monopatines electricos
Giulietti destacó que “lo mejor del mundo” en micromovilidad está en Junín.
MICROMOVILIDAD

Moverse en monopatín, una tendencia que cautiva a cada vez más juninenses

En la ciudad se suman nuevos usuarios que eligen una opción sustentable, económica y ecológica. Democracia dialogó con algunos de ellos acerca de la oferta comercial y la experiencia de moverse en dos ruedas en Junín.

Desde hace algunos años, la micromovilidad cosecha simpatías, y en las grandes urbes ya se trata de un fenómeno de marcada popularidad. Bicicletas, rollers, patinetas y monopatines eléctricos se cuelan en las calles, donde aún dominan los autos, camiones, motos y colectivos. 
Paulatinamente, la opción ecológica, ya sea por motivos económicos, de horarios, o estrictamente ambientales, está siendo elegida por más usuarios. 
Sin gastos fijos, trámites ni permisos especiales, moverse en las ciudades puede ser notoriamente menos estresante, y, por consiguiente, más atractivo. 
En Junín, la micromovilidad en clave eléctrica ha comenzado a poblar las calles y avenidas, rodando con tecnología de última generación, tal como se ve en la capital y las grandes ciudades europeas. Entre costos y beneficios, no son pocos los juninenses que se han animado a un cambio rotundo y se han volcado a la sustentabilidad, y ahora circulan en sus monopatines eléctricos a la par de los demás vehículos.
Democracia dialogó con usuarios acerca de la experiencia de moverse en dos ruedas, y con un comerciante que trae a la ciudad las opciones más innovadoras en el mundo eléctrico. 

El “primer” monopatín
Nahuel Giulietti es odontólogo desde hace 15 años. Hace tres comenzó a andar en monopatín eléctrico, y desde 2020 comercializa vehículos sustentables, que circulan sin combustibles fósiles y no producen contaminación sonora. En Deléctrico, Nahuel ofrece la más avanzada tecnología en monopatines, motos y bicicletas eléctricas. Tiene un local físico, -con cita previa-, y publica todos sus productos en su cuenta de Instagram @Delectrico_movilidad. 
“Mis dos pasiones son la odontología y la electricidad”, expresó Nahuel, quien orgullosamente afirma ser la primera persona que tuvo monopatín en la ciudad. Sus primeros movimientos en las calles de Junín despertaron la curiosidad de muchos vecinos, lo que impulsó al odontólogo a comercializar los productos. “La gente me preguntaba por mi monopatín, por eso me decidí a traerlos a Junín”, detalló. 
Asimismo, para Nahuel la calidad de los productos tiene suma relevancia. “La principal premisa es que para ser ecológico tenés que tener un buen producto”, expresó, en relación a la durabilidad de los vehículos eléctricos. 
En su emprendimiento, Giulietti comercializa marcas como Minimotor Dualtron y Zero, que en el mundo de los monopatines son reconocidas a nivel mundial. “Tengo lo mejor del mundo acá en Junín”, expresó orgullosamente.
Lo cierto es que, en muy poco tiempo, los monopatines eléctricos han sufrido importantes cambios desde sus primeros modelos conocidos a nivel mundial. Actualmente, detalló Nahuel, muchos cuentan con amortiguación, frenos abs, iluminación led, ruedas grandes y macizas, y, sobre todo, estabilidad y seguridad. La batería de estos vehículos llega a durar ocho años, y se carga en cualquier toma eléctrica, “como si se tratara de una computadora”, explicó el comerciante. Respecto a la autonomía, un aspecto muy consultado por los potenciales compradores, los modelos medianos pueden andar hasta 60 km con una carga, y los grandes hasta 120 km. 
Giuletti detalló que “hay un monopatín para cada necesidad”, y la amplia variedad de opciones ofertadas da cuenta de ello. Consultado acerca de los valores, el comerciante explicó que los más innovadores, varían “entre los 1000 y los 7000 dólares”, algunos alcanzando los 110 km/h, y con motores cuya potencia oscila entre los 600 y los 7500 watts.

Una filosofía
Entre los interesados, la franja etaria que se ha volcado en mayor medida a la micromovilidad sustentable es, de acuerdo a Giulietti, la de 16 a 60 años. A su vez, como no se trata de un vehículo de la talla de un auto o una moto, para conducir un monopatín eléctrico no se requiere licencia, seguro u otro documento, lo cual es también un atractivo, y probablemente impulse a muchos de los compradores a adquirirlo. “Solo se necesita casco”, puntualizó Nahuel, que destacó que la de la micromovilidad es una “filosofía de cuidar el medioambiente, ser eficiente, ecológico y cuidarse uno”.
Antes que convertirse en comerciante y especialista del rubro, Nahuel fue, y es, un usuario que se moviliza a diario por Junín en su monopatín eléctrico. En dicho sentido, afirmó que se ha convertido en un elemento muy cotidiano de su vida: “Te acostumbrás a apretar un botón y salir. Sin olor y sin ruido”, detalló.
Fabricados con aluminio aeroespacial, los monopatines eléctricos de última generación son livianos, plegables y fáciles de transportar. Muchos usuarios los cargan en sus autos al irse de vacaciones o para pasar una tarde en la Laguna de Gómez. Nahuel expresó que disfruta el monopatín especialmente para actividades de esparcimiento, y que a menudo sale de recorrida con amigos y clientes.

Cómo es para los usuarios
Paula Asurabarrena trabaja en un comercio del centro de la ciudad, y cada día elige movilizarse en dos ruedas y de forma sustentable. Consultada por Democracia acerca de su experiencia como usuaria, Paula detalló que usa el monopatín “a diario” y “desde hace dos años aproximadamente”. Al igual que otras dos compañeras de trabajo que eligieron el mismo camino, afirmó estar “súper contenta” de andar en monopatín.
Respecto a las ventajas, Paula destacó que “la rapidez para movilizarse”, en su caso desde su casa al trabajo, y el hecho de no necesitar lugar para estacionar. Asimismo, detalló que “no genera gastos porque simplemente se carga con la electricidad”.
Nahuel por su parte reconoció: “Como usuario me di cuenta que el auto, para ir al súper, al cajero, a tomar un café al centro, no va más”. Lo cierto es que, respecto a tarifas de estacionamiento, tiempo de manejo, gastos adicionales, contaminación sonora y ambiental, el monopatín eléctrico, y las demás opciones sustentables, se llevan las de ganar y por ello adquieren popularidad en la ciudad.
A pesar de que es un vehículo cuyo motor no genera ruido, Nahuel destacó que “llama la atención que la gente frena en las esquinas, porque se ve más”. En realidad, los monopatines eléctricos de última generación no escatiman en iluminación, y el comerciante explicó que cuentan con luces led “en el mástil, abajo, al frente y detrás, que se programan y cambian de colores”.
Sin embargo, en Junín no hay bicisendas en las calles y avenidas. El tráfico es, en varios momentos del día, muy cargado, y la presencia de un monopatín eléctrico puede resultar inadvertida. 
Al respecto, Paula detalló que en Junín “hay algunas calles que no están en condiciones para andar”, y que se debe prestar atención a las imperfecciones del asfalto, el empedrado y los pozos.

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