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SIN GAS NATURAL, AGUA POTABLE NI CLOACAS

Vecinos de Fortín Federación sueñan con un futuro que incluya servicios públicos

El barrio se enmarca desde avenida Alvear hasta Félix de Azara y de Ricardo Rojas hasta avenida de Circunvalación. Conexiones clandestinas, contaminación y fuertes olores describen la realidad de un sector olvidado. Silvina Castro encabeza el reclamo.

La historia de Silvina Castro describe una realidad inaceptable en el siglo XXI. La falta de servicios públicos pone en riesgo la vida de sus hijos al igual que la de cientos de vecinos del barrio Fortín Federación.
A tan sólo treinta cuadras del centro de nuestra ciudad, el sistema de cloacas, el agua potable y el gas natural no existen.
Pero disconforme con la realidad, Castro encabeza un reclamo que podría encontrar sus primeros logros en los próximos días.
En diálogo con DEMOCRACIA, afirmó: “Nos informaron que a fines de septiembre comenzarán a trabajar con el agua y las cloacas. El arquitecto Agustín Pinedo (secretario de Obras Públicas) nos dijo, el viernes pasado, que los materiales ya están, que alcanzarían  para seis cuadras y media de agua, y 14 de cloacas. Nos dijeron que los materiales estaban, pero que faltaba licitar la obra”.
En enero de 2011 el barrio  eligió a Castro como presidente de la sociedad de fomento. La decisión de los vecinos redobló sus esfuerzos para continuar con una lucha histórica.
“Yo nací en este barrio hace 38 años. Y siempre tuvimos este problema. Hace cuatro años, un mes antes de las elecciones, nos pusieron las luminarias. Ahora parece que puede ocurrir lo mismo”, contó a este medio.

Cómo se vive

Carolina vive en una vivienda de la calle Ricardo Rojas al 200. Comparte sus días junto a su marido Claudio y sus tres hijas. En la misma casa también vive su cuñada con sus dos nenas. Todos excluidos de una mejor calidad de vida que generan los servicios públicos.  
“En reemplazo del gas natural tenemos que manejarnos con tres garrafas por mes y leña para la calefacción. Es un presupuesto importante para una familia humilde”, contó.
Además relató: “El agua del lavarropas va directo a la calle. Por eso se forman las cortadas. Por supuesto que el agua de todos los vecinos también va a la calle y así es como se forman las lagunas. Muchas veces el olor es muy fuerte”.
Ante la falta de un sistema de desagüe, “los desechos del baño van al pozo del resumidero que hay en todas las casas. Cada familia ha hecho un pozo y así es como vivimos. Culpa de estos pozos a veces hay un olor muy fuerte. También hay gente que tiene escusados”, señaló.

Clandestinidad


Según palabras de Castro, hace unos diez años el Municipio habilitó el suministro de agua potable pero “solamente para las viviendas de la calle Ricardo Rojas”. A partir de allí “comenzaron las conexiones clandestinas”, contó.
“Lo que pasó fue que los vecinos que no tenían agua potable comenzaron a extender la red de forma ilegal. Uno supone que el Municipio lo sabe a esto, pero en su momento todos hemos colaborado porque no había otra forma de acceder al agua”, recordó.
Otros de los problemas que conviven entre los vecinos es la falta de escrituras. Dicha ausencia genera un inconveniente al momento de iniciar los trámites para la instalación de servicios.
“Mucha gente del barrio tiene problemas con las escrituras de las casas. Hacer los papeles requiere de un gasto y si a eso le sumamos la colocación del gas se forma un monto que es muy difícil poder afrontar. Entonces los vecinos van perdiendo la esperanza”, agregó.

Los riesgos


Ante la falta de cloacas, los vecinos de Fortín Federación eliminan el agua sucia directamente a las calles. Para que los desechos líquidos no se estanquen, optaron por realizar canales que permiten la circulación del agua hasta las cunetas generando así la aglomeración de los líquidos de forma constante.
“La suciedad se mezcla con el agua que tiramos entonces las cunetas siempre tienen agua podrida. Puede haber bacterias porque constantemente hay perros y otros animales. Y cerca de todo esto siempre hay chicos jugando”, remarcó Castro.
Y agregó: “Estamos reclamando algo que nos corresponde. Yo no pude tener ninguno de los servicios en toda mi vida, tengo 38 años y no quiero que mis hijos pasen por la misma situación”.

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