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RECORRIENDO LOS BARRIOS

San Martín: un vecindario dividido en dos sectores que se diferencian por la cantidad de prestacione

En esta zona, la calle Almirante Brown funciona -en los hechos- como una separación entre dos realidades que se distinguen porque una cuenta con casi todos los servicios y la otra carece de algunos de ellos.

De acuerdo a la historia del barrio General San Martín -cuyos límites son las calles Alberdi, Intendente de la Sota, Chile y las vías del ferrocarril-, en los viejos tiempos esa zona conformaba un terreno anegadizo, dado que una parte de ese sector era una cañada que acumulaba las aguas de las lluvias.
De hecho, el ferrocarril construyó hace más de un siglo un elevado terraplén y una gran alcantarilla (en la actual calle Chile), con el objetivo de favorecer el escurrimiento de las aguas.
Más adelante en el tiempo, la hondonada fue rellenada por el Municipio, lo que permitió la instalación de viviendas en esos terrenos.
Sin embargo, aún hoy existen áreas de este vecindario que continúan padeciendo los inconvenientes de los anegamientos posteriores a las lluvias, lo que convierte a este tema en el principal reclamo de los residentes, sobre todo los que aún viven sobre calles de tierra.
En la historia oficial debería agregarse un capítulo correspondiente a los últimos años, en los que el barrio se dividió en dos mitades bien diferenciadas: Desde la calle Almirante Brown hacia Alberdi se puede ver una zona muy cuidada, con la mayoría de las calles de asfalto, mientras que desde Almirante Brown hacia Chile, algunas cuadras de mejorado alternan con una mayoría de tierra, lo que marca la pauta de que dos realidades conviven en el mismo barrio.

El vecindario

Las poco más de 30 hectáreas que conforman este barrio están pobladas en más del 70%, e incluyen una manzana de uso no residencial, en donde está instalada la planta de Obras Sanitarias Municipal y la Cooperativa Agrícola Ganadera, y un espacio verde: la plazoleta Beder Lombardi, en Almafuerte y San Lorenzo. A la vuelta de este punto, en Ameghino y Falucho, se encuentra la sede de la Sociedad de Fomento.
Isax Figueroa, una vecina que lleva 56 años viviendo en esa zona, recuerda que cuando ella llegó y durante varios años, allí “era todo campo” y asegura que “es un barrio muy bueno, nadie molesta al otro sino todo lo contrario: cuando yo he necesitado algo, los vecinos siempre me ayudaron”.
Cristina González, con 45 años en el lugar, coincide y hace hincapié en la serenidad que se respira en este sector: “Este lugar es muy tranquilo, a nosotros nos gusta mucho eso”.

Servicios

No hace tantos años que a este sector llegaron los principales servicios. De esta manera, el agua, las cloacas, los desagües, el gas natural, el alumbrado público, el asfalto fueron obras que, de a poco, dieron vida y pusieron en valor al vecindario.
Sin embargo, ese desarrollo se dio de manera despareja, por lo que se advierte una división de un lado y otro de la calle Almirante Brown.
De todas las prestaciones básicas, la que presenta más inconveniente es la red de gas natural, dado que aún faltan cubrir 32 cuadras para completar el barrio. Si bien se inició un expediente para concretar esta obra, por el momento es imposible su cumplimiento dado que para ello es imprescindible la construcción de una tercera planta de rebaje de gas, cuyo inicio está programado para este año, según confirmaron autoridades municipales.
El otro punto que genera airados reclamos entre los vecinos es la falta de asfalto o cordón cuneta en numerosas cuadras del barrio, puesto que las lluvias generan inundaciones en las calles de tierra.
Cristina González advierte que “el problema más grave es cuando llueve porque se tapan los desagües y se nos mete el agua en las casas”.
Quienes residen sobre esas calles de tierra se quejan porque hay muchos que tiran la basura en la calle y eso provoca anegamientos posteriores a las precipitaciones.

Otros aspectos

En cuanto a la inseguridad, los vecinos consultados por DEMOCRACIA coinciden en que el barrio no difiere de la realidad que vive toda la ciudad.
Juan Antonio Salvador Ale, un joven verdulero que nació en el barrio San Martín y hoy tiene su comercio allí mismo, sobre Almirante Brown, comenta que “este lugar cambió bastante, hay mucha gente que se vino a vivir para acá, ahora tenemos la plazoleta arreglada, la cancha de fútbol era un asco y ahora está muy bien. Había muchos lotes baldíos que hoy tienen construidas casas muy buenas”.
Sin embargo, remarca que “haría falta que de la Municipalidad vengan más seguido porque el barrio San Martín tiene muchos lotes baldíos que están muy descuidados y si bien algunos vecinos tratan de limpiarlos, no es suficiente”.
En este sentido, advierte sobre los inconvenientes de higiene y salubridad que trae aparejada la falta de mantenimiento de esos terrenos.
Por último, otro reclamo que los residentes hacen frente a los micrófonos de este diario y de TeleJunín, tiene que ver con el tránsito. Es que en algunas arterias, principalmente en Almirante Brown y en Alberdi, los vehículos circulan a gran velocidad, lo que provoca un peligro constante para los transeúntes.
“En esta esquina, de San Lorenzo y Almirante Brown -ejemplifica Salvador Ale-, ha habido muchos choques porque las piedras del mejorado hacen que los autos se resbalen y no puedan frenar”.

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