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RECORRIENDO LOS BARRIOS

Cerrito Colorado Sur: un espacio de aire puro y sosiego a sólo ocho minutos del centro de Junín

El crecimiento poblacional y la organización vecinal trajeron como consecuencia la extensión de servicios básicos. Ahora solicitan arreglo de calles, reductores de velocidad, recolección de residuos y una obra que mejore la entrada por la Ruta 7. Además, genera inquietud la instalación de un barrio privado por el hecho de que pueda perjudicar la prestación de servicios.

Desde hace una década, muchos juninenses decidieron construir sus viviendas permanentes en el barrio Cerrito Colorado Sur, una zona alejada de la ciudad delimitada por la Ruta Nacional N° 7, las calles Los Naranjos, Las Gallaretas y Ranqueles.
Actualmente hay unas 40 familias que viven en estas 54 hectáreas, aunque seguramente serán más en el corto plazo, habida cuenta de la cantidad de obras en marcha que se advierten al transitar por sus calles.
El contacto con la naturaleza y la tranquilidad son los principales argumentos de quienes eligieron este lugar para vivir retirados del ruido de la ciudad, que en su mayoría son familias jóvenes, cuyo promedio de edad es de entre 30 y 40 años.
Así fue como los vecinos se organizaron en una sociedad de fomento, con el objetivo de dotar de servicios al barrio, tarea que de a poco van logrando y por la que se muestran satisfechos.

Servicios

Al tratarse de una zona en la que históricamente vivió muy poca gente, muchos servicios básicos están ausentes en este lugar, como el agua corriente y las cloacas.
En cuanto al gas natural, hace algunos años, cuando los vecinos empezaron a organizarse, formaron un consorcio por medio del cual, el tendido de la red de gas llegó hasta esta zona.
Es por eso que actualmente el 80% de los residentes cuenta con este beneficio.
Se supone que con la construcción de la tercera planta de rebaje, el resto de las familias también podrá tenerlo. “Eso es fundamental porque acá sin gas no se puede vivir”, señala Santiago Ehrman, presidente de la sociedad de fomento, quien agrega: “Actualmente, en invierno, con el gas que tenemos muchas veces pasamos frío porque no tiene la presión suficiente”.
En tanto, el alumbrado público llegó a este barrio hace dos años, cuando comenzaron a poner las primeras luminarias, que hoy llegan a 35, todas pagadas por los vecinos. Según cuenta el dirigente fomentista, “no había cables de EDEN en todas las calles, entonces se hizo un relevamiento y se colocaron las columnas donde se podían conectar”.
Por último, la recolección de residuos aún no alcanza esta área. Desde hace varios años los lugareños contratan el servicio de un camión para que recoja la basura dos veces por semana. Si bien se está pidiendo desde hace mucho tiempo que ese trabajo lo haga la empresa Ashira, hasta ahora no han obtenido respuestas positivas.

Las calles y el tránsito


Una de las falencias que marcan los vecinos de este lugar pasa por la falta de mantenimiento de las calles. “La que siempre arreglan es Los Naranjos -comenta Ehrman-, el resto no. Por ejemplo, Las Chicharras está toda poceada, ya reclamamos que se haga algo, pero no ha venido nadie”.
Aunque pueda suponerse que el tránsito aquí no es un problema por ser todas calles de tierra y no estar en buenas condiciones, la realidad marca otra cosa.
El presidente de la sociedad de fomento cuenta que “durante muchos años le reclamamos al secretario de Obras Públicas que por favor nos ponga reductores de velocidad, carteles o algún tipo de medida para mejorar este tema”.
Es que muchos vehículos suelen circular a velocidades imprudentes, con el riesgo que eso conlleva en un barrio donde hay dos clubes que en el verano juntan más de 400 chicos en sus colonias.
“No hay nada preventivo -insiste Ehrman-, lamentablemente no hemos logrado que nos den una respuesta. Al principio nos decían que como no había luz en la calle no se podía hacer nada. Hoy tenemos las calles iluminadas, pero sigue igual. Acá viven muchas familias jóvenes, con hijos de entre 2 y 12 años, y esos chicos salen a andar en bicicleta por las calles del barrio. Algunos autos andan muy rápido y esta es una zona con muchas plantas entonces se hace muy difícil ver si viene alguien en bicicleta o caminando, y se corre mucho riesgo”.

Entrada al barrio

Otro punto conflictivo que se relaciona con el tránsito, tiene que ver con las entradas al barrio, principalmente por Los Naranjos, el único ingreso al vecindario si se viene por la Ruta 7.
Es que se hace difícil frenar para doblar, porque los autos en la ruta vienen muy rápido.
Ehrman explica que hace más de un año se presentó una nota “solicitando que se haga un tercer carril o una dársena unos 100 o 200 metros antes, para que los autos que quieran doblar puedan salirse de la ruta y bajar con más tranquilidad, sin la presión de los que vienen detrás, pegados. Si no se pudiera hacer pavimentado, al menos que se haga un mejorado”.
Asimismo, la entrada sobre la calle Las Gallaretas, sobre la Ruta 65, tiene un problema similar, con el agravante de que ese cruce está sobre una curva, lo que dificulta aún más las maniobras.

Seguridad


Como una forma de solucionar el tema de la inseguridad, los vecinos de Cerrito Colorado Sur contrataron hace tres años un servicio de seguridad privada que hace recorridas permanentes, principalmente por la tarde y la noche.
Además, se formó una suerte de red entre los residentes y entre todos están permanentemente comunicados ante cualquier movimiento extraño que trastoque la paz del barrio.
“Hace un tiempo que no tenemos inconvenientes, pero estamos muy atentos, pendientes de lo que pasa, nos cuidamos entre los vecinos”, resume una mujer que vive hace cuatro años en el lugar.
Asimismo, los lugareños destacan que en el último tiempo aumentó el patrullaje de los móviles policiales en esta zona.

Barrio San Ignacio

Sobre la calle Ranqueles, en el límite del barrio, en lo que anteriormente se conocía como “Campo de Peretti”, la empresa Eidico hizo un loteo y planea erigir el barrio privado San Ignacio.
Según fuentes inmobiliarias, ya hay 150 lotes vendidos.
Este nuevo emprendimiento preocupa a los vecinos del lugar, no por el hecho de que ingrese gente nueva al sector, sino porque dudan que haya una estructura suficiente como para dar servicios a quienes vayan a vivir.
“¿Cómo se le va a dar gas a toda esa gente? ¿Eso no influirá en la cantidad y calidad de fluido que recibimos en Cerrito Colorado? ¿Qué entradas y salidas habrá para tantos autos?”, son algunas de las preguntas que se hicieron los vecinos frente a DEMOCRACIA.
Santiago Ehrman asegura que habló con representantes de la empresa “para que cuando se empiecen a construir las casas, los camiones con materiales ingresen por la calle del Club Banco Junín, porque si no va a ser imposible transitar en el barrio. Eso va a provocar un movimiento muy grande que va a ser terrible”.
Sin embargo, lamenta que nunca se hayan podido reunir con los responsables del proyecto y que el contacto sólo haya sido telefónico.

Sociedad de fomento

El 3 de octubre se realizará una asamblea en la sociedad de fomento en la que se elegirán las nuevas autoridades para conducir a la entidad barrial.
Luego de varios años de actividad fomentista, Ehrman afirma que el balance del trabajo de la comisión saliente “es muy bueno”, y amplía: “Siempre se trabajó en grupo y logramos traer el gas natural, pusimos cartelería en las calles, vino el alumbrado público y hasta se ha podido ayudar a un par de familias con carencias que viven en el barrio, a quienes se les ha dado la luz y se les hizo un pozo para el agua, porque no tenían. La idea es que el que venga acá sea consciente que esto es de todos y entre todos lo tenemos que cuidar”.

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