CONSUMO DE ALCOHOL, INHALANTES Y PSICOFARMACOS

Adicciones: preocupa la facilidad con que se accede a drogas de venta restringida en Junín

Se trata de componentes que se adquieren en negocios públicos, cuya comercialización está limitada por la ley, especialmente hacia los menores. Autoridades y especialistas en el tema alertan por la ligereza con que se consiguen, a pesar de estas barreras legales. Cómo se controla.

La facilidad con que se accede en la actualidad a sustancias de venta comercial, pero restringida, como el alcohol, los inhalantes y los psicofármacos, constituye una luz de alarma para los especialistas en adicciones, habida cuenta que se trata de negocios legales realizando transacciones no permitidas.
La normativa vigente establece que no se puede vender alcohol entre las 21 y las 10, al tiempo que está prohibida la comercialización a menores de 18 años en cualquier horario. Tampoco está permitida la venta de pegamentos a menores, así como son muy estrictas las normas para el expendio de psicofármacos en farmacias.
Sin embargo, las autoridades muestran su preocupación por la facilidad para el acceso a estas sustancias.
En ese contexto, en la lucha contra el tráfico de drogas, a la persecución de “punteros” que suministran drogas ilegales hay que sumarle el control sobre los comercios registrados que venden sustancias que pueden ser nocivas y cuya comercialización está limitada.
De esta manera, el kiosquero o el almacenero que despacha alcohol fuera del horario permitido o le vende a un menor; el ferretero que le provee de pegamento a un chico, o la farmacia, que suministra psicofármacos sin receta, se convirtieron en nuevos puntos de observación.
En el análisis de esta realidad, la tolerancia social aparece como un punto clave a la hora de explicar por qué se llegó a esta situación.

El escenario local

La directora del Centro Preventivo Asistencial (CPA) de Junín, Graciela Crupi, cuenta que “el alcohol es una sustancia omnipresente, es moneda corriente, una sustancia de consumo muy instalado”, y advierte que “hoy el menor consigue el alcohol sin ningún esfuerzo y así como tiene acceso al alcohol, también lo tiene al pegamento, a los inhalantes y a la nafta”.
La especialista señala que “hay mucho consumo de pegamento en los menores y las latas las consiguen muy fácilmente. En las ferreterías está prohibida la venta de inhalantes y solventes, es una ley, y sin embargo no hay problemas en conseguirlos”.
La gravedad del asunto está dada por el hecho de que de acuerdo a los casos que se ven en el CPA, las sustancias más problemáticas en los menores son, precisamente, los inhalantes.
Por otro lado está el tema de los medicamentos psiquiátricos. “El paciente que es un policonsumidor, como son la mayoría de los que vienen acá, en algún momento fue atravesado por algún psicofármaco”, asevera Crupi.
Lo que suele suceder en estos casos es que en el propio ámbito se ha “convivido” con algún psicofármaco, que circula en la casa como moneda corriente, ya sean pastillas para dormir, para calmar los nervios, para bajar la ansiedad y demás.
“El acceso está en todos lados -insiste Crupi-. Hay un montón de requisitos para la venta de psicofármacos, con receta por triplicado, de un determinado color, es decir, una serie de controles muy estrictos, sin embargo, los chicos acceden fácilmente”.

El control

La transgresión de las normas que regulan la venta de estas sustancias (ver recuadro) puede ser denunciada por cualquier ciudadano ante las autoridades para que se tome cartas en el asunto.
Una vez que se toma la denuncia, el Ministerio provincial articula con la Dirección de Inspección General del Gobierno local, y a partir de ahí se hace el operativo y se labra la infracción, que será elevada al juez de turno, quien decidirá la pena que corresponda.
El director de Inspección General del Municipio, Miguel Angel Chami, señala que el ámbito donde más se interviene es en la venta de alcohol.
El funcionario asegura que “el control se hace diariamente y con más intensidad los fines de semana; cuando necesitamos apoyo de la Policía el trabajo se hace en conjunto no solo en los boliches y confiterías, sino también en los kioscos y polirrubros porque estos comercios después de las 21 no pueden vender alcohol a menores ni a mayores”.
En tal sentido, Chami cuenta que “en las oficinas de Inspección General hay unos 300 envases de distintas bebidas alcohólicas que fueron incautadas en los últimos dos operativos. Están a resguardo esperando la resolución del juez que entiende en la causa”.
Es que cuando hay una infracción, los inspectores clausuran el comercio, incautan las bebidas y la causa pasa al juzgado correccional de turno que es quien dispone los pasos a seguir, los días de cierre y el destino de la mercadería.
El director municipal remarca que no son muchas las denuncias que reciben por este tema: “Son pocas y cuando llega alguna hacemos la inspección que corresponde. En general, el control se hace de acuerdo a una planificación previa, en distintos sectores de la ciudad, por iniciativa de esta Dirección”.

Análisis

El hecho de que sean pocas las denuncias que se hacen sobre este asunto revela que el consumo de alcohol en exceso no cuenta con una condena social tan contundente, como sí sucede con otras sustancias.
“La tolerancia social es un tema que sigue estando cada vez más presente en nuestra comunidad -analiza Crupi-, muchas veces se asocia el delito con la droga, pero seguimos estando pasivos ante todo esto, aún cuando la principal demanda pasa por la inseguridad”.
La especialista refiere que hay madres que sienten temor de denunciar estos hechos por si sufren algún tipo de represalia, entonces se sienten impotentes y se mantienen pasivas ante la eventualidad de alguna agresión o hecho violento hacia ellas o su familia.
Sin embargo, Crupi solicita a la comunidad que sí se haga la denuncia al 0-800 de la Secretaría de Atención a las Adicciones (SADA), que es anónima, para que esta situación pueda empezar a solucionarse.

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