Vivir en Rusia mientras Europa Oriental está en llamas ya no es lo mismo. El país avanza con sus tropas sobre el territorio de Ucrania y, mientras se abren instancias de negociación para resolver el conflicto bélico, las armas no descansan en ningún frente.
Democracia dialogó con Oscar Roberto Medina, exboxeador nacido en Chacabuco y radicado durante mucho tiempo en Junín, que hace ocho años vive en Rusia junto a su familia, acerca del impacto de la guerra en la vida cotidiana, y los peligros de establecer canales alternativos de circulación de información.
El campeón sudamericano y latino interino de boxeo explicó que la situación vivida en el este asiático le genera temor. “Lo único que quiero es que no pase más nada”, destacó, en referencia a la escalada bélica de los días pasados a partir de la invasión de las tropas soviéticas en terreno ucraniano.
Vivir en guerra
Tras continuar su carrera en Europa, Medina se erradicó en terreno ruso hace ocho años, donde también supo triunfar en el mundo del boxeo, hasta que finalmente decidió ponerle fin a su carrera. Actualmente, el deportista está estudiando para recibirse de profesor de educación física mientras trabaja en los gimnasios como instructor de zumba, musculación y spinning.
“Rusia es un país en el que tuve mucha suerte”, destacó Medina, que aprendió el idioma “con un cuaderno bajo el brazo y un lápiz” para conseguir trabajo en las instituciones deportivas. “Cuando llegué no sabía qué hacer”, explicó.
Actualmente, Medina habita en Novokuznetz, una ciudad de un millón y medio de habitantes ubicada en la provincia de Kémerovo, en la Siberia rusa. Según explicó a este diario, vive “muy lejos de Moscú”, y por ello “el día a día no cambió con la guerra”. Es que, en definitiva, Novokuznetz está situado a más de 3000 kilómetros de la capital rusa.
En los últimos días, todos los ojos del mundo se posaron sobre el conflicto armado en Europa Oriental, y según detalló Medina, en Rusia el tema ha acaparado toda la atención, a tal punto de que “el coronavirus pasó a segundo plano”.
Sin embargo, la principal preocupación del exboxeador argentino radica en el llamado del gobierno a integrar las tropas para el frente de batalla. Según detalló a Democracia, “a los 18 años el servicio militar es obligatorio”, por lo que numerosos jóvenes y conocidos están en condiciones de formar parte de la invasión.
“Tengo amigos que son militares, que todavía no fueron enviados a Ucrania”, explicó Medina, y advirtió que pueden ser enviados “de un día para el otro”.
El deportista argentino está en proceso de convertirse en ciudadano ruso. En dicho sentido, estima que en las próximas semanas se oficializará el trámite, lo que lo pondría en condiciones de integrar las filas rusas. Medina admitió que tiene miedo, pero considera que su nula preparación militar lo dejará fuera de una futura convocatoria, en caso de realizarse.
Censura
Mientras el frío se va en la Siberia rusa, y llega la primavera, también llegan las noticias de la guerra desde la Capital, distribuidas de forma oficial por los canales tradicionales. Medina explicó a este diario que los ciudadanos se informan principalmente a través de la televisión, y destacó que “los canales alternativos están restringidos, por lo que todo lo que circula es información oficial”.
En la misma línea, Internet han sido también blanco de la censura impuesta desde el gobierno ruso, en el marco de la disputa bélica. Medina confirmó que “se cayó el sistema de las redes sociales”, tal como trascendió en las últimas horas en las agencias de noticias del mundo.
Al respecto, el deportista detalló que sus amigos y colegas le advirtieron acerca de los peligros de usar dichos canales sin reparo. “Me dicen que tenga cuidado con lo que hablo, porque los teléfonos pueden estar intervenidos”, amplió.
Cabe recordar que Medina está gestionando su ciudadanía rusa, y es por ello que, explicó, debe ser “muy precavido” con lo que dice y hace en Internet. Días atrás, publicó un discurso del presidente ruso, Vladimir Putin, en su cuenta de Instagram, sin inscripciones adicionales y sus conocidos le sugirieron borrarlo, por precaución.
No obstante, detalló que la situación es incluso más compleja para los propios rusos, por la desconfianza que impera en el marco de la avanzada militar. “Aun las bromas pueden jugar en contra”, expresó.
Entretanto, el exboxeador viaja cada mañana a su trabajo y sigue adelante con su rutina, al igual que millones de ciudadanos soviéticos. En su caso, también recuerda a sus familiares y allegados radicados en Argentina: “Estar lejos es complicado, pero mi corazón está ahí”, afirmó.
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