edificara uno en La Plata que lo superaría. El Edificio Conde, sobre Casa Panizza y la municipalidad, en la intersección de las calles Rivadavia y Francia tiene seis pisos y data del año 1.934.

La nota cómica de la historia de los monumentos emplazados en la ciudad, según la directora del Archivo, se la lleva el realizado a San Martín en la plaza 25 de Mayo, inaugurado el 17 de agosto de 1940.

“En todos lados San Martin debe apuntar hacia Los Andes pero en esta plaza no. Al parecer, el presbítero Respuela, aprovechando que algunos dirigentes no estaban en la ciudad cuando el monumento se emplazó, convenció a los constructores de que lo ubicaran apuntando a la iglesia”, comentó Iacullo. Nada se sabe de las repercusiones posteriores, pero de seguro habrían dado tela para cortar.

Así son las historias que, contadas de boca en boca dejan siempre una duda y una puerta para la imaginación. Algo que también es parte de la historia que rodea a la ciudad y sus vecinos y traspasa los años y las épocas para ser atesorado como patrimonio de la comuna. 


Trabajo del Archivo


Desde documentos de la municipalidad, del juzgado de paz (los que actualmente están en guarda), diarios (como El Mentor, que data de 1883), actas, documentos a partir del año 1850 -según lo revisado hasta la actualidad- mapas, planos del proyecto de paso a nivel del año 1.914, entre mucha otra documentación, el archivo tiene la tarea de ordenar, conservar, investigar, recibir visitas escolares y abrir sus puertas al público en general y especialmente a los investigadores que buscan material específico, muchas veces para tesis de estudios. 

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