El presidente de la Sociedad Rural de Junín, Rodrigo Esponda, afirmó ayer en una entrevista con DEMOCRACIA que “no hay compradores para el trigo” debido a que están cerradas las exportaciones.
En este sentido, el dirigente agrario recordó que “los problemas del campo y las protestas del sector no son de ahora, sino que comenzaron en 2005 con la mala intervención del Gobierno nacional en las políticas para el sector, las cuales nunca funcionaron”.
“Hoy el problema que hay con el trigo es que no hay nadie que lo compre, simplemente. Además estamos reclamando desde hace mucho tiempo por un interlocutor válido para ir solucionando todo esto y no encontramos respuesta”, sostuvo el productor.
Y agregó que hay productores que tomaron créditos para la cosecha y no hay mercado para colocar el cereal.
Precios bajos
“La estrategia del Gobierno es no hacer nada. La cosecha de trigo ha sido buena, pero reitero que no hay mercado para venderlo”, se quejó el ruralista.
Esponda explicó a este diario que “al no tener competencia (por el cierre de las exportaciones), la molinería compra a precios bajos, entre 40 y 50 dólares menos por tonelada”.
En este plano, el productor reclamó que haya “puja en el mercado” y subrayó que “siempre fue así y nunca faltó trigo en la Argentina”.
Pese a esta descripción, Esponda descartó que vayan a tomar medidas de acción directa en el corto plazo. “Vamos a esperar que la Mesa de Enlace tome una decisión”, aclaró, pero admitió que hay una fuerte presión de las bases para encontrar una solución al problema del trigo.
Más “sojización”
Para Esponda, esta situación “lamentablemente hace que cada vez más productores dejen de sembrar trigo” y se pasen a la soja, que deja mejores ganancias y es menos riesgosa.
“Ha bajado mucho la producción de trigo, en el país y en Junín también, porque la gente tiene incertidumbre”, aseguró el productor y apuntó que “no hay previsión” en las políticas oficiales.
“El modelo que pregona el Gobierno, supuestamente para cuidar la mesa de los argentinos, fracasó rotundamente, porque hoy el pan está carísimo, y los dos extremos de la cadena comercial están mal: los productores y los consumidores; los únicos que se benefician son los molinos y la industria”, resumió.
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