Las Lilas: “Nos sentimos como un barrio al que no tienen en cuenta”

Ubicado en los márgenes del Camino al Parque Natural Laguna de Gómez en sus primeros dos kilómetros, el barrio Las Lilas fue considerado, históricamente, como una zona de quintas y casas de fin de semana. No obstante, la realidad está cambiando en los últimos años ya que hubo un notable crecimiento de la construcción y en la actualidad, el mayor porcentaje de este vecindario ya es de viviendas permanentes, con familias afincadas.

En ese marco, los lugareños entienden que la transformación que sufrió el sector no está siendo acompañada por las políticas públicas, más allá de algunos temas que sí se están atendiendo.

“Nos sentimos como un barrio al que no tienen en cuenta”, asegura el presidente de la Sociedad de Fomento, Cristian García, para luego ampliar: “Donde vivimos nosotros hay gente de trabajo y muchas viviendas son de estilo de casas quinta, por eso tal vez crean que no tenemos necesidades, pero las hay, como en todos lados”.

En tal sentido, García ejemplifica: “Se hicieron cloacas en Los Almendros (el barrio lindero) y no nos consultaron para ver si nos podíamos acoplar, si teníamos posibilidades, nos enteramos cuando la obra ya estaba empezada”.

Aun cuando se hizo un estudio algunos años atrás que dio como resultado que la mitad de Las Lilas podía tener cloacas, desde entonces están a la espera de que lleguen. “Ahora no nos tocó, hicimos un pedido y no tuvimos respuestas”, concluye el dirigente barrial.

Las calles y el tránsito
Hace tiempo que los vecinos de este sector vienen reclamando por el arreglo que se necesita en la intersección de Lonegro y el Camino al Parque Natural Laguna de Gómez, donde quedó un espacio roto, desmejorado, en medio de dos pavimentaciones, ya que lo que se hizo en la primera calle correspondió a una obra del Municipio y lo de la vía que va al balneario fue un proyecto de la Provincia. “Uno decía que lo iba a hacer el otro y viceversa, y la cuestión es que se terminó y nadie lo hizo -señala García-, ahora le van tirando piedritas, pero no es la solución, se hacen muchos pozos y es mucha cantidad de vehículos los que pasan por ahí, vienen de la Laguna y doblan ahí para agarrar Benito de Miguel”.

La preocupación pasa por el tránsito que se va a incrementar, seguramente, con la temporada estival: “Es cada vez más fluido y hay mucho peligro porque pasan a una velocidad bastante elevada. Esto se ve en el Camino a la Laguna y se nota mucho más aún en las calles internas”.

Este tema fue planteado a las autoridades, a quienes se les solicitó que se rehagan los moderadores que fueron desapareciendo con el tiempo. “Quedaron los carteles, pero no hay badenes ni lomos de burro”, agrega García.

Y en referencia a la posibilidad de hacer operativos, afirma: “Eso lo debería definir el Municipio, pero no nos comentan nada y no nos llaman ni vienen a preguntarnos cómo está la situación acá, como para que aportemos. Por ahí ellos pueden verlo y estudiarlo, pero el que vive ahí sabe bien lo que sucede”.

Otros temas
El presidente de la Sociedad de Fomento también destaca mejoras en el sector. Una de ellas tiene que ver con la recolección de ramas, “algo que costó varios reclamos, pero se normalizó y viene bien”. El dirigente barrial comenta que el servicio ahora pasa cada quince días, cuando antes pasaba cada cuatro meses, “y también lo están haciendo por las calles internas”.

También se subrayan que el alumbrado público, que tiempo atrás mostraba varias luminarias que no funcionaban, hoy fue corregido: “Fue corregido. Después de un pedido que se hizo por escrito, vinieron y cumplieron con esas demandas. No tenemos dificultades en ese sentido”.

Finalmente, García indica que la seguridad es otro aspecto sin mayores inconvenientes. “Hasta ahora viene normal, como siempre”, comenta, para luego puntualizar: “Los móviles pasan y hay muchas casas con cámaras, lo que ayuda en este tema”.

La Sociedad de Fomento
Cuando se hizo cargo de la Sociedad de Fomento, la actual comisión directiva tuvo una forma de trabajo, según lo que cuenta su presidente, Cristian García: “Como no tenemos sede, siempre hicimos reuniones en diferentes lugares, como la estación de servicio de El Álamo. Ahora hace mucho que no nos juntamos, porque la pandemia nos lo impidió, pero nos mantuvimos en contacto a través de un grupo de Whatsapp que tenemos, en donde vamos volcando las inquietudes que tenemos para ver cómo podemos ayudarnos entre todos”.

A propósito de la ausencia de un lugar propio, hace algunos años les fue cedido un lote para poder tener una sede. ¿Qué posibilidades hay de construir allí? Contesta García: “Lo veo lejano. Estaba todo encaminado, pero, en un momento, se les informó que era un terreno provincial y ahora se trabó. Estamos esperando a ver qué pasa”.