El 22 de diciembre del año pasado se inauguraba oficialmente el sistema de videovigilancia, con el acto de apertura del centro de monitoreo y la puesta en marcha de las siete cámaras.
A doscientos días de aquel inicio, las autoridades municipales se muestran satisfechas por el resultado de esta iniciativa, dado que, según su evaluación, se advierten menos delitos en las áreas que son filmadas y proponen crear “corredores seguros” en áreas conflictivas: de comercios y bancos, a través de la instalación de domos (sofisticadas cámaras que giran en 360 grados).
En este sentido, Damián Itoiz, Secretario General y de Seguridad del Municipio, afirmó que ya se están llevando a cabo encuentros con distintos actores sociales para organizar estas “zonas libres” de delitos.
“Hay reuniones del secretario de Producción, Oscar Palma, con el sector comercial y del director de Seguridad Municipal, Víctor Knappe, con las entidades bancarias para que nos acompañen en este proceso, que se compren más domos para incorporarlos a este sistema y formar corredores seguros. Una cámara puede tomar hasta 3 ó 4 cuadras con claridad, por lo que en esa extensión se pueden unir varias entidades o comercios y adquirir una cámara para sumarse a este sistema. Me parece que es un aporte valioso, que surte efectos y seguramente se van a ver aún más resultados”.
Sistema “efectivo”
El funcionario aseguró que en lo que hace a la disuasión del delito en la zona céntrica, el sistema de videovigilancia fue muy efectivo. “Más allá de que se han producido algunos hechos, hoy hay muchos menos ilícitos en el centro. Eso también produce que se empiece a cambiar esa sensación de inseguridad y que podamos comenzar a hablar de ‘zonas seguras’ como estrategias de prevención. Cuando hablo de ‘zonas seguras’ no me refiero a lugares donde el delito sea cero, pero sí con menor riesgo. En este sentido, podemos percibir que el centro es una zona donde el delito ha bajado bastante, sobre todo teniendo en cuenta la transitabilidad y la vida social que se da, fundamentalmente, en Sáenz Peña y Rivadavia”.
Además, el funcionario destacó que las filmaciones son útiles “para ver, analizar y, en algunos casos actuar, en relación a las conductas sociales, ya que este sistema permite mejorar la convivencia entre ciudadanos, el respeto por las normas, en no abusar del uso del espacio público, la posibilidad de evitar daños y hasta accionar judicialmente para que se reparen esos daños, tanto si se trata de bienes públicos, como privados”.
Por todo esto, Itoiz considera que la implementación de este programa “fue una medida acertada, que confirma la necesidad de seguir ampliando el sistema”.
¿Se trasladó el delito?
En una entrevista con DEMOCRACIA, el domingo pasado Marcelo Sena, director del Observatorio de Seguridad Ciudadana, aseguraba que no hay datos o estudios que certifiquen un traslado del delito desde la zona céntrica hacia otros barrios o zonas periféricas a partir de la instalación de cámaras en el centro de la ciudad.
No obstante, un análisis de la situación indicaría que esto sí debería haber ocurrido: si se percibe que hay más delitos en Junín -una afirmación que fue aceptada por el propio Sena el domingo pasado en este medio-, y si además bajaron los índices en el centro de la ciudad, invariablemente tiene que haber habido un corrimiento hacia los barrios.
En ese marco, Itoiz explica que “el delito se muda y muta todo el tiempo. No existe la posibilidad de tener una ciudad con todos sus sectores invulnerables por cuestiones de capacidad operativa y porque no se puede pretender que haya un policía en cada esquina de la ciudad, eso es materialmente imposible. Por lo tanto, lo que se suele hacer, a partir del análisis de los mapas del delito en donde se advierte cuáles son las zonas con un mayor índice y los tipos de hechos que se producen, es ir reforzando esos sectores. Por supuesto que eso hace que haya otras áreas menos protegidas, aunque nunca desprotegidas del todo porque la prevención siempre tiene que ser brindada”.
Para el secretario de Seguridad, un ejemplo que grafica esto es la situación en la denominada “Zona IV”, que comprende los barrios Gregorio González y Eusebio Marcilla, donde está instalado una suerte de corredor de confiterías bailables.
Estadísticamente, ese sector es el que tiene un mayor índice de delitos, alcanzando un 14% del total de la ciudad. Sin embargo, el estudio desagregado de esos hechos da cuenta de que la mayoría son caratulados como lesiones, daños o vandalismo; y cuando se analizan los días y los horarios, se ve que generalmente se producen los fines de semana.
“Entonces, en esos momentos, en ese lugar, hay que sobrecargar un poco la seguridad con efectivos, y eso le resta posibilidades a otros lados y por eso se produce esa disparidad”, señala Itoiz.
Aunque volvió a remarcar que no quedan áreas desprotegidas, sino que se hace un reacomodamiento de efectivos para cubrir todas las cuadrículas.
Más cámaras
Ya en el mismo día de la inauguración, el Intendente Mario Meoni había afirmado que “entre enero y febrero” Junín contaría “con 30 cámaras más”, que se sumarían a las siete que fueron puestas en funcionamiento. Sin embargo, el número de domos continúa siendo el mismo.
Cinco meses más tarde, el 18 de mayo último, Meoni informó que en término de 15 días se iban a estar colocando 14 nuevas cámaras, algo que tampoco ocurrió.
De acuerdo al relato de Itoiz, actualmente se están esperando las conexiones inalámbricas de la empresa Conectia porque las 14 cámaras están listas para ser instaladas: “Van a ir en los accesos a la ciudad, otras seguirán cubriendo la zona del centro hacia las vías, queremos instalar en los dos pasos a nivel, en la rotonda de San Martín y Primera Junta, y en la esquina de esta avenida y Alvear o Juan B. Justo”.
Asimismo, la universidad aportará tres domos para que sean conectados al sistema, que serán instalados en el edificio de Sáenz Peña y Newbery, y de ahí se cubrirá el corredor que va desde allí hasta el anexo de calle Sarmiento.
A doscientos días de aquel inicio, las autoridades municipales se muestran satisfechas por el resultado de esta iniciativa, dado que, según su evaluación, se advierten menos delitos en las áreas que son filmadas y proponen crear “corredores seguros” en áreas conflictivas: de comercios y bancos, a través de la instalación de domos (sofisticadas cámaras que giran en 360 grados).
En este sentido, Damián Itoiz, Secretario General y de Seguridad del Municipio, afirmó que ya se están llevando a cabo encuentros con distintos actores sociales para organizar estas “zonas libres” de delitos.
“Hay reuniones del secretario de Producción, Oscar Palma, con el sector comercial y del director de Seguridad Municipal, Víctor Knappe, con las entidades bancarias para que nos acompañen en este proceso, que se compren más domos para incorporarlos a este sistema y formar corredores seguros. Una cámara puede tomar hasta 3 ó 4 cuadras con claridad, por lo que en esa extensión se pueden unir varias entidades o comercios y adquirir una cámara para sumarse a este sistema. Me parece que es un aporte valioso, que surte efectos y seguramente se van a ver aún más resultados”.
Sistema “efectivo”
El funcionario aseguró que en lo que hace a la disuasión del delito en la zona céntrica, el sistema de videovigilancia fue muy efectivo. “Más allá de que se han producido algunos hechos, hoy hay muchos menos ilícitos en el centro. Eso también produce que se empiece a cambiar esa sensación de inseguridad y que podamos comenzar a hablar de ‘zonas seguras’ como estrategias de prevención. Cuando hablo de ‘zonas seguras’ no me refiero a lugares donde el delito sea cero, pero sí con menor riesgo. En este sentido, podemos percibir que el centro es una zona donde el delito ha bajado bastante, sobre todo teniendo en cuenta la transitabilidad y la vida social que se da, fundamentalmente, en Sáenz Peña y Rivadavia”.
Además, el funcionario destacó que las filmaciones son útiles “para ver, analizar y, en algunos casos actuar, en relación a las conductas sociales, ya que este sistema permite mejorar la convivencia entre ciudadanos, el respeto por las normas, en no abusar del uso del espacio público, la posibilidad de evitar daños y hasta accionar judicialmente para que se reparen esos daños, tanto si se trata de bienes públicos, como privados”.
Por todo esto, Itoiz considera que la implementación de este programa “fue una medida acertada, que confirma la necesidad de seguir ampliando el sistema”.
¿Se trasladó el delito?
En una entrevista con DEMOCRACIA, el domingo pasado Marcelo Sena, director del Observatorio de Seguridad Ciudadana, aseguraba que no hay datos o estudios que certifiquen un traslado del delito desde la zona céntrica hacia otros barrios o zonas periféricas a partir de la instalación de cámaras en el centro de la ciudad.
No obstante, un análisis de la situación indicaría que esto sí debería haber ocurrido: si se percibe que hay más delitos en Junín -una afirmación que fue aceptada por el propio Sena el domingo pasado en este medio-, y si además bajaron los índices en el centro de la ciudad, invariablemente tiene que haber habido un corrimiento hacia los barrios.
En ese marco, Itoiz explica que “el delito se muda y muta todo el tiempo. No existe la posibilidad de tener una ciudad con todos sus sectores invulnerables por cuestiones de capacidad operativa y porque no se puede pretender que haya un policía en cada esquina de la ciudad, eso es materialmente imposible. Por lo tanto, lo que se suele hacer, a partir del análisis de los mapas del delito en donde se advierte cuáles son las zonas con un mayor índice y los tipos de hechos que se producen, es ir reforzando esos sectores. Por supuesto que eso hace que haya otras áreas menos protegidas, aunque nunca desprotegidas del todo porque la prevención siempre tiene que ser brindada”.
Para el secretario de Seguridad, un ejemplo que grafica esto es la situación en la denominada “Zona IV”, que comprende los barrios Gregorio González y Eusebio Marcilla, donde está instalado una suerte de corredor de confiterías bailables.
Estadísticamente, ese sector es el que tiene un mayor índice de delitos, alcanzando un 14% del total de la ciudad. Sin embargo, el estudio desagregado de esos hechos da cuenta de que la mayoría son caratulados como lesiones, daños o vandalismo; y cuando se analizan los días y los horarios, se ve que generalmente se producen los fines de semana.
“Entonces, en esos momentos, en ese lugar, hay que sobrecargar un poco la seguridad con efectivos, y eso le resta posibilidades a otros lados y por eso se produce esa disparidad”, señala Itoiz.
Aunque volvió a remarcar que no quedan áreas desprotegidas, sino que se hace un reacomodamiento de efectivos para cubrir todas las cuadrículas.
Más cámaras
Ya en el mismo día de la inauguración, el Intendente Mario Meoni había afirmado que “entre enero y febrero” Junín contaría “con 30 cámaras más”, que se sumarían a las siete que fueron puestas en funcionamiento. Sin embargo, el número de domos continúa siendo el mismo.
Cinco meses más tarde, el 18 de mayo último, Meoni informó que en término de 15 días se iban a estar colocando 14 nuevas cámaras, algo que tampoco ocurrió.
De acuerdo al relato de Itoiz, actualmente se están esperando las conexiones inalámbricas de la empresa Conectia porque las 14 cámaras están listas para ser instaladas: “Van a ir en los accesos a la ciudad, otras seguirán cubriendo la zona del centro hacia las vías, queremos instalar en los dos pasos a nivel, en la rotonda de San Martín y Primera Junta, y en la esquina de esta avenida y Alvear o Juan B. Justo”.
Asimismo, la universidad aportará tres domos para que sean conectados al sistema, que serán instalados en el edificio de Sáenz Peña y Newbery, y de ahí se cubrirá el corredor que va desde allí hasta el anexo de calle Sarmiento.
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