Carlos Finlay, descubridor del agente transmisor de la fiebre amarilla.
Carlos Finlay, descubridor del agente transmisor de la fiebre amarilla.
3 DE DICIEMBRE: DÍA DEL MÉDICO

Hoy se recuerda al doctor Finlay, descubridor del agente transmisor de la fiebre amarilla

Se trató de la primera infección humana en que se demostró la intervención causal de un virus y la transmisión de este por picadura de un insecto, el mosquito Aedes Aegypti.

Hoy, 3 de diciembre es el Día del Médico. Esta fecha fue propuesta en 1953 por la Confederación Panamericana de Dallas, Texas, como Día de la Medicina Americana, eligiéndose la fecha de nacimiento del científico cubano Dr. Carlos Finlay (1853-1915), descubridor del agente transmisor de la fiebre amarilla. 

La importancia de este descubrimiento del doctor Finlay radica en que se trata de la primera infección humana en que se demostró la intervención causal de un virus y la transmisión de este por picadura de un insecto, el mosquito Aedes Aegypti. A instancias de aquella propuesta, el Gobierno Argentino decidió modificar en 1956 la fecha original de celebración del Día del Médico, trasladándola al 3 de diciembre.

Se llamaba Juan Carlos, pero firmaba Carlos J. Finlay. En febrero de 1881, en la Conferencia Sanitaria celebrada en Estados Unidos, ya había adelantado la existencia de un agente independiente de la fiebre amarilla y del enfermo. Junto a su colaborador Claudio Delgado y Amestoy, un médico español, entre 1881 y 1900 realizaron cientos de experimentos para poder demostrar fehacientemente su teoría, auxiliado solo con su viejo microscopio que lo acompañaba desde sus épocas de estudiante. Fue el 30 de junio de 1881 cuando realizó la primera prueba experimental con un mosquito.

En los años siguientes, tuvo la ayuda de curas españoles llegados a la isla, quienes se ofrecieron voluntariamente a someterse a las pruebas de Finlay.

Durante la guerra entre Estados Unidos y España por Cuba, en 1898, los norteamericanos estaban muy preocupados por los 200 soldados que por día morían por la fiebre amarilla. Leonard Wood, el gobernador militar de la isla, que además era médico, pidió al gobierno de Estados Unidos que enviase una comisión para estudiar por qué sus soldados se morían como moscas a raíz de la fiebre amarilla, también conocido como “el vómito negro”.

Para suerte de Finlay, dos médicos que integraban esa comisión y que investigaban el paludismo, recomendaron que se les prestase atención a las investigaciones del cubano. Uno de ellos, Jesse Lazear, fue el más convencido de que Finlay estaba en el camino correcto, a tal punto que murió para darle la razón. Es que el propio Lazear y otros voluntarios se dejaron picar por mosquitos obtenidos de huevos provistos por Finlay, y que habían ingerido sangre de enfermos de fiebre amarilla dos semanas antes.

Lazear, el médico James Carroll y el soldado William Dean se enfermaron voluntariamente. Lezear llevó un diario en una pequeña libreta, donde describió los síntomas día por día. Su última anotación fue el día 13, cuando falleció. Era el 25 de septiembre de 1900. Sin embargo, aun así Finlay no logró vencer las reticencias del mundo científico.

Hubo que esperar al año siguiente con la exitosa campaña del médico militar norteamericano William Gorgas. El Gobierno norteamericano de ocupación estaba acorralado por las críticas de los cubanos, que lo acusaban de que cada vez había más enfermos por fiebre amarilla y que no hacía nada. Entonces aplicó los consejos de Finlay, y con el lanzamiento de la campaña

“Guerra a muerte al mosquito”, comenzó la erradicación de la enfermedad.
Cuando Cuba declaró su independencia, Finlay fue nombrado Jefe Superior de Sanidad. Tuvo su prueba de fuego en 1905, cuando en tres meses eliminó la epidemia de fiebre amarilla que se había desatado. Y ya nadie pudo quitarle los méritos. Terminaría una historia de 250 años de este flagelo en Cuba.

La vara de Esculapio
Símbolo usado para representar a la Medicina: la vara o bastón de Esculapio (Aesclepes).

El báculo o vara de Asclepio para los griegos, o Esculapio para los romanos, es un antiguo símbolo asociado con el dios griego Asclepio y con la curación de enfermos mediante medicina. 

Se trata de una vara con una serpiente enrollada, representando al dios griego Asclepio, o Esculapio para los romanos. En la mitología griega, Asclepio tenía una vara que tenía el poder de curar todas las enfermedades.

Este símbolo es utilizado por organizaciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Asociación Americana Médica y de Osteopatía, la Asociación Australiana y Británica Médica y diversas facultades de medicina en todo el mundo.

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