Sebastián Meneses
Sebastián Meneses
APUNTAN A UNA VARIACIÓN DEL VIRUS O A LA PÉRDIDA DE INMUNIDAD POR EL USO DEL BARBIJO

Afirman que en Junín y la Región hay un aumento de enfermedades respiratorias

El director del HIGA, Sebastián Meneses, dijo que los casos tienen “un concepto más abarcativo que la gripe, con dolor de garganta, muscular y de cabeza”. El médico Daniel Greco afirmó que “la permanencia de la fiebre y la agresividad del virus es lo que no se veía antes”.

Tras las restricciones en la movilidad dentro y entre las ciudades durante 2020 por la pandemia por el coronavirus, otros patógenos comunes, como los que causan las gripes, enfermedades respiratorias y las neumonías, habían reducido su transmisión en la Argentina. Pero este año, los niveles de circulación de esos gérmenes han vuelto a aumentar y los casos de gripes, por ejemplo, ya superaron a los del año anterior a la pandemia, según la última edición del Boletín Epidemiológico Nacional, que elabora el Ministerio de Salud de la Nación.

En efecto, en Junín y la Región, actualmente, hay un fuerte aumento de estas enfermedades para “lo que significa la estación primaveral” con fiebre alta y una persistencia en la duración de los síntomas. 

Al respecto, el director del Hospital Interzonal, Dr. Sebastián Meneses, informó a Democracia que estos casos corresponden a “un concepto más abarcativo que la gripe, ya que pueden incluir dolor de garganta, muscular y de cabeza, y con fiebre”. Además, advirtió que “muchos de esos casos pueden corresponder a algún proceso alérgico con congestión nasal, irritación ocular y tos”.

 

“Virales”

Por su parte, el médico especialista en medicina general y familiar Dr. Marcos Jaureguizar, matrícula provincial 81158, explicó a este diario que “en líneas generales se están viendo cuadros respiratorios virales, de lo que se llama vía aérea superior, y requieren tratamientos sintomáticos y no hay tratamiento curativo, que queda en manos de nuestras propias defensas (anticuerpos)”. 

Y continuó: “Hay fiebre, mucosidad, dolores musculares, y de garganta. También puede incluir las anginas, que pueden ser bacterianas y virales”. En este caso se realiza un hisopado para la bacteria Estreptococos: “Si es positivo, se da antibióticos”, informó.

En relación al aumento de casos, Jaureguizar manifestó: “Creo que tiene que ver con cuadros que desaparecieron por la pandemia, a raíz del cuidado, barbijo y lavado de manos. Ahora van a empezar a disminuir con la llegada del calor, por la ventilación de ambientes”.

“Casos que antes no teníamos”

Por su parte, el médico especialista en emergentología Dr. Daniel Greco dijo a este diario que “hay muchísimos casos que antes no teníamos. Una de las hipótesis podría ser la utilización del barbijo que nos bajó la inmunidad, lo que nos estaría perjudicando. Al no inmunizarnos, con tanta utilización de los barbijos, ahora está pasando esto”.

“Incluso, la falta de inmunidad puede haber extendido la duración del virus, ya que antes la gripe duraba tres o cuatro días y ahora se extendió por seis o más y no se termina nunca”, agregó el médico juninense.

Antes, “veía cinco casos por día y hoy muchos más y es una realidad. Por ejemplo en la sala de Ascensión, donde yo estoy, es impresionante la cantidad que veo por día y les pasa lo mismo a mis compañeros”, afirmó. Y continuó: “Antes tenías una gripe y eran dos días de fiebre y ahora pasan cuatro o cinco y la gente reconsulta en la guardia, ya que tanto chicos como adultos continúan con fiebre”. 

También, sostuvo que la mayor agresividad puede tener relación con que “el virus pudo haber mutado. Los rinovirus, a diferencia de los que teníamos antes, ahora tienen más violencia, pero también podría estar pasando esto por la utilización del barbijo y que no nos hayamos inmunizados por casi dos años, como lo hacíamos antes respirando sin ningún tipo de filtro”.

“Indudablemente puede ser una nueva variación del virus o que perdimos inmunidad por tanto uso del barbijo”, remarcó Greco. Y agregó: “Por ejemplo, antes con un antitérmico o antigripal por ahí alguno volvía a consultar al otro día. Pero ahora, tengo gente que regresa después de tres días y sigue consultando porque continúan con fiebre”.
“Esa persistencia de la fiebre y la agresividad del virus es lo que yo no veía antes”, concluyó el médico.

A nivel nacional

En 2022 se han reportado en 719.065 casos de gripe a nivel nacional, según la última edición del Boletín Epidemiológico Nacional, que elabora el Ministerio de Salud de la Nación. La incidencia acumulada ha sido de 1555 casos por cada 100.000 habitantes. Eso significa que la incidencia de gripe creció el 21% con respecto al registro de 2019, el año anterior a que se declarara la emergencia de salud pública por el Covid-19.

En 2019, se habían notificado 576.744 casos de personas diagnosticadas con el virus de la influenza, que causa la gripe. La incidencia acumulada fue de 1.283 casos por cada 100.000 habitantes. Al año siguiente, cuando el confinamiento masivo obligó a estar más tiempo en los hogares y se redujeron las reuniones sociales en espacios cerrados, el nivel de casos de gripe bajó más del 60%. En cambio, en 2021 los casos de gripe subieron el 21%.

Este año entonces siguieron aumentando y superaron al nivel que se había alcanzado en 2019. Si bien la gripe afectó a personas de todas las edades, el mayor número de muestras positivas se dio en el grupo que tiene entre 25 y 34 años y en el que tiene entre 45 y 64 años.

Este año la circulación del virus de la gripe fue inusual en la Argentina. Porque empezó a transmitirse con más frecuencia durante el verano, y fue a partir de la circulación del virus de la influenza A H3N2. La circulación de este subtipo de virus, que había predominado en el hemisferio Norte, había sido detectada en diciembre del año pasado. Predominó luego en gran parte de las personas que han tenido gripe durante este año. En la primera quincena de febrero, ya se habían informado 794 casos confirmados de gripe A H3N2.

Pero, por qué los casos de gripe ocurrieron en el verano. “La cepa del virus de la influenza A H3N2 había empezado a circular en el hemisferio Norte y fue incorporada en la vacuna en septiembre pasado por la Organización Mundial de la Salud. Por lo cual, en diciembre del año pasado y los tres meses siguientes las personas aún no tenían la vacuna actualizada que los podía proteger contra la gripe A H3N2 en la Argentina. A partir de marzo, se empezó a inmunizar con la vacuna que sí incluye esa cepa del virus”, explicó la doctora Silvia González Ayala, quien es miembro de la Sociedad Argentina de Infectología y consultora en infectología del Hospital de Niños Sor María Ludovica de La Plata.

La suba de casos de gripe siguió hasta alcanzar en abril pasado más del 50% de la positividad en las muestras que se analizaban. Desde entonces los casos empezaron a bajar. En agosto pasado, la positividad para gripe era solo del 2,38%. Desde el inicio del año hasta la tercera semana de agosto, se reportaron 97 muertes por gripe en el país.

“Como el virus de la gripe circuló antes de su temporada habitual y como la gente había estado menos expuesta al patógeno durante 2020 y 2021, este año hubo más personas afectadas. Aún sigue habiendo casos de gripe en septiembre. Con respecto a la vacunación, la tasa se está recuperando en 2022: es mayor que en 2021. Pero no alcanzó a los valores de 2020. Ya en junio pasado, el 80% del personal de salud tenía la vacuna antigripal y la cobertura también había alcanzado al 42% de los niños y las embarazadas”, comentó Pablo Bonvehí, jefe de la sección Infectología en CEMIC y ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología.

Los virus influenza

Según el Ministerio de Salud, los virus influenza son los principales responsables de los cuadros gripales, que afectan principalmente a la nariz, la garganta, los bronquios y, ocasionalmente, los pulmones. 

La infección viral dura generalmente una semana y se caracteriza por la aparición súbita de fiebre alta, dolores musculares, cefalea, malestar general, tos seca, dolor de garganta y rinitis.
El virus se transmite con facilidad de una persona a otra a través de gotitas y pequeñas partículas expulsadas con la tos o los estornudos.

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