En las escuelas continuará la calificación cualitativa de los aprendizajes.
En las escuelas continuará la calificación cualitativa de los aprendizajes.
EDUCACIÓN Y POSPANDEMIA

Pese a la presencialidad, se continuará calificando de manera conceptual

Además, se implementará la modalidad de dos cuatrimestres en lugar de trimestres. Democracia dialogó con la Consejera General de Cultura y Educación de la Provincia, por Juntos, Natalia Quintana; el rector de la Unnoba, Guillermo Tamarit, y el director del Instituto Superior de Formación Docente y Técnica Nº 20, Marcelo Ferrari.

Con el inicio del ciclo lectivo, ajustado a una presencialidad plena y cuidada en las escuelas, el verdadero retorno al formato pre pandemia se hace esperar, salvo por la nueva modalidad que cambia los trimestres por dos cuatrimestres en el año educativo.
Es así que la evaluación y calificación de los alumnos será conceptual no numérica, al menos no hasta el cierre del ciclo para la calificación final.
Tal y como dice en una comunicación la Subsecretaría de Educación de la provincia de Buenos Aires, “la evaluación, calificación y acreditación se llevará a cabo en base a la integración de la valoración cualitativa de los aprendizajes durante el proceso educativo con la calificación numérica final para cada materia que componen la currícula del año escolar”.
En ese sentido, dicha valoración cualitativa se indicará en tres categorías: Trayectoria Educativa Avanzada (TEA) –aprobados-, Trayectoria Educativa en Proceso (TEP) –no aprobado-, y Trayectoria Educativa Discontinua (TED) –quienes se desvincularon-.
Si un alumno tiene TEP o TED en el primer cuatrimestre, deberá recuperarlo durante el segundo, y si desaprueba el segundo, lo recupera en diciembre.
Democracia consultó a la Consejera General de Cultura y Educación de la Provincia, por Juntos, Natalia Quintana; al rector de la Unnoba, Guillermo Tamarit, y al director del Instituto Superior de Formación Docente y Técnica Nº 20, Marcelo Ferrari, quienes dieron detalles de los procesos de evaluación en los niveles y la situación de la educación en medio de la que parece ser una pos pandemia.

Quintana: “Es poco claro”
La consejera General de Cultura y Educación de la Provincia por Juntos, Natalia Quintana se refirió a la comunicación sobre pautas de enseñanza y calificación emitido por Educación, como “poco clara”.
“La resolución del régimen académico se suspendió durante la pandemia y ahora se restituye pero mediante una comunicación.
Esa comunicación es poco clara para los docentes, dice que va a haber adaptaciones al régimen académico, pero no especifica bien cuáles son”. 
Una de las adaptaciones, señala, “se supone que es cambiar la modalidad de trimestres a cuatrimestres y que los chicos en vez de promocionar y rendir las materias van a rendir ciertas áreas, y recordemos que un área no implica una materia - sino que en algunas áreas hay tres materias, en otras cuatro, en otras dos”.
En ese sentido y a raíz de dicho formato remarcó: “Lo que nosotros estamos diciendo es que necesitamos saber qué resultado dio el programa +ATR que es el instrumento que aplicó la Dirección General de Cultura y Educación para sostener la continuidad pedagógica y acompañar los aprendizajes”.
Además cuestionó: “Pedimos que nos digan cualitativamente qué impacto tuvo este programa ATR en el aprendizaje de los estudiantes. Porque si los promovemos con el solo vínculo, porque el chico fue una o dos clases, es una estafa para ese chico y la familia, porque le estamos diciendo que tiene los contenidos aprendidos cuando no los tiene”.
Quintana resaltó que “dos años de cierre de escuelas, un Ministerio de Educación que tuvo dos años la puerta cerrada, todo eso impactó en los aprendizajes de los estudiantes. Lo que estamos diciendo es bueno a ver cuánto saben estos chicos. Pero no para castigar a los chicos sino para poder retomar desde el punto de partida, donde quedaron y dar los conocimientos que tienen que tener”.
La dirigente insistió en que “la comunicación es confusa”.
“Nosotros decimos que el Ministerio de Educación tiene que tener normativas claras, escuchar a los docentes, directivos de las escuelas. Después de dos años muy difíciles para el sistema educativo es momento de sincerar la situación educativa de los estudiantes para ver cómo la fortalecemos”.
Reconoció que “el problema en educación no aparece en 2020, ya teníamos un problema educativo”.

Pocos datos sobre deserción
En el marco de la continuidad pedagógica, resulta clave conocer el número de alumnos desvinculados, si bien la cifra para Junín no parece alcanzable.
“El gobernador en la apertura de sesiones dijo que son 71 mil estudiantes que todavía estaban desvinculados en la Provincia. Al día subsiguiente, el ministro de Educación, en una nota radial, habla de 62 mil alumnos. O sea, entre un día y otro hay 10 mil alumnos de diferencia, por lo cual no tengo muchas certezas de donde salieron esos números”, refirió Quintana.
“Si vemos la matrícula total de la provincia de Buenos Aires, tenemos alrededor de 5 millones de estudiantes. Decir que hay 71 mil desvinculados en la Provincia parece muy poco, especialmente por lo que manifiestas los docentes en las escuelas”.

El trabajo de revincular
En el plano de la educación superior, consultado el rector de la Unnoba, Guillermo Tamarit, se refirió a la situación de los alumnos que ingresan y las dificultades en el cambio de nivel. 
“En términos generales lo que todos ya podemos evaluar tiene que ver con que teníamos muchas dificultades en todos los niveles de la educación antes de la pandemia, esto forma parte de un debate muy claro”, señaló.
“En nuestro caso tenía que ver con cómo llegaban los alumnos a las primeras instancias de la actividad en la universidad. La pandemia por supuesto profundizó todas estas situaciones para mal. Particularmente impactó de peor manera en los sectores más postergados. Eso es una evidencia”.
En ese sentido, señaló que entra en juego la revinculación de alumnos.
“Lo primero en la Universidad es tratar de revincular a los estudiantes que han discontinuado sus actividades. Cada universidad lo está haciendo, la Unnoba también. Se trata de tomar contacto con todos aquellos que se inscribieron o tuvieron algún tipo de actividad en el 2020 y 2021, a través de cada escuela de la universidad para ver cuál es la situación”.
Uno de los datos con que se cuenta, aseguró, “es muy concreto, es que este año tuvimos una inscripción por encima del promedio de otros años y mucho tienen que ver con alumnos que se volvieron a inscribir. No es que hay más alumnos sino que aquellos que en 2020 y 2021 discontinuaron sus estudios, se volvieron a inscribir en el 2022. La primera estrategia es revincularlos”. 
La segunda estrategia, según señaló, “es recuperar actividades. Están todos los equipos docentes atentos a que efectivamente tuvimos una buena respuesta en la emergencia educativa pero  en todos los casos estamos viendo que el nivel con que llegan a las materias siguientes sea el adecuado. Y si no es así, se habilitan distintas instancias, tutorías, clases complementarias, todo aquello que vuelva a ponerlos en un punto de partida equivalente a lo que se espera en primero, segundo o tercer año, donde más problemas se han planteado”.
La tercera estrategia, según Tamarit, “es apropiarnos de la experiencia. Está claro que hay otras fórmulas de educación a distancia que nos van a permitir resolver muchas de estas situaciones”.
El director del Instituto 20 de Junín señaló que el trabajo en pandemia fue complejo pero destacó un balance positivo, también en el trabajo de revinculación.
“En el nivel superior, con distintas comunicaciones se ha ido acompañando el proceso de los dos años de pandemia donde nuestras clases han sido en su mayor parte virtuales. Tuvimos muy poca presencialidad pero rápidamente nos adaptamos a eso y tengo que decir que ha dado excelentes resultados”, señaló.
“Hemos tenido una gran cantidad de egresados porque muchos que viajan pudieron aprovechar la virtualidad. De hecho más del 50% de nuestros alumnos son de la zona”.
A su vez, sobre la revinculación destacó también la situación que se da en el paso de un nivel a otro: “Somos conscientes de que la articulación en el sistema educativo entre secundario y superior nunca ha sido buena. No es una crítica al secundario pero no salían preparados. Son niveles completamente diferentes”, pero refirió que se trabaja en el ingreso para sortear esas dificultades.
“Estamos tratando de que 2022 sea el año signado por el retorno a la presencialidad porque la presencialidad tiene otras características  irremplazables”, refirió.

Evaluación “en proceso”
En cuanto a la modalidad de la evaluación, que al menos en el nivel secundario apunta a hacerse en proceso, no deja de generar opiniones dispares.
Consultado Tamarit reconoció tajante que “la evaluación es inherente a la actividad universitaria”, y amplió: “Un ingeniero nuclear es igual en Alemania y en Argentina. Para lo cual debemos dar un conjunto de elementos de contenidos teóricos prácticos y tenemos que evaluarlo. No tiene que ver con la relación solo del docente y el alumno sino que tiene que ver con lo que la universidad certifica frente a la sociedad”.
Asimismo destacó: “Hay un conjunto de debates, pero en la universidad no hay forma que no sea evaluando porque es de la única manera que la sociedad se puede quedar tranquila de lo que está sucediendo en la universidad”.
Por su parte, Ferrari señaló que en plena pandemia, en la institución, “la evaluación fue en proceso, no se tomaron los clásicos parciales ni tampoco se tuvo en cuenta la asistencia. Pero siempre insistimos en que la evaluación debe ser en proceso y que no se define con un solo examen”.
Aunque remarcó, “haciendo una diferenciación entre evaluación y calificación. Poniendo el acento en la evaluación de los aprendizajes en proceso. Y transfiriendo la responsabilidad al alumno, de autocalificarse. Fue un aprendizaje que hicimos todos”.

Aprendizaje en pandemia
Consultado sobre la posibilidad de que se haya aprendido menos durante la pandemia, Tamarit se refirió a la situación de la conectividad.
“Hay evaluaciones de la propia universidad, hay evaluaciones internacionales, hay estudios realizados, donde lo que se plantea con toda claridad es sobre todo la experiencia distinta que tuvieron unos y otros. Los alumnos que tenían conectividad y equipos informáticos, espacio en su casa, padres que los podían acompañar, docentes con experiencia en la educación a distancia, aprendieron más o pudieron reparar y sobrellevar mejor esta situación”.
Por el contrario, “a los alumnos que les faltó algunas de todas esas, y que fueron muchos, no estuvieron a la altura de lo que se espera como experiencia educativa. Y esto no es una opinión, son relevamientos. Y por supuesto fue una situación excepcional y que ahora hay que trabajar para reparar”.

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