Massa: maquillar un ajuste
OPINIÓN

Massa: maquillar un ajuste

En noviembre de 2011, el electo vicepresidente de la Nación Amado Boudou, junto con el ministro de Planificación Julio De Vido habían comenzado a anunciar semanalmente ajustes en las tarifas de servicios públicos frente a los problemas de caja y dólares del momento. Ante la pregunta de si era un ajuste de tarifas la respuesta fue “No hay suba de tarifas, lo que hay es quita de subsidios”. El final de la historia es que todo quedó en la nada con la denuncia por el caso Ciccone.

La actual gestión desde hace dos años y medio viene justificando su inacción y el deterioro continuo de la situación socioeconómica del país con el slogan “ah pero Macri” que había dejado una deuda muy grande. Hay que considerar que JxC tomó el gobierno en diciembre de 2015 con un déficit fiscal superior al 5% y lo entregó con uno de 0,9%.

“La deuda colocada ya es mayor que la de los cuatro años de Macri”. 

Contradiciéndose sin decirlo, a la mitad de la gestión del actual gobierno, la deuda colocada ya es mayor que la de los 4 años de Macri (medida en dólares la deuda acumula un aumento de USD 55 mil millones). La justificación es que la deuda actual es en pesos, lo que están diciendo implícitamente es que los tenedores son ciudadanos argentinos que son más fácil de embromar licuándolos. Visión de soberanía 2.0.

Las peleas internas entre la coalición de gobierno llevaron a que en los últimos 3 meses se hayan generado una serie de desprolijidades en el nombramiento de ministros que no se condice con la crítica situación de la economía. Todo ello porque el ala kirchnerista no acepta la realidad e insiste con que la ley de la gravedad es mentira.

La última improvisación fue la medida para que el campo liquide, que fracasó el primer día. La brecha en 130%, la inflación en niveles récord, el sendero fiscal explosivo con el presidente del BCRA dándole órdenes a la Casa de la Moneda al estilo: “quiero las máquinas funcionando las 24 horas”, los despertó. Todo concluyó con la designación de Massa como ministro de Economía (Batakis solo duró 24 días), de producción (Scioli solo duró 43 días) y agricultura.

Lo que anunció el nuevo ministro, sin detalles de cómo, es lo que Guzmán sostenía, y en parte lo que también hizo la fugaz Batakis. Queda claro que la “hoja de ruta” es lo más parecido a un ajuste sin decirlo. Sobre lo anterior, enumeramos algunos casos:  el BCRA no podrá seguir emitiendo para financiar al tesoro y se reintegran $10.000 millones (migajas). Se estaría reconociendo que la emisión genera inflación; se congela la planta de personal y se hará pública a partir del Indec. Lo mismo que propuso Batakis y para la tribuna.

Se cumplirá la meta fiscal del FMI de 2,5% del PBI. El 1° semestre fue de 1,06% del PBI y al ritmo actual se proyecta un segundo semestre de 2,76% acumulando en el año 3,76% del PBI. Se necesita un ajuste importante o patear mucho gasto para llegar al 2,5%.

En lo que hace a las tarifas de gas y electricidad, el anuncio de ajuste, o como decía Boudou: "la reducción de subsidios" sería mayor a lo que estaba planteado en la segmentación. Esto también es un ajuste que ya provocó la renuncia del secretario de energía.

No se sabe cómo se solucionará estructuralmente la escasez de dólares y la reducción de la brecha. Adelantar la liquidación de exportaciones es pan para hoy hambre para mañana.

El mercado aún no mostró ninguna señal de aceptación de los anuncios. Esto se explica porque, más allá de la capacidad política de Massa, existen dudas de cómo hará el kirchnerismo para comerse el “pato” dado que el ajuste difícilmente lo puedan disfrazar de “política de distribución del ingreso con el pueblo adentro”. Habrá que ver si la tercera es la vencida.

Por Agustín Máspoli: Vicepresidente del bloque de Senadores de Juntos bonaerense (UCR-Chacabuco).

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