Referente del mundo de la danza local y regional, reconocida a nivel nacional e internacional, pero, sobre todo, apasionada por lo que hace, María Merlassini es la fundadora y directora de la escuela Vibra.
Baila desde muy pequeña, y forma profesionales desde los 17 años. Con una indiscutible trayectoria arriba de los escenarios y tras bambalinas, no olvida sus inicios y agradece el apoyo diario de sus alumnos y las familias. La carrera de María no comenzó con la creación de Vibra, sino todo lo contrario: escuelas de danzas, gimnasios, colonias de vacaciones, clubes y shows en fiestas son parte de la experiencia que la instructora y profesora de educación física lleva hoy en su mochila.
En diálogo con Democracia, María destacó el trabajo incesante llevado a cabo junto a sus alumnos, adelantó cómo se preparan para representar a Argentina en el mundial de Cancún en junio, y explicó cuáles son sus próximos proyectos tanto a nivel personal como para Vibra, la escuela de danzas que fundó hace 12 años y que se encuentra en plena expansión.
En continua formación
“Voy a estar siempre agradecida con mis padres por el esfuerzo que hicieron”, afirmó la instructora, consultada acerca del camino recorrido a nivel profesional.
Es que María explicó que consiguió su primer trabajo a los 16 años, en una escuela de modelos local, y, desde entonces, nunca se alejó del campo laboral ni formativo. Con 17 años, obtuvo el título de instructora de danzas en el Instituto de Arte Junín, dirigido por la profesora Matilde Elena Gralatto, al que asistió desde pequeña.
En busca de alcanzar un salto profesional, estudió profesorado de Educación Física, de lo que se recibió a sus 21 años, con el mejor promedio. Entretanto, destacó que viajaba a Buenos Aires los fines de semana “a las convenciones, donde iban los bailarines más importantes del mundo”, lo que le otorgó un conocimiento indiscutido de la materia.
Con 24 años, Merlassini se convirtió en licenciada en aeróbica, tras concretar su formación en la Escuela Rectora de Aeróbica. A su vez, también realizó un instructorado en fitness, como complemento a su formación previa.
“Nunca dejé de estudiar, es muy importante hacerlo”, expresó María, que aún hoy, con más de 20 años de experiencia profesional, asiste a convenciones y hace másters, puesto que considera que “en la danza y el fitness siempre hay algo para mejorar”.
12 años de desafíos
Cabe señalar que, según explicó, una parte importante de su carrera la realizó dando clases en gimnasios locales, así como también en la prestigiosa escuela de baile Matilde Grobocopatel, de Carlos Casares. La popularidad aumentó exponencialmente, así como también el número de alumnos en sus clases, por lo que, alentada por muchos de ellos, Merlassini decidió fundar su propia academia de danzas a sus 28 años, específicamente 12 años atrás.
No obstante, la iniciativa requirió de sumo trabajo y fue fuente de mucha incertidumbre para la instructora. “Pasaba días enteros ahí dentro, y tenía mucho miedo”, expresó María, que a su vez reconoció que “los primeros años fueron de inversión y conocimiento de la empresa”.
Por su parte, al día de hoy Vibra es una academia reconocida en la ciudad y la región, a la que asisten decenas de alumnos a diario y que cuenta con un equipo de profesores a disposición, uno de ellos Silvio Sánchez, marido de la fundadora y directora. En dicho sentido, María reconoció que el día a día de trabajo “es un gran desafío”, sobre todo para ella, que combina la enseñanza y la gestión de un centro que forma tanto bailarines para competir en los grandes escenarios, como profesores.
Respecto a sus próximas metas, María afirmó orgullosamente que “Vibra se está extendiendo”. Es que recientemente, abrieron una sede en Primera Junta, que ya cuenta con muchos alumnos. “Estamos muy contentos”, señaló.
Entre las disciplinas enseñadas se destacan Hip Hop, Reggaetón, Waacking, Vogue, Afro Fusión, Dancehall, Kpop, Danza Jazz, Danza Contemporánea, Pole Dance, Ritmos brasileros, entre otros.
“Un docente en el corazón”
No caben dudas de que enseñar es lo que ha motivado a María desde joven, hoy consagrada como instructora de danzas y fitness y profesora de educación física. “Tengo un docente en el corazón, y vivo el crecimiento de cada alumno con felicidad”, afirmó.
En dicho sentido, destacó que la planificación de la enseñanza y formación en su academia es una arista importante de su trabajo. Según detalló, “los alumnos no reciben una enseñanza regular, sino una nivelada”, acorde a cada talento y experiencia, y reconoció que “el desafío constante del aprendizaje es lo que los motiva”.
Actualmente, Vibra forma a personas de entre 3 y 60 años, muchos de los cuales compiten a nivel nacional e internacional. Respecto al crecimiento de su academia, María destacó que “es un orgullo”, puesto que puede ver con claridad el resultado de su trabajo. “Se refleja la pasión con la que siempre llevé la danza”, afirmó.
Asimismo, la instructora agregó que se dedica a la formación física de los bailarines y la gestión de su academia, y recordó que es a lo que aspiró desde chica. “Yo siempre quise más y no paré”, expresó.
Reconocimiento internacional
Muchos grupos de alumnos participaron en competencias nacionales, lo que les abrió las puertas a cruzar la frontera con el baile, representando a Vibra, pero fundamentalmente a su país.
“Entrenamos mucho para llegar a esas competencias”, destacó María, que recordó que ganaron dos Copa América y participaron de los Sudamericanos en numerosas ocasiones, con una medalla dorada en Brasil.
Por su parte, en 2017, en el torneo nacional HHI celebrado en Mar del Plata, Vibra fue seleccionada para representar a Argentina en Estados Unidos. “No lo esperábamos, casi me muero”, expresó su fundadora, que al año siguiente viajó con sus alumnos a Norteamérica y compartieron la jornada “con los mejores bailarines del mundo”.
Cabe señalar que en las próximas semanas, tres bailarinas de Vibra viajarán al mundial de All Dance Open, que se celebrará en Cancún. Se trata de un trío infantil conformado por Delfina Budding, Natasha Mangas y Elena Batura, de entre 8 y 10 años. Al respecto, María afirmó que “son tres potencias”, que para competir en junio “están haciendo un sacrificio enorme”.
La meta: competir
“Los viajes me motivan a querer ser más”, destacó María, que centra el entrenamiento de sus alumnos en la instancia de competición, lugares que comúnmente “permiten compartir con otras culturas y conocer otras realidades”.
En dicho sentido explicó que, en el intercambio con otros países, conoció el nivel de disciplina que tienen las escuelas de danzas a nivel internacional, lo que la impulsó a poner mayor énfasis en ello. En Vibra, “los chicos entrenan entre 3 y 4 horas por día”, y el principal propósito es superar lo recreativo, y que realicen una carrera en una academia de baile.
No obstante, María explicó que “el 50% del trabajo es de la familia”, con las que se mostró muy agradecida por apoyar a los jóvenes.
“El nivel exige mucha responsabilidad”, recordó la instructora, que también ofrece clases recreativas pero confía en que “la regla en el crecimiento y aprendizaje es la prioridad”.
Nadie queda afuera
Los bailarines entrenan y compiten de acuerdo a su edad, pero los grupos son mixtos. Merlassini agradeció que “cada vez hay mucha menos vergüenza y más inclusión de los varones”, hoy muy presentes en las pistas de baile.
Asimismo, la instructora explicó que, desde lo técnico, “las diferencias fisiológicas entre varones y mujeres generan mucho potencial”, pero recordó que, para que muchos de ellos asistan a las clases, “el trabajo con la familia es fundamental”, que los acompaña y alienta.
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