El año pasado se formaban filas en la vereda del Correo Argentino por la gente que iba a cobrar el IFE. Fueron más de 15 mil los beneficiarios de este programa.
El año pasado se formaban filas en la vereda del Correo Argentino por la gente que iba a cobrar el IFE. Fueron más de 15 mil los beneficiarios de este programa.
ASISTENCIA ESTATAL

Todos los meses ingresan a Junín más de $100 millones en planes sociales

Los programas del ministerio de Desarrollo, como Potenciar Trabajo y la Tarjeta Alimentaria, llegan a más de 7000 juninenses. Además, están, entre otros, la asignación familiar, por embarazo, por cónyuge, por desempleo y Progresar que gestiona y controla Anses. En total, son más de 36 mil los que se cobran a nivel local. “Tenemos que desmitificar los planes sociales”, señaló Paola Rizzo,del CDR local.

La coyuntura marca que uno de los temas calientes de estos días es el del manejo de los planes sociales, ya que Argentina atraviesa un tiempo en el que está en pleno debate la distribución de estos programas de asistencia, y en el que los movimientos sociales protestan y cortan calles en reclamo de cambios y actualizaciones.
En un país en el que -según los últimos datos oficiales del Indec- son pobres, el 42% de sus habitantes y casi el 58% de los niños y adolescentes, la asistencia social cobra un carácter de gran relevancia por la cantidad de ciudadanos a los que tiene que auxiliar.
En nuestra ciudad, ese impacto se mide en miles de planes y millones de pesos. Es difícil establecer cuántos son los vecinos que acceden a estos programas, porque, en ocasiones, se suele dar que haya algunos que reciban más de un beneficio. Pero son más de 36 mil los planes que se distribuyen a nivel local.
De acuerdo a un informe del ministerio de Desarrollo Social de la Nación al que Democracia tuvo acceso en exclusiva, entre diciembre de 2019 y julio de este año se invirtieron más de 472 millones de pesos en Junín “para sostener las economías local y regional, garantizar la alimentación, mantener el empleo y amortiguar la caída de la crisis provocada por la pandemia del Covid-19”. Esto significa que, en promedio, todos los meses ingresan casi $24 millones provenientes de programas como Potenciar Trabajo, Tarjeta Alimentaria, Inclusión Laboral y Ampliación de Acceso al Crédito No bancario y Finanzas Solidarias, entre otros.
Por otra parte, la Anses gestiona y controla la AUH, las asignaciones familiares, por embarazo, por cónyuge, por desempleo, el plan Progresar, el Programa Hogar, que tienen impacto en más de 32 mil juninenses.

Desarrollo Social
El informe del ministerio de Desarrollo Social de la Nación, al que tuvo acceso Democracia, señala que el Gobierno nacional, a través de esta cartera, “realizó una inversión social de $472.840.000 en Junín durante el período comprendido entre diciembre de 2019 y julio de 2021, para sostener las economías local y regional, garantizar la alimentación, mantener el empleo y amortiguar la caída de la crisis provocada por la pandemia del Covid-19”.
Esto quiere decir que a la Ciudad ingresó un promedio de $23,6 millones mensuales, producto de la ejecución de diferentes programas.
El Plan Argentina Contra el Hambre, por ejemplo, permitió volcar $280.241.000 en el mismo período en Junín a través de la Tarjeta Alimentar. Hay que recordar que en el distrito hay 3504 titulares de este plástico para 5757 destinatarios.
Potenciar Trabajo es otro de los programas de gran impacto en nuestro medio, ya que se volcaron $187.505.577 a los 1165 beneficiarios. Esta iniciativa surgió a partir de la conversión de los programas Hacemos Futuro y Salario Social Complementario, y hace foco en la empleabilidad y las propuestas productivas, buscando promover inclusión social y mejorar los ingresos.
El informe del ministerio remarca, además, que en nuestra localidad “para los talleres familiares y comunitarios se dispuso la entrega de $49.594”.
En tanto, hubo “asistencia directa en situaciones especiales, ayudas urgentes, el envío de fondos para insumos y alimentos al gobierno municipal, el desarrollo de los Centros de Referencia, diferentes proyectos comunitarios, y el Plan Nacional de Protección, entre otros programas, y ha supuesto una inversión de alrededor de $5.047.057”.

Programas de Anses
Otro organismo que canaliza, ejecuta y controla planes sociales es la Anses. Uno de los programas más importante es el de la Asignación Universal por Hijo (AUH) que en julio fue recibida por 6487 niños, niñas y adolescentes juninenses, lo que significó una erogación de más de $24 millones.
A esto se le suma la Asignación Familiar por Hijo, por embarazo, por desempleo, por cónyuge -entre otras- que suman, en total, unos 17.500 beneficiarios e inyectan a la economía de la ciudad más de $47 millones.
El programa para estudiantes Progresar tiene en Junín 1811 inscriptos que implican un impacto de $8,8 millones. El Programa Hogar, que garantiza el acceso a garrafas a los hogares, comedores, merenderos, clubes de barrio y entidades de bien público, cuenta con 5942 beneficiarios que requieren una inversión de $4 millones. Además, se otorgaron 434 créditos Anses por $19 millones.
Sumados los de ambos organismos, entonces, hay 36.409 planes repartidos entre los juninenses.
En referencia a la asistencia durante el momento más comprometido de la pandemia, Anses canalizó dos programas que tuvieron una influencia muy importante durante el año pasado. Por un lado, el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), que alcanzó a 15.434 personas e implicó una erogación de $456 millones. Y por otro el programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), que auxilió a 7624 trabajadores de 985 empresas, por un monto total de $637 millones.

El CDR
La titular del Centro de Referencia (CDR) del ministerio de Desarrollo Social de la Nación en Junín, Paola Rizzo, remarca que a nivel local “se está trabajando mucho el programa Potenciar Trabajo, sobre todo para víctimas de violencia y comunidad trans”. Se trata de una iniciativa mediante la cual se percibe un monto de dinero mensual y, como contraprestación, los beneficiarios deben participar en proyectos socio-productivos, socio-laborales y/o socio-comunitarios o a través de la terminalidad educativa. Actualmente se cobran $14.040, pero en septiembre subirá a $14.580.
Otro programa con una fuerte influencia en la ciudad es el de la Tarjeta Alimentar, que destina $6000 a personas que perciben la Asignación por Embarazo, $6000 a familias con un hijo, $9000 a familias con dos hijos, y $12000 a familias con tres o más hijos.
“También estamos acompañando mucho a emprendedores, hemos podido tramitar y conseguir herramientas y estamos trabajando con algunos casos en particular porque no se lanzó masivamente el programa, pero sí pudimos tramitar algunos, ahora estamos esperando las disposiciones y líneas de trabajo del nuevo ministro”, explica Rizzo.
En referencia al análisis de la situación actual, en el CDR local observan: “Por un lado está lo estructural: venimos con una situación de carencias de recursos desde hace varios años. La pandemia nos atravesó y todo lo que estaba planificado tuvo que agilizarse en función de poder sostener muchas familias que, literalmente, no podían salir a trabajar y vivían el día a día como podían. Por suerte, los Gobiernos nacional y el provincial pudieron poner en marcha dispositivos que permitió apoyar a estas personas, sostener la paz social y que ninguna familia se haya quedado sin la alimentación diaria”.
En tal sentido, Rizzo señala que la Tarjeta Alimentar “fue el programa que más impacto ha tenido” y, según su mirada, el hecho de haber extendido el universo de la AUH a chicos de hasta doce años “también dio aire”. Asimismo, subraya la importancia del programa Potenciar Trabajo como “una iniciativa que busca vincular estos beneficios con un trabajo formal. A partir de tender estos puentes es la manera que pretendemos para la reconstrucción de la Argentina: a través del trabajo”.

Política y planes sociales
En los últimos días, hubo numerosos reclamos de las organizaciones sociales, demandando cambios y aumentos en los planes en ejecución.
Sobre este tema, Rizzo considera que “en torno a los movimientos sociales y los planes siembre hubo un halo de misterio”, y puntualiza: “Sabemos que los planes sociales se duplicaron durante la gestión de Macri y, sin embargo, nadie hablaba de eso. Y ahora se relaciona indefectiblemente la gestión política con estos programas. Sabemos que el plan es necesario para personas que no han tenido oportunidades de trabajo y también estamos convencidos de que es clave la vinculación con el trabajo formal, y eso es lo que pretendemos hacer. Pero no podemos pensar en un trabajo cuando la persona no tiene ni siquiera la posibilidad de llevar la comida a su casa”.
En su análisis, la titular del CDR local enfatiza que “el plan social no es una mala palabra, es un impulso, una manera de articular con el trabajo, con la capacitación, porque muchos de los que están trabajando y los cobran, por ejemplo, también van a terminar sus estudios formales”.
Por tal motivo, insiste en que hay que “que desmitificar los planes sociales que, a veces, se usa como un insulto”. Y agrega: “Atrás de cada plan hay una persona y hay una familia, así que hay que ser muy respetuosos de esa realidad. Hay personas que, por suerte, cobraban el IFE el año pasado y tenían vergüenza de decirlo. Ahí hay que trabajar mucho. Entre todos tenemos que ayudar a los que no tuvieron las mismas posibilidades”.
Es por ello que observa intencionalidades políticas en determinados reclamos: “La demanda es siempre la misma, me parece que esto va por otro lado. Pero, como se está dando a conocer y la gente verdaderamente está pudiendo articular con el trabajo y haciendo una contraprestación, ahora se visualiza. En ese sentido, yo celebro que se visualice porque vemos escuelas que han sido pintadas, espacios públicos que fueron arreglados, oficinas públicas en las que trabajaron, así que es una forma de darles oportunidades. Es momento de darnos una mano entre todos”.

Estado presente
Carolina Echeverría, titular de la Udai 1 en Junín, hace hincapié en que “hay un Estado presente”. Y ahonda: “Así lo estuvo el año pasado con la asistencia del IFE para aquellas personas que no estaban registradas o no tenían un ingreso formal fijo, también lo estuvo con los ATP para aquellas que estaban trabajando, y esa fue una ayuda directa para el trabajador e indirecta para la empresa. Entonces, se le dio a la persona que no tenía trabajo y a la que lo tenía, para que pudiese conservarlo”.
Para Echeverría, una de las claves pasa por el hecho de que “esa plata no queda solo en el que lo recibe, es una inyección a la economía del lugar, a todos los sectores de la Ciudad”.
En tal sentido, advierte que en la Anses “la demanda es pareja”, más allá de las dificultades económicas que trajo aparejada la crisis sanitaria por el Covid: “No tenemos referencia anterior porque asumimos en pandemia. Había turnos dados que tuvieron que ser reprogramados. Estuvimos trabajando en territorio, dejamos una urna e la puerta para que nos dejaran las necesidades y las inquietudes, y después los contestábamos telefónicamente. El de los primeros meses fue un momento muy difícil. Pero se demostró que hay un Estado presente que da respuestas”.

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