EVOLUCIÓN

Danya Tavela: “Hay un alto nivel de enojo y frustración”

La diputada nacional afirmó en una entrevista con Democracia que “es lógico” que crezcan espacios radicalizados como el de Javier Milei o “outsiders” como Facundo Manes, porque “hay una necesidad de encontrar, por fuera de la política tradicional, una esperanza de cambio”.

-Tras la fractura en la alianza gobernante, ¿cree que la política está complicando la economía?
-Sí, porque cuando tenés un proceso de inflación generalizado como el que tenemos, hay una pérdida de confianza en el peso y eso tiene mucho que ver con la confianza en quienes emiten esos pesos, que es el Gobierno nacional, que no logra generar confianza en los argentinos. Esto tiene mucho que ver con la interna, con la fractura, con las estrategias casi alocadas que a veces toma la vicepresidenta (Cristina Kirchner), como el hecho de partir su bloque en el Senado para ocupar un cargo más en el Consejo de la Magistratura, con las benditas cartas que aparecen cada tanto cuestionando la autoridad del Presidente, esto no nos hace bien a los argentinos. 

-La economía está atada a las expectativas. 
-La confianza es fundamental, poque así es como funciona la economía, cuando hay pérdida de confianza todas las variables se resienten, desde lo macro, hasta lo micro, porque aumentan los alimentos, aumenta la pobreza, la marginalidad, y se genera la tormenta perfecta. 

-La estrategia electoral de Cristina, ¿derivó en una imposibilidad para gobernar? 
-Sí, en un principio la ex presidenta imaginó otro nivel de co-gobernanza con el actual presidente, quizás sin entender la gravedad de la crisis que iba a afrontar el país, sumado a dos años de pandemia, con decisiones acertadas y gestiones no acertadas, como el vacunatorio VIP, tardanza en la compra de las vacunas, dos años de escuelas cerradas. La expresidenta está más preocupada por su situación judicial, que por el destino del país, y todo esto impacta negativamente, en su relación con Alberto Fernández, con los ministros, que están siendo atacados desde adentro. 

-¿Cree que va a haber un acuerdo en el Gobierno?
-Es muy difícil saberlo, porque esto va calando cada vez más profundo y hay situaciones que no se van a poder corregir en el mediano plazo, respecto incluso a los vínculos personales dentro del Gobierno.

-Cuando se creía que el país había dado un paso en favor de la institucionalidad, tras la aprobación del acuerdo con el FMI, rápidamente el cristinismo dinamitó ese consenso. 
-Hubo un trabajo enorme de generar un consenso con la oposición, con todos los bloques, y hubo un sector del oficialismo que llegó y votó en contra. Lo dinamitó a tal punto que, estamos en mayo y aún no hemos podido empezar a funcionar con normalidad. Era un acuerdo con metas muy difíciles de cumplir, pero creíamos que era importante que la Argentina no cayera en default. Me gustó que utilizaras la palabra institucionalidad, porque había que sostener la institucionalidad, ya que es lo último que podemos perder. 

-En este contexto, crecen espacios con un discurso radicalizado, tanto de derecha como de izquierda. Las preguntas que plantear parecen adecuadas, pero el problema muchas veces son las respuestas. 
-Es lógico que crezcan porque hay un elevado nivel de enojo y frustración. Y ante la frustración y el enojo, uno trata de encontrar un salvavidas o algo que le permita creer. Hay dos fenómenos que están creciendo a la par, por un lado, el de Javier Milei, de Avanza Libertad; y por otro, el de Facundo Manes, por un espacio de centro, una socialdemocracia. Hay una necesidad de encontrar por fuera de la política tradicional, de estos outsiders, si se quiere, una esperanza de cambio. Claramente las preguntas son las correctas, pero las respuestas no siempre son correctas, porque hay que poder analizarlas en el contexto del país que tenemos y la idiosincrasia. 

-Entonces, ¿qué hay que hacer?
-Nosotros estamos recorriendo el país y la provincia de Buenos Aires, y hay cuatro cuestiones, que son de corto plazo, que hay que aplicar el 11 de diciembre de 2023 cuando llegues al gobierno: una tiene que ver con la necesidad de un nuevo marco normativo laboral para las pymes, que no sea un parche, sino una política. También hay que discutir el sistema tributario, hay que dejar de cobrarle impuestos a la producción. 

-Hay países con una presión impositiva alta, pero con un Estado muy eficiente. 
-La productividad del Estado argentino hay que ponerla en discusión, porque efectivamente hay países nórdicos que tienen incluso impuestos más altos que la Argentina, pero nadie paga la escuela privada, porque la escuela pública es de excelencia; nadie anda en su propio vehículo porque el transporte público es de excelencia; nadie paga una prepaga porque la salud pública es de excelencia. El cuarto punto tiene que ver con la inflación, que es el peor de los impuestos, porque es el más regresivo de todos y el que menos tiene es el que más paga.

 

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