-¿Qué se pone en juego en esta elección?
-Se pone en juego el acompañamiento al Gobierno. La gente distingue hoy entre los que trabajan y los que hablan. Y en el marco de la pandemia y de una situación tan crítica, hemos trabajado mucho. La gente que me para en la calle me dice ‘estás trabajando, bien, pero fijáte esto, y esto’. Se pone en juego el acompañamiento a un Gobierno que le ha puesto el cuerpo a la pandemia, en un contexto durísimo, en el cual hay problemas serios, como el precio de los alimentos. En un contexto con tanta gente angustiada, que la pasa mal, me parece a mí, de acuerdo a las recorridas que he hecho por la Provincia, que va a haber un acompañamiento porque el Presidente le ha puesto el cuerpo y me lo dice la gente, pero también con un señalamiento de lo que falta.
-¿Por qué dejó el cargo de ministro de Desarrollo Social?
-Creo que el Congreso va a tener un rol central en los próximos años, porque acá hay que discutir la pospandemia, el modelo de desarrollo, qué escuela secundaria necesitamos, un sistema de créditos no bancarios, cómo transformamos planes sociales en trabajo. Voy con varios proyectos de ley, como transformar planes sociales en trabajo; crear un gran sistema de créditos no bancarios para seis millones de personas, a una tasa del 3% anual, para la compra de máquinas y herramientas para trabajar; y una reforma de la escuela secundaria, que es uno de los grandes desafíos de la Argentina.
-¿Es posible transformar los planes en empleo?
-Es posible, en la medida en que crezca la economía y se amplíe la torta productiva. La Argentina se reconstruye de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba. De arriba hacia abajo con inversión privada, con creación de actividad económica. De abajo hacia arriba, con créditos no bancarios, con apoyo a los 6 millones de personas que trabajan por su propia cuenta. Requiere que la gente que tiene un plan pueda trabajar en el sector privado, hoy se está haciendo, pero una ley tiene que dar incentivos fiscales, que la empresa que toma una persona que está en un plan social tenga un beneficio económico. Y hay otra parte que necesita capacitarse, terminar la escuela secundaria. Soy optimista en que va a crecer la economía y que tenemos las condiciones para hacerlo.
-¿Tiene tiempo el Gobierno de mostrar una reactivación económica?
-Tenemos dos objetivos centrales este año: que los salarios le ganen a la inflación, algo que es muy importante porque venimos de varios años en los cuales ha sido al revés. La actividad económica va mejorando, yo sigo la evolución del sector de la construcción y el textil, y hay más movimiento. El gran problema es el precio de los alimentos, es la inflación. De hecho, hoy hay 10 millones de personas que reciben asistencia alimentaria en la Argentina. Hace cinco meses que se mantiene esa cantidad de gente, aún con más actividad económica. Hoy un peón de albañil termina ganando 700 u 800 pesos por día, un oficial, entre 1200 y 1500 pesos. Esa persona trabaja y también va al comedor para estirar y llegar a fin de mes. En un contexto donde objetivamente va mejorando la situación económica, el gran desafío es la inflación.
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