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ENTREVISTA CON CLAUDIO CHARNE

Un juninense, mánager de Facundo Cabral

Representó al músico desde 1983 hasta 1985. Recuerda la vida del cantautor argentino recientemente asesinado

Claudio Charne está a punto de cumplir 50. Cecilia es su esposa y Tomás de 13 junto a Valentina de 20 años son sus hijos. En su extensa trayectoria están su paso por LT 20 Radio Junín y su querido Fortinero Cable Color. Pero el recuerdo que hoy más lo conmueve, está arraigado a aquellos tres años en los que representó a Facundo Cabral, cantautor argentino que a sus 74 años fue asesinado el pasado sábado en Guatemala.
“Yo era muy joven, no tenía 20 años y estaba trabajado en LT 20 Radio Junín. Conducía un programa y por la trascendencia logré el título de locutor profesional. En ese marco descubrí lo que realmente me gustaba hacer. Conseguí establecer varios contactos para traer artistas a Junín. El primero de todos fue el dúo acústico Vivencia que estaba formado por Héctor Luis Ayala y Eduardo Fazio. Después traje a Charly García con La Máquina de Hacer Pájaros, a Spinetta y a León Gieco, entre otros”, recordó Claudio en diálogo con DEMOCRACIA.
 
-¿Cómo conoció a Facundo Cabral?
-Un día viene Serú Girán y ahí me hice amigo de Fabián Sosa, el hijo de Mercedes Sosa. Con él me fuí a Buenos Aires y empecé a conocer a mucha gente. Un día estaba mirando una revista que se llamaba TV Guía y observé una foto de Cabral junto a una de sus frases. Al rato de esa situación me subo a un colectivo y cuando voy pasando por avenida Santa Fe lo veo a Facundo caminando. Bajo del colectivo y le hablo. Me presento y le cuento que soy de Junín y él me dijo que yo era de los pagos de Yupanqui. Le cuento que estaba buscando trabajo, le pregunto si no sabía de algo para mí y él me responde: y vos no tendrás algo para mí. Y ahí mismo me invitó a presenciar un espectáculo que se llamaba “Ferrocabral”.  
     
-¿Qué recuerda de aquel espectáculo?
-Que quedé alucinado. Nunca había visto ni escuchado una cosa así. El con su guitarra. Y en ese mismo concierto lo conocí a Lino Patalano, que era un asistente muy importante y quien hoy es el director del teatro Maipo. Hablé con él y trajimos a Cabral a Junín en un día lunes, que dicho sea de paso fue una especie de suicidio. Pero Lino hizo que Facundo estuviera el viernes anterior en “Cordialmente”, que era un programa que conducía Juan Carlos Mareco por ATC y que lo veía todo el mundo. Encima el sábado lo puso en Badía y Compañía. Así que ese lunes que vino Cabral a Junín, me acuerdo que La Rancharía estaba repleta.          

-¿Cómo continúa la relación después de ese gran comienzo?
-Lino me propone seguir trabajando junto a él y, por supuesto, a Facundo, y me suguiere que organice algunas fechas por la zona. Así fue como comencé. Estuve junto a él durante varios años. Estando en Rosario me llama Lino y me confirma que Facundo iba a tocar en el Luna Park. Fue una gran alegría y mucho más después cuando se confirmaron cuatro fechas más. No cualquiera llenaba un Luna Park en aquellos tiempos.          

-¿Cómo lo recuerda por fuera de lo artístico?

-Era una persona por demás divertida. Eran más los momentos en los que hablaba en broma. Inclusive en los espectáculos él iba desde lo ridículo hasta lo profundo. Pero era una persona que en su vida privada era como él realmente lo decía. Sinceramente yo desconfiaba mucho al principio, pero cuando lo conocí me di cuenta que era una persona verdadera. No me sorprendí cuando escuché en la tele que él sólo llevaba una valija. El nunca llevaba otras cosas más que una valija, sus libros y por supuesto su guitarra. Y siempre estaba escribiendo. Ideológicamente lo podría definir como un anarquista. Era un amante de la libertad.  

-En tres años de convivencia imagino que deben ser muchos los recuerdos.
-Siempre era una persona muy divertida. Todo lo que charlábamos él lo confirmaba o lo resaltaba con un ejemplo. Yo era muy chico y cuando me di cuenta dónde había estado me lamenté por varios motivos. Hoy siento que en aquel momento iba con él y él me iba enseñando. Así pasaron tres años. Después él se va con Alberto Cortez a realizar una gira y no volví a tener contacto con él.

-Muchos de sus amigos lo definen como una persona solitaria. ¿Coincide con esa descripción?
-Creo que era una persona que podía vivir sin recuerdos. Algo que es muy difícil. El no tenía ningún problema en irse. Como decía Yupanqui, “mejor las manos vacías por lo que puedo encontrar”. El prefería estar libre. Era un amante de la libertad pura. Inclusive Facundo no tuvo hijos, solamente tuvo una compañía que fue Silvia. Nada más. Eso marca que él también tuvo que resignar muchas cosas por su libertad.  
 
-¿Cómo reaccionó ante la noticia de su fallecimiento?

-Me enteré por un mensaje de texto. Lloré mucho. Y para mí es mi tercera pérdida importante, incluyendo a seres de mi familia. Después uno recuerda millones de situaciones y es ahí donde surgen otros sentimientos. Una vez por ejemplo, dijo: “Después de haber vivido en este mundo infame, lo menos terrible será la muerte”. Creo que con esa frase nos tendríamos que poner a pensar mucho en lo que nos está pasando. Pero jamás me imaginé que moriría de esta manera. Pensé que iba a morir como Sábato, de grande.

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